6 de enero 2020
Si antes de la rebelión cívica de abril de 2018, las mujeres ya eran atacadas en redes sociales e internet; tras la crisis, esta violencia aumentó hasta en 73.1% del 58 % que era antes, apunta el estudio Violencia de género a través de la tecnología, que publicó la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides).
“Hay un repunte de violencia hacia las mujeres y es comprensible, pues donde el propio Estado es quien reproduce la violencia, quien autoriza a los ciudadanos a ejercerla y donde hay una sociedad en que reina la impunidad, evidentemente los grupos que han sido históricamente discriminados van a ser los primeros afectados”, dice la feminista, María Teresa Blandón.
Según los datos publicados en la investigación, la mayoría de agresiones hacia las mujeres han sido: amenazas y comentarios ofensivos, seguido de publicaciones con información personal o falsa con la que pretenden descalificarlas.
“Estas agresiones nos dicen lo mismo que nos dicen las agresiones que vivimos en la calle, en la casa y en cualquier lugar donde haya una persona violenta, misógina y machista, que atente contra nuestras vidas y contra nuestra integridad. Nicaragua es una sociedad muy violenta”, añade Maryórit Guevara, periodista y feminista.
A esto se le suma que, del total de mujeres que fueron consultadas para la investigación, un 32.5% afirmaron que las amenazas recibidas en el entorno digital, trascendieron a lo físico. Por esto, las amenazas en redes o aplicaciones de mensajería no deben ser minimizadas.
“La mayoría de ataques en redes provienen de perfiles falsos, son muy pocos los casos de personas que lo hacen desde sus propios perfiles. Y el riesgo es mayor porque no sabés de dónde viene. Por esto, ninguna de las amenazas se puede tomar a la ligera, tenemos que tomar medidas de precaución y hacer denuncias públicas”, sugiere Guevara.
Los hombres reciben otro tipo de agresión
Aunque la violencia digital ha aumentado tras el estallido de la crisis en Nicaragua, las amenazas que reciben los hombres son distintas a las de las mujeres. Pues, en estos casos son enfocadas en arrestarlos y acusarlos de “golpistas”; en cambio a las mujeres se les expone su vida personal, las amenazan con violarlas y tratan de ridiculizarlas.
“Hay muchos casos que se han documentado que, tras la crisis, a las activistas, periodistas y mujeres que son opositoras, se les amenaza con violarlas junto a sus hijos e hijas. En el gremio periodístico, incluyo mi caso, se nos amenaza con quemarnos nuestras casas, matarnos y violarnos. Mientras que a los hombres se les confronta, se les ofende”, señala Guevara.
Esta violencia no es exclusiva de personas afines al régimen, también hay un sector dentro de los opositores que usan las redes sociales para atacar y menospreciar a las mujeres. Aunque, los fanáticos orteguistas son más sádicos, señala Blandón.
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“Yo creo que los rojinegros son más brutales en el tipo de amenazas que hacen a las mujeres que consideran adversarias, son más descarnados. Pero en el caso de los azules y blanco hay gente muy decente, pero hay otros que no tienen ningún escrúpulo para ridiculizar a las mujeres por su cuerpo, su sexualidad y usar su vida privada como forma de agresión. Y esto no nos extraña a las feministas, porque efectivamente la matriz cultural de esta sociedad, es una matriz profundamente sexista y machista”, dice.
Violencia digital es minimizada
Según un análisis que hizo la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones sobre violencia digital a nivel mundial, hay tres tipos de mujeres que generalmente son violentadas. La primera es aquella que tiene una relación con una pareja violenta, la segunda es la sobreviviente a la violencia física o sexual y la tercera es la mujer profesional que tiene un perfil público y se relaciona en espacios de comunicación. En este último caso, a estas se les acusa o juzga por su vida privada o su cuerpo y no por sus funciones.
Además, que la violencia digital contra las mujeres tiene consecuencias en la salud mental. Según datos de Funides, más de 60 por ciento de las mujeres agredidas ha sufrido miedos, ansiedad, insomnio o estrés como consecuencia. Sin embargo, el tema de la violencia hacia las mujeres, en los espacios físicos y digitales, carece de importancia para la población y para los tomadores de decisión.
“Los temas de violencia contra las mujeres o derechos no tienen gran convocatoria. A las audiencias no les interesa reflexionar sobre este tema. Y no solo no les interesaba antes de abril de 2018, ahora la excusa es que no es tiempo de hablar de eso”, dice Guevara, quien es autora del El Blog de tu Madre.