6 de marzo 2022
Acostados, sentados o arrodillados en el piso reciben clases los estudiantes de 6 escuelas del territorio Li Lamni, ubicado en el Caribe Norte de Nicaragua, señaló en entrevista con CONFIDENCIAL la organización Prilaka, que visitó 12 comunidades de ese territorio a inicios de este 2022.
Las seis escuelas que visitaron en Li Lamni están ubicadas en las comunidades Santa Isabel, Sang Sang, Kitaski, San Carlos, Linda Vista y Andris Tara. Todas tienen en común problemas de acceso a agua potable, energía eléctrica, pupitres y pizarras. Los edificios de estas escuelas también presentan un grave deterioro: algunos no tienen puertas y otros tienen divisiones, paredes y techos semidestruidos.
Las dos aulas que tiene la escuela de la comunidad Sang Sang no poseen puertas. En Andris Tara, que tiene tres salones de clases, las condiciones son “peores”, según Prilaka, debido a que están divididos con paredes de madera que se encuentran destruidas.
“No hay concentración porque prácticamente no hay divisiones entre las secciones, los niños igual estudian en el piso, no hay pizarra y no hay pupitres”, detalló Prilaka.
En la escuela de San Carlos tienen una pizarra deteriorada y un techo prácticamente destruido. En Santa Isabel, aunque el edificio de la escuela se ve completo, también tienen una pizarra deteriorada y no hay pupitres.
El caso de la escuela de Linda Vista es “preocupante”. Prilaka explicó que esta se encuentra en peores condiciones por el daño que ocasionó el paso de los huracanes Eta y Iota.
“Ya pasó más de un año desde el paso de los huracanes y nadie ha ido a ver qué hacen. El techo del edificio se les vino abajo totalmente y nadie ha llegado a reparar nada”, indicaron.
La escuela de Kitaski también sufrió graves afectaciones con el paso de ambos huracanes. El edificio tenía tres aulas clases y una dirección, pero el impacto de ambos fenómenos naturales obligó a los comunitarios a desarmar uno de los salones, ya que las paredes se inclinaron y podía desplomarse. Este centro de estudios tampoco cuenta con pupitres y pizarras, pero las dos secciones que tiene fueron restauradas durante la campaña electoral de 2021.
Niños sufren con precarias condiciones
Un líder comunitario de Kitaski relató, en entrevista con CONFIDENCIAL, que el problema de falta de pupitres y pizarras en en el centro escolar Cristóbal Colón data desde hace más de cinco años. Indica que dos de sus siete hijos, que cursan preescolar y tercer grado en esa escuela, no saben lo que es recibir clases en buenas condiciones.
“Cuando se hizo la escuela durante el Gobierno de Arnoldo Alemán se entregó en buenas condiciones, tenían sillas, pizarrones, eran tres aulas y una dirección, pero desde hace seis años no han hecho mejoras, se fueron dañando los pupitres, la pizarra y con el paso de los huracanes una de las aulas quedó inclinada y se tuvo que desarmar, la Alcaldía de Waspam vino el año pasado, durante la campaña de las elecciones, y reparó solo dos aulas y no trajeron pupitres o pizarras", detalló.
Señala que su hijo de preescolar recibe clases acostado o sentado en el piso, mientras que el de tercer grado ahora, después de semanas recibiendo clases bajo un árbol, sentado en el suelo, una piedra o algún trozo de madera, atiende el curso en la Iglesia de la comunidad, luego que gestionaron con los religiosos el uso del templo y las bancas para que los niños de segundo a sexto grado no pasaran sol o lluvia durante las horas de clases.
"Lo que pasa es que hay pocas aulas para todos los grados, los de primero reciben clases afuera y las condiciones son bastante feas porque llueve mucho o hay mucho sol. Los de preescolar usan las aulas pero pasan acostados o mal sentados y los otros ahora en la iglesia, porque nosotros lo gestionamos", indicó.
Afirma que los menores expresan sus deseos de estudiar en mejores condiciones, pero como comunidad no han podido dárselas por la falta de recursos económicos, ante la falta de empleos y la permanente invasión de sus parcelas.
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Añade que incluso para sobrevivir muchos habitantes de Kitaski tienen que alquilar terrenos en el vecino país de Honduras, para cultivar y sacar sus cosechas para alimentarse y conseguir algunos ingresos.
"Yo a alquilo tierras, estoy en época de cosecha de frijoles, me cobran 1000 córdobas por hectárea durante el proceso de cosecha y los tengo que dar porque no puedo volver a mi parcela porque ahí está invadido de colonos", afirmó.
Denuncia que esta desatención gubernamental deja en los niños graves problemas que van desde una educación de poca calidad, porque los docentes imparten la clase con hojas de papel o cartulinas, hasta afectaciones en su salud.
"Los mandamos con ropita limpia y ellos regresan todos sucios, sus cuadernito, su ropa, porque pasan acostados o sentados en el piso. También pasan enfermos, con mucha tos y dolores en el cuerpo por pasar encorvados, mal sentados, o acostados", señaló.
En videos publicados por Prilaka, algunos comunitarios de Kitaski reclamaron a las autoridades del Gobierno central, regional y municipal que atiendan sus "demandas locales como la rehabilitación de las escuelas, puentes y otras necesidades básicas".
"En el período de campañas siempre nos han prometido construir nuestra escuela, realizan las mediciones, nos enseñan los diseños y todo queda en palabras", reclamaron.
El régimen Ortega Murillo informó, tras el paso de los huracanes Eta y Iota, que 261 centros escolares fueron afectados en el Caribe Norte, dejando un daño estimado de 41 millones de córdobas. El Ministerio de Educación, a inicios de enero de 2021, indicó que seguían fabricando aulas y garantizarían la estructura escolar para al iniciar el período escolar. Sin embargo, esta respuesta aún no llega a algunas comunidades.