15 de julio 2022
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La jueza del juzgado Segundo Local Penal de Granada, María José Zapata, condenó a cinco años de prisión a Martha Candelaria Rivas Hernández, por el supuesto delito de falso testimonio en perjuicio de la administración de justicia. Rivas es la presunta víctima de violencia física por parte del sacerdote Manuel García Rodríguez, que fue encarcelado el pasado 2 de junio.
La supuesta víctima de García, párroco de la iglesia Jesús de Nazareno, en Nandaime, se retractó en los tribunales de Granada y dijo que todo fue un “accidente” y por eso no firmó la denuncia. Sin embargo, el sacerdote fue declarado culpable, a finales de junio, del supuesto delito de violencia física y violencia psicológica.
Según la sentencia, Rivas “cometió falso testimonio al deformar hechos que había declarado como verdaderos ante la Policía”. Ella afirmó que mantenía “una relación íntima sentimental” con el sacerdote y que el 30 de mayo pasado discutieron por un mensaje de texto y el religioso la golpeó. Sin embargo, al ser interrogada por la defensa del sacerdote, aseguró que no era pareja del párroco, que no discutieron y que no se sentía agredida. De esa forma, cometió el delito, se lee en el escrito.
El dictamen médico legal psiquiátrico forense reveló que Rivas tenía estrés agudo de intensidad moderada, y se encontraron entre los factores de riesgo “un vínculo afectivo ambivalente de la usuaria con el presunto agresor” —en referencia al sacerdote— y “tendencia a la retractación debido a la relación afectiva con el presunto agresor, familiar y presión social asociado a creencias religiosas”.
La supuesta agresión ocurrió el pasado 30 de mayo, cuando la mujer visitó al sacerdote en la iglesia, tomaron licor y discutieron por un mensaje de texto. Él se dirigió a desenllavar el portón de la parroquia, ella estaba detrás y accidentalmente la golpeó en el ojo. La hija adolescente de la mujer buscó ayuda en el barrio y unos hombres se acercaron y desde la calle lanzaron improperios contra el sacerdote, quien respondió de forma agresiva mostrando un machete.
“La acusada va distorsionando las circunstancias para hacer parecer como una contingencia lo que a todas luces fue un hecho provocado por una conducta, que ya fue calificada como dolosa; además se manifiesta claramente la intención de ocultar hechos para provocar la impunidad de una persona en un delito que es de orden público y perseguible de oficio”, indica la sentencia condenatoria contra Rivas.
Sacerdote condenado
Salvador García Rodríguez fue condenado el pasado 22 de junio a dos años de prisión por el presunto delito de amenazas con arma blanca a cinco personas —quienes llegaron en supuesto apoyo de Rivas— y una multa de 14 116 córdobas o 200 días multa.
El religioso fue trasladado al Sistema Penitenciario de Granada, donde permanecerá en prisión, según establece el fallo judicial, que lo sentenció después que la noche del pasado 30 de mayo, salió al atrio de la iglesia con un machete en mano en actitud defensiva ante un grupo de pobladores que le gritaban improperios como “asesino”.
El pasado 1 de julio, la jueza distrito penal especializada en violencia de Granada, Ana Xochilt Fonseca, también declaró culpable al sacerdote de los delitos de lesiones psicológicas y físicas contra Rivas. La Fiscalía solicitó la pena de dos años y ocho meses por ambas causas.
A la captura del padre Manuel García se suma el arresto de Monseñor Leonardo Urbina, encargado de la parroquia del Perpetuo Socorro, de Boaco, detenido la mañana de este miércoles por la Policía, y en la tarde fue presentado en los Juzgados de Managua, acusado de la supuesta violación de una adolescente de 14 años.
Oraciones por sacerdotes encarcelados
La Diócesis de Granada, dirigida por monseñor Jorge Solórzano, se pronunció este jueves sobre el encarcelamiento de los dos sacerdotes. Agradecieron las oraciones, el cariño y la solidaridad de la población en tiempos difíciles.
“Su compasión nos une en el sufrimiento que nos causa el encarcelamiento de los padres Manuel Salvador García y monseñor Leonardo Urbina, con ellos nos ponemos todos en las manos del Señor”, se lee en el comunicado.
Animaron a los sacerdotes y fieles a seguir adelante y solicitaron a todas las parroquias que realicen jornadas diarias de oración y que en las eucaristías se tengan presentes “rogativas por la fortaleza espiritual” de los sacerdotes apresados.
Ambos arrestos ocurren en un contexto de mayor represión del régimen orteguista contra la Iglesia católica, expresado a través de persecución, hostigamiento y acoso a sacerdotes y obispos.
