28 de abril 2021
SAN JOSÉ, COSTA RICA-. “Si no puede esperar a ir de fiesta…. Quizás deba esperar por una cama UCI”, es el mensaje de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) en sus redes sociales por estos días, cuando Costa Rica enfrenta una tercera ola de contagios de covid-19. El mensaje, lejos de ser exagerado, retrata el estado actual del país.
La otrora envidiable situación de Costa Rica frente a la pandemia es ahora preocupante. “Estamos a las puertas de la peor catástrofe sanitaria en la historia del país”, dijo el fin de semana pasado el gerente médico de la CCSS Mario Ruiz, en conferencia de prensa. “Uno de los sistemas de salud más robustos del mundo ha llegado al tope de su capacidad”, exclamó Alexander Solís, presidente de la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias, este martes 27 de abril.
Al inicio de la emergencia sanitaria, la nación centroamericana destacó por un manejo que parecía lograr de manera eficaz la contención de los contagios. Diversos artículos en medios internacionales explicaban la fórmula: una reacción temprana y un sistema de salud público fuerte.
Sin bien el país no aplicó cuarentenas obligatorias ni confinamiento total a inicios de 2020, sí cerró sus fronteras, así como restaurantes, bares, casinos, cines, templos y demás lugares de concentración de personas, suspendió clases y trabajo presencial, y estableció medidas de restricción vehicular.
Con el paso de los meses, las autoridades fueron reabriendo fronteras, retomando actividades, flexibilizando las medidas; y para inicios de este 2021 la campaña de vacunación ya estaba en marcha y los casos de coronavirus a la baja, hasta que llegó una tercera ola y llegó con ímpetu.
La semana que recién pasó es la que registra mayor número de casos positivos en catorce meses, es decir, desde el inicio de la pandemia. Los casos diarios llegan casi a los 2000, un número sin precedentes para el país, y las camas de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) tenían, hasta este 27 de abril, un 94% de ocupación.
¿Qué pasó en Costa Rica con el manejo de la pandemia?
Para el epidemiólogo costarricense Juan José Romero la situación cambió principalmente por dos motivos: la situación económica no permite que se restablezcan medidas como los cierres que hubo hace un año y las personas se cansaron de cumplir los protocolos sanitarios de forma estricta.
“Hay una estrechez fiscal acongojante para el Gobierno que hace que las medidas restrictivas no se puedan implementar. Por ahora la única medida es la restricción vehicular por las noches y fines de semana. La situación económica de los costarricenses, tenemos el desempleo más alto en muchos años, el nivel de pobreza subió… el Gobierno no puede tomar decisiones que afecten al fisco muy duro”, valora el especialista.
La restricción vehicular consiste en que los automóviles no pueden circular por las noches, durante un día de la semana y durante un día del fin de semana, según el último dígito de la placa.
El desliz de la Semana Santa
La viróloga costarricense Eugenia Corrales, coincide con Romero en que la tercera ola llegó producto de la falsa sensación de seguridad y el exceso de libertad en la población, tras la reapertura económica del país y una baja en el número de casos en los primeros tres meses del año.
“Se abrieron espacios donde hay más infección, mucha gente volvió a su trabajo, se abrieron las iglesias, escuelas, gimnasios, pero lo que terminó de rematar fueron las vacaciones de Semana Santa, cuando hubo mucha movilización, contactos sociales, aglomeraciones”, comentó Corrales.
Previo a la semana de vacaciones de verano, el Gobierno invitó a la población a vacacionar para que el turismo nacional empujara la reactivación económica; eso sí, acatando las recomendaciones como no romper “burbujas sociales”, uso de mascarilla, lavado de manos y evitar aglomeraciones. Al parecer, la segunda parte del mensaje no caló en la población.
“Puede ser que las nuevas variantes (del virus) estén jugando algún rol, pero creo que fue principalmente una sobre exposición. La gente se despreocupó mucho y se sobre expuso al virus”, agregó Romero.
La población sigue saliendo. “El rompimiento de burbujas, las fiestas y aglomeraciones permiten que el virus se extienda de manera acelerada”, advirtieron las autoridades de Salud.
