24 de enero 2020
La factura de energía eléctrica vendrá más cara a partir de febrero próximo. Frente a eso, las opciones de los usuarios son escasas: asumir el alza o tratar de ahorrar, pero aún esto último no les asegura a los consumidores —según especialistas— que no les afectará el incremento.
Este dilema para los consumidores surge luego de que entrara en vigencia, el pasado primero de enero, un tercer ajuste al subsidio de la tarifa energética, que afecta directamente a las familias que consumen entre 100 y 150 kilovatios horas por mes.
En 2019, el subsidio para las familias que consumieron entre 100 y 150 kilovatios fue de 40 y 30%, respectivamente; este 2020 ese porcentaje se reducirá al 35 y el 25%, respectivamente, por lo que ahora el consumidor asumirá entre el 65 y 75% de la factura.
Consumidor menos de 100 kilovatios
Para los usuarios cuya factura osciló en un consumo de 0 a 100 kilovatios, el porcentaje del subsidio queda intacto: el 52.82%. Para que una familia logré bajar su consumo a esos niveles, según especialistas, tendría que hacer un recorte “extremo”.
Basándose en una tabla de capacidades de consumos promedios de equipos electrónicos —publicada por el Instituto Nicaragüense de Energía (INE)—, Javier Mejía Castro, del Centro Humboldt, explicó que una familia promedio, de cuatro miembros, debería tener solo un abanico, un televisor pequeño, una refrigeradora pequeña, una plancha y cuatro bujías ahorrativas, para no excederse de los 100 kilovatios.
La tabla indica que una refrigeradora de cuatro pies consume unos 28 kilovatios al mes, si solo se usa ocho horas diarias; un abanico de 12 pulgadas consume unos 14 kilovatios, si solo se utiliza siete horas diario. Un televisor de 12 pulgadas consume unos 13 kilovatios, si solo se usa cinco horas diario; una plancha de 1000 watts consume 30 kilovatios mensuales.
El uso de estos cuatro electrodomésticos generaría un consumo de unos 85 kilovatios al mes, a los que se les agregaría unas cuatro bujías ahorrativas, para completar los 100 kilovatios. Para Mejía, este límite dejaría por fuera el uso de cargadores de celulares, otro abanico, un horno microonda, u otros utensilios del hogar.
El experto explicó que estas cifras de consumo no toman en cuenta que la tarifa energética es más cara entre las seis de la tarde y las seis de la mañana. “El sistema está diseñado para beneficiar al desarrollo económico del país, y se supone que de ocho de la mañana a cinco de la tarde son las horas en que funcionan las empresas”.
Alzas se mantienen
Patricia Rodríguez, experta en temas energéticos, afirmó que “siempre se puede reducir el consumo y pagar menos, si no hay incremento tarifario”. Una realidad que no se ha dado en Nicaragua desde enero de 2019, cuando el régimen autorizó un alza del 3% en la tarifa, y luego mantuvo subidas mensuales del 1.49%. A final de año, la tarifa había aumentado casi un 20%.
Y eso no cambiará para este 2020. Una revisión del pliego tarifario de este enero, reveló que el INE autorizó un alza del 0.20% de la tarifa. Según Mejía, ese aumento del 0.20% “equivale más o menos al deslizamiento de la moneda”.
“Lo que venimos monitoreando es que el pliego tarifario se está moviendo constantemente”, dijo el experto, quien mencionó que “les mueven el piso a las personas que controlan su consumo porque reducen el techo de los subsidios y suben la tarifa. La gente siempre va a buscar el ahorro porque entre más consumís, más te van a cobrar”.
Rodríguez explicó que hay un límite antes de iniciar de tocar el confort. A esta frontera se llega cuando ya se ha “invertido en equipamiento eficiente, aprovechamiento luz y ventilación natural y otras medidas para ahorrar energía y sólo te queda disminuir confort”.
“Luego del límite se puede reducir afectando el confort, ejemplo: ver menos horas televisión, utilizar menos horas el ventilador o encender menos bombillos”, añadió la experta.
Hasta llegar al 2022
El ajuste de este 01 de enero en el subsidio energético se autorizó desde noviembre de 2017, cuando la Asamblea Nacional aprobó por unanimidad un préstamo de 65 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en el que se estableció un proceso de reducción gradual de los subsidios, a partir de 2018.
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Para 2021, el subsidio para los que consumen entre 101 y 125 kilovatios, que ahora es del 35%, pasará al 30%, y para 2022 se bajará al 25%, según lo acordado con el BID.
Los que consumen entre 51 y 100 kilovatios por mes verán mermado su subsidio hasta el 2022, cuando se les reduzca un 5%, del 50 al 45%. Los únicos que mantendrán la subvención son lo que no consumen más de 50 kilovatios.
“Es una reducción gradual para que la población no la vaya sintiendo, pero la meta es que en 2022 haya lo mínimo de subsidios”, comentó Mejía.