23 de febrero 2022
Este martes se cumplieron seis semanas consecutivas que el Ministerio de Salud (Minsa) reporta un incremento sostenido de contagios de la covid-19, estos estarían relacionados a la variante de preocupación ómicron. Sin embargo, este nuevo brote muestra un comportamiento diferente a las olas anteriores.
“Antes había mayor afección a nivel pulmonar, en cambio ahora hay mayor afección a nivel bronquial. No hay tanta tos, pero sí puede haber mayor incomodidad para respirar, la persona puede sentirse congestionada sin necesidad de que haya secreciones nasales”, explica una doctora que atiende de forma privada.
El contagio de ómicron, que es el de mayor circulación en el país según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), detona muchas más infecciones que las otras variantes. El personal de Salud ha encontrado casos de varios miembros de una misma familia o círculo con los síntomas.
En la última semana las autoridades del Minsa identificaron 109 casos nuevos, lo que se traduce a un promedio diario de 15. Este número es 137% mayor que el reportado hace un mes y casi 180% más que el número de infecciones identificadas en la primera semana de enero.
La familia Martínez fue una de las contagiadas de las últimas semanas. Saben que fue covid-19 porque le hicieron una prueba rápida a la primera persona que mostró síntomas respiratorios, parecidos a los de una gripe, y dio positivo. A los pocos días dos personas más presentaron síntomas, pero fueron muy leves. Estos incluían dolor de cabeza, calentura, tos y en un caso hubo diarrea.
Vacunas mejoraran evolución de enfermedad
La doctora, que pidió reservar su nombre por temor a represalias, explica que las vacunas hacen la diferencia en este nuevo brote. La mayoría de pacientes que ha atendido ya estaban inoculados y también ha visto casos de personas que ya se habían enfermado.
Según los datos oficiales compartidos por el Minsa a la OPS, el 57% de la población ya completó su esquema de vacunación y el 80% ya recibió al menos una vacuna. Sin embargo, la doctora subraya que hay otros factores que influyen en que la evolución sea menos agresiva. Por ejemplo, los médicos están mejor preparados para identificar y atender la infección del SAR-CoV-2 y se han creado protocolos que mejoraron la atención.
No obstante, señala que se deben seguir los esfuerzos para prevenir el contagio de la covid-19 porque también existe un factor genético que predispone que ciertas personas hagan formas graves de covid-19.
“Eso significa que cada persona no sabe en qué momento puede hacer el cuadro grave. Hay familias que han muerto varias personas de una misma familia y eso hace que uno tenga que tener siempre cuidado”, señala.
La familia Martínez es una de ellas, pues ya había perdido a un familiar durante la primera ola ocurrida en el primer año de pandemia. En este nuevo brote ninguno de los contagiados requirió hospitalización, pero sí fueron enviados a casa durante una semana para guardar reposo y evitar contagiar a otros.
Muertes siguen estancadas
Aunque el Minsa reporta un incremento de contagios, las muertes siguen estancadas en una semanal desde hace 72 semanas. El número no varió ni cuando la pandemia alcanzó su pico máximo en septiembre de 2021. Mientras, las muertes por neumonía, que en Nicaragua han escondido los decesos por covid-19, sí registraron un incremento en el último mes.
Al 22 de febrero, después de 706 días desde que se confirmó el primer contagio, las autoridades solo admiten 225 muertos y el acumulado de contagios en todo el país es de 18 402, de estos 13 624 se habrían recuperado. Sin embargo, no hay datos sobre cuántos fallecieron posteriormente a causa de las secuelas.
La pandemia también ha dejado un impacto económico y aunque ahora se hable de que es más leve para las familias puede significar un gasto que no puedan pagar, señala la doctora.
“Lo que para una familia puede no significar muy caro gastar dos mil córdobas en tratamiento, para una familia muy pobre podría significar quitar dos mil córdobas de su canasta básica y allí es donde comienzan a saturarse los sistemas de salud, cuando la gente más pobre no tienen acceso a las medicinas y tiene que recurrir a los servicios de salud público”, lamenta.