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La vacunación en Costa Rica
Costa Rica fue de los primeros países en la región en recibir las primeras dosis de la vacuna contra la covid-19. El 23 de diciembre de 2020 llegó el primer envío y la mañana del 24, en la víspera de Navidad, los ticos celebraron la buena noticia. Sin embargo, la velocidad de la inmunización depende de las entregas que realizan las casas farmacéuticas.
Más de 800 000 dosis ya están aplicadas. Los primeros en vacunarse han sido el personal de primera línea y adultos mayores. El país, junto con Panamá, llevan la delantera en Centroamérica en cantidad de personas inmunizadas, pero ello no será suficiente para detener esta tercera ola, considera Corrales.
“Se creyó que nos estaba protegiendo la vacunación de la población con mayor riesgo y que el virus iba a pasar por una gripe, pero más bien vemos que el virus busca a personas susceptibles. Los susceptibles son quienes se aglomeran o incumplen las medidas, o quienes trabajan pero incumpliendo las medidas, personas de 20 a 60 años, que son quienes en este momento están más afectados”, explica.
La saturación hospitalaria ya es real, el colapso inminente
Para Romero, solo un milagro salvará a Costa Rica del colapso de su sistema hospitalario. Hay quienes hablar de aumentar las capacidades, algo que las autoridades hicieron durante la primera fase de la pandemia, cuando compraron equipos y prepararon al personal para la atención de una enfermedad nueva, pero hoy día, aunque se aumentase la cantidad de camas o de aparatos, el personal médico extra no existe.
Hasta este martes solo quedaban 21 camas en UCI para nuevos pacientes que las necesiten.
El colapso aumentaría la mortalidad por coronavirus. Corrales indica que la estadía prolongada de los pacientes en el hospital impediría la atención de nuevos casos. “Puede que la mortalidad aumente por el colapso y no necesariamente por la severidad de la enfermedad”, explicó.
Pico para fines de mayo
El porcentaje de casos positivos del total de pruebas realizadas en Costa Rica es actualmente de 20.7%, el más alto en todo el año; mientras que la tasa de reproducción es de 1,29, lo que demuestra “un alto nivel de circulación del coronavirus entre la población”, dice la más reciente nota de prensa oficial del Ministerio de Salud y de la CNE.
Romero compartió que, basado en una proyección que revisa, el tercer brote en Costa Rica podría tener su pico hacia la tercera o cuarta semana de mayo, pero aclaró que por tratarse de un modelo matemático no es infalible, ya que también influirán los cambios en el comportamiento de la población.
“Lo que va a pasar es que habrá un colapso en una o dos semanas, y como la gente se asusta porque vamos a tener las escenas que no habíamos tenido hasta ahora, la gente se se va a “guardar” como decimos los ticos, y van a bajar los casos; por otra vertiente, vendrá el aumento de la vacunación, pero creo que va a ganar la ola”, indica Corrales.
Sin tregua
La pandemia no ha dado tregua, y los estragos han sido mayores en países con menos recursos. Costa Rica no pudo ser la excepción, a pesar de haberse preparado.
“La gran lección es que en una situación económica apremiante, como ya la tenía Costa Rica previo a la pandemia, luchar contra una enfermedad pandémica de altos costos sociales y sanitarios resulta una pelea muy difícil de ganar, aún con la cooperación de la gente, porque la gente se cansa”, considera Romero.
“Pedimos a la población que solo salga para cosas urgentes”, expresó el presidente Carlos Alvarado, el fin de semana cuando dijo que no se decretarían cierres nuevamente.
Para Corrales la moraleja es que no se puede hacer fase de apertura aún teniendo presente una transmisión considerable del virus. “Este virus es tan contagioso que encuentra cualquier desliz para empezar a contagiar gente. Lo vemos en Uruguay, que también le sucedió. Fue un ejemplo y ahora uno ve muertes y casos, y también están vacunando, quizá hasta más rápido que acá. Da tristeza porque ya uno sabe lo que pasa, pero la gente no reacciona”, lamenta.
Hasta la fecha Costa Rica reporta 231 000 casos de covid-19 y 3186 muertes por la enfermedad desde que inició la pandemia. El ministro de Salud Daniel Salas hizo un enfático llamado con voz de angustia: “Por favor cuidémonos como nunca lo hemos hecho”, dijo, esperando que la población sí reaccione.