20 de septiembre 2023
Opositores al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo denunciaron que trabajar por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es “casi un crimen” en Nicaragua. Estas metas planteadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) “no están dentro de las líneas de acción del régimen” y quienes actúan fuera de estas líneas son “castigados” con cárcel o exilio.
La activista política y defensora de derechos humanos, Alexa Zamora, señaló que no existe en el país una verdadera intención de alcanzar los ODS. Pero el régimen orteguista utiliza temas sensibles, como la igualdad de género, para “limpiar su imagen” ante la comunidad internacional.
“La ley 50/50 permite en papel la participación de las mujeres en el 50% de los cargos de elección popular. Pero las mujeres que se encuentran en cargos de “decisión” no ejercen ningún poder, no cambian la realidad de violencia contra las mujeres”, expresó Zamora durante el panel “Países donde trabajar por el logro de los ODS se considera un crimen”, uno de los eventos paralelos a la 78 asamblea general de la ONU, que se desarrolla en New York, Estados Unidos (EE. UU.).
Zamora, quien fue despojada arbitrariamente de su nacionalidad nicaragüense, enfatizó que en el país las mujeres activistas —además de ser víctimas de persecución política— son víctimas de diferentes tipos de violencia sexual. Mientras los perpetradores de la violencia actúan con total impunidad.
“A las mujeres que somos madres se nos señala constantemente como malas mujeres o malas madres por el hecho de ejercer algún tipo de liderazgo político”, subrayó Zamora.
La embestida contra la sociedad civil
Para el excarcelado político nicaragüense y activista LGBTIQ+, Yader Parajón, el desinterés del régimen por los ODS se ve reflejado en el ensanchamiento de las desigualdades sociales, el socavamiento de las instituciones públicas, el cierre de universidades, la falta de acceso a la justicia y la embestida contra las organizaciones de la sociedad civil que trabajan temas como educación, salud, igualdad de género, entre otros.
Parajón destacó que el ODS 10 obliga a los Estados a reducir las desigualdades sociales. Sin embargo, en Nicaragua la población LGBTIQ+ no solo tiene dificultades para acceder a empleo, salud, educación y otros derechos, sino que desde 2018 es víctima de la represión del régimen orteguista.
“En la cárcel donde estuve preso, por ser una persona diversa, experimenté el sistema patriarcal, machista y misógino de la dictadura. Ahí me hacían comentarios denigrantes, homofóbicos y otros señalamientos religiosos radicales sobre mi orientación sexual”, manifestó el activista.
Agregó que las organizaciones de la sociedad civil también han sido tachadas como objetivos de seguimiento y que las instituciones del Estado no garantizan el bienestar social.
“El hecho de que miles de nicaragüenses hayan tenido que huir de la represión en el país, hace evidente que el Estado no está avanzando hacia ningún Objetivo de Desarrollo Sostenible. La destrucción de Estado de derecho, la institucionalidad, la democracia también han ocasionado una grave ruptura social”, subrayó Parajón.
Un llamado a no normalizar la represión
Ante este panorama hostil, el relator especial para la libertad expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Pedro Vaca, hizo un llamado a no normalizar la represión y el deterioro de la democracia en países como Cuba y Nicaragua.
Valoró que es preocupante que hay naciones que conocen el problema, pero que permanecen indiferentes. "Esto no es algo que esté oculto, no es algo que esté a la sombra, es algo que se sabe, que se debate en Ginebra, que se debate en Nueva York, que también se debate en las distintas capitales, pero hay una acumulación de resignación y por ende una normalización. El estatus de algunos países es la no garantía de derechos".
El relator también destacó que la labor de denuncia de la sociedad civil es “fundamental” para evitar la censura que intentan imponer los regímenes autoritarios y la normalización de la comunidad internacional.