23 de noviembre 2022
El régimen de Daniel Ortega ascendió este miércoles 23 de noviembre como subdirector general de la Policía a su jefe de inteligencia, el comisionado general Zhukov Serrano Pérez, según el acuerdo presidencial 168 -2022, publicado en el diario oficial La Gaceta.
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Serrano Pérez asumió las funciones que tenía el comisionado general Adolfo Joel Marenco Corea, uno de los funcionarios más leales a la pareja dictatorial con experiencia en el área de espionaje, actuando a la sombra para identificar objetivos, desde la Policía, que el Estado considera sus amenazas.
El tirano nombró a Marenco Corea en comisión de servicio en el Instituto de Seguridad Social y Desarrollo Humano (ISSDHU), el brazo financiero a cargo de la administración financieras de las pensiones de la Policía y también de las instituciones que dependen del Ministerio de Gobernación.
En cambio, a Pérez Serrano lo ascendió. En 2014 era comisionado mayor y en 2019 ya era comisionado general, por voluntad del gobernante en una institución en que “se borró la institucionalidad y va al ritmo de la voluntad política de Ortega y Rosario Murillo”, comentó un experto en relación con la involución institucional de la Policía hasta convertirse en un brazo represor familiar.
Pérez, experto en inteligencia y contrainteligencia
Según fuentes policiales consultadas, Pérez Serrano tiene experiencia conocida en el campo de inteligencia y contrainteligencia, haciendo énfasis en “chequeo y vigilancia”. Los registros públicos indican que ya dirigía el área de inteligencia policial en 2018, cuando el régimen reprimió con brutalidad a miles de manifestantes que salieron a las calles a protestar contra Ortega, exigiendo su renuncia y la de la vicepresidenta Rosario Murillo.
En la estructura de mando policial de la dictadura, Ortega y Murillo ocupan la cúspide, seguidos del asesor de seguridad Néstor Moncada Lau. Todos, a excepción del gobernante, han sido sancionados por graves abusos de derechos humanos.
Hace unos días, la dictadura amplió su equipo en esta especialidad, nombrando al exsubdirector policial Horacio Rocha como asesor. Las fuentes explicaron que estos mandos se comunican con las autoridades policiales formales para comunicarles las decisiones políticas de la cúpula gubernamental.
Entre las autoridades formales destacan el director de la Policía y el consuegro de Ortega, Francisco Díaz Madriz; el subdirector y número dos de la institución, Ramón Avellán, ejecutor además de la represión y Marenco, el experto en espionaje. Eso era hasta ahora que ha sido reemplazado por Serrano Pérez. “Desconocemos las razones por las cuales lo movieron”, comentaron las mismas fuentes.
Según los registros públicos, Serrano Pérez fue ascendido a comisionado general desde el 19 de septiembre de 2019, cuando la Policía cumplió 40 años de historia. En esa ocasión, Díaz Madriz recordó los orígenes sandinistas del cuerpo armado y sostuvo que se mantenían cohesionados y leales a la jefatura suprema, refiriéndose a Ortega.
En esa ocasión, el director policial prometió que no volvería el “horror y la barbarie” como describen desde el Estado las protestas pacíficas realizadas en 2018 y que pusieron en jaque a la dictadura. Las mismas fueron reprimidas brutalmente por el Ejecutivo. Ortega impuso el terror a través de la Policía, los grupos de choque y grupos parapoliciales leales.
Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), al menos 355 personas fueron asesinadas en ese contexto y más de 2000 resultaron heridos. Sin embargo, ante la opinión pública y sin ninguna evidencia, han sostenido que fueron víctimas de un intento de golpe de Estado, mientras conculcaron los derechos de movilización, reunión y asociación de los nicaragüenses.