23 de mayo 2021
La gastronomía nicaragüense es un símbolo de identidad nacional. Ricos en variedad y sabor, los platillos nicas conectan seres queridos que juntos degustan y comparten en festividades y en el día a día.
En el exterior, en países destino de los cientos de miles de nicaragüenses, la comida une a los migrantes, creando sentimientos mezclados de júbilo y nostalgia.
En Costa Rica, a pesar de ser un país vecino receptor de casi medio millón de nicaragüenses, no son muchos los restaurantes nicaragüenses en la capital, pero los nicas siempre andan en busca de opciones que luego se recomiendan entre sí.
CONFIDENCIAL realizó un pequeño recorrido por el centro de San José para conocer algunos de los lugares de comida nicaragüense más reconocidos por su trayectoria y menú.
Cuchara nicaragüense
Este es un pequeño restaurante ubicado en la calle 20 de Paseo Colón, anteriormente conocido como Sabor Nicaragüense.
Sus antiguos dueños regresaron a Nicaragua y cedieron el negocio a dos jóvenes, que en medio de la pandemia lucharon para mantener a flote el negocio.
Christian Barillas, administrador de Cuchara Nicaragüense, comenta que se reinventaron y para mantener la clientela se aliaron con plataformas de entrega a domicilio como Uber Eats, Pedidos Ya y Rappi.
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“Nos hemos enfocado en mejorar muchos procesos para que los clientes sigan teniendo ese gusto de la comida típica nicaragüense y también que tengan un buen servicio”, dice.
En su menú hay desde comidas fuertes como el nacatamal, el vaho, la carne asada y vigorón, hasta platillos ligeros como el quesillo. También se observan diversos postres y bebidas nicas, incluso la famosa Kola Shaler.
El horario de atención es de lunes a domingos de nueve de la mañana a siete de la noche. “Los días que más se recomiendan son los sábados y domingos, para que vengan a compartir con su familiares y amigos en un ambiente agradable”, indica Barillas.
Su objetivo es que Cuchara Nicaragüense crezca de la mano de otros nicaragüenses para preservar el sabor auténtico de la gastronomía nica y, de esta manera, ser referencia para los nicas en Costa Rica, y también para costarricenses y clientes de otras nacionalidades.
Fritanga Patricia
Se encuentra ubicado en Barrio México y cuenta con más de 15 años de trayectoria. Patricia Zavala, su propietaria, ha conservado el lugar como la típica fritanguería nicaragüense. El olor y sabor a leña circula en el ambiente mientras los grupos de comensales esperan sus órdenes para comer o para llevar.
“Es como estar en Nicaragua... vos venís un sábado, un domingo, y aquí vas a ver el poco de gente allá y acá, y se escucha aquel “burbullo” de gente… Yo ando de mesa en mesa conversando y compartiendo con mi clientela”, cuenta Zavala.
Esta migrante nicaragüense comenzó vendiendo enchiladas, tacos y empanadas en las calles y paradas de buses. Con el tiempo creció la demanda y fue aprendiendo más platillos nicaragüenses hasta que logró emprender e inaugurar su Fritanga Patricia.
“Yo vine aquí a cocinar, a aprender de todo y a la gente le ha gustado. Por ejemplo, nunca en mi vida había hecho almíbar, acá aprendí y la gente está encantada con mi almíbar”, expresa orgullosa.
Aunque su fuerte es la fritanga, doña Patricia ofrece platillos y postres nicaragüenses dependiendo de la temporada: desde los deliciosos tamales pisque y sopa de queso de Semana Santa, hasta el famoso relleno para compartir en diciembre.
Todo su equipo de cocina y atención es nicaragüense. “Acá tengo chavalas de todos los departamentos... solo nicas trabajan conmigo, porque así a la fija saben cómo se prepara cada comida y también saben cocinar en leña para mantener el gusto y sabor”, asegura Zavala.
Tras el inicio de la pandemia comenzó a ofrecer el servicio de entregas express, pero también mantiene el restaurante abierto, de lunes a domingo, de las cuatro de la tarde hasta las once de la noche.
Brasas de mi Tierra
En la calle 10 del centro de San José, detrás de la Iglesia Nuestra Señora de la Merced y muy cerca del famoso “parque de los nicas”, se ubica Brasas de mi Tierra, un restaurante donde los trabajadores visten trajes típicos nicaragüenses y la música tradicional es parte del ambiente.
El dueño es Bayardo Hernández, quien emigró hace más de una década a Costa Rica. Comenta que recién llegado trabajó lavando carros y de ayudante de albañilería, trabajos que normalmente realizan los nicas migrantes, pero sus deseos de superación le llevaron a emprender.
“Mi desarrollo fue un poco lento, me caí dos veces, fracasé en otro negocio porque no tenía la suficiente experiencia, y en el camino fui conociendo gente que me ayudó.... con el tiempo pude poner una agencia de Teledólar (casa de remesas) y abrir Brasas de mi Tierra”, comparte Hernández.
Además de los platillos tradicionales, también sirve comida casera que hace recordar el sazón nica del día a día. “La gente viene por la carnita asada, carne asada de res, de cerdo. El corazón asado que no lo encuentra en cualquier lado, acá lo preparamos con su respectiva naranja agria, achiote y ajo”, explica.
En Brasas de mi Tierra tienen variedad de refrescos nicaragüenses, como el famoso fresco de grama, cacao o tiste, y postres típicos como el ayote en miel o el arroz con leche.
El anhelo de Hernández es que su restaurante tenga sucursales en diferentes partes del país para poder emplear a más nicaragüenses en Costa Rica. “Aquí trabajamos en su mayoría nicaragüenses, solo tenemos un venezolano muy “emponchado”, por cierto… Hemos colaborado con la gente refugiada, porque sabemos la necesidad que tenemos”, cuenta.
No ha sido fácil, pero estos migrantes emprendedores nicaragüenses encontraron en la comida nica una manera de generar ingresos y empleos, de compartir sus raíces y satisfacer el antojo de la gran comunidad nica en Costa Rica.
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