14 de octubre 2018
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo realiza este fin de semana caminatas en homenaje a la canonización de monseñor Óscar Arnulfo Romero celebrada este domingo por el papa Francisco, en un intento de “manipular su imagen” mientras en el país “siguen promoviendo una campaña de odio” contra los obispos nicaragüenses, considera el sociólogo y exministro de educación Humberto Belli.
“Ahora están tratando de manipular una figura que más bien es una figura elocuente contra la tiranía y la opresión tratando de voltearla a su favor en una estrategia maquiavélica orwelliana que el Gobierno (de Ortega y Murillo) siempre usa”, explicó.
Para Belli, el doble discurso del régimen nicaragüense es parte de su estrategia pues por un lado quieren mostrar cercanía con el legado del mártir salvadoreño y por otro “han golpeado a los obispos, allanado templos, interrumpido misas y manejado un discurso hostil contra la Iglesia Católica”.
“Cuando por su negligencia se había quemado la Reserva Indio Maíz hicieron una caminata para celebrar ‘lo bien’ que el Gobierno lo había hecho, cuando han asesinado hacen caminata para reclamar derechos de sus supuestas víctimas y ahora están tratando de manipular la figura de monseñor Romero con esta caminata”, explicó el sociólogo.
Mártir que denunció la represión
El Gobierno es contradictorio, porque aunque realizará su caminata está prohibiendo la libertad de movilización de los demás ciudadanos nicaragüenses, afirmó el educador y miembro de la Unidad Nacional Azul y Blanco, Carlos Tünnermann.
El también integrante de la Alianza Cívica insistió en que “es paradójico que un Gobierno que está practicando la represión quiera homenajear a alguien que fue asesinado por denunciar precisamente el cese a la represión”.
“En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡Cese la represión...!”, pronunció Romero en su última homilía un día antes de ser asesinado por los escuadrones de la muerte el 24 de marzo de 1980, mientras oficiaba misa en la capilla del hospital de cáncer Divina Providencia de San Salvador.
Romero se caracterizó por denunciar constantemente en sus homilías los ataques de los cuerpos de seguridad contra la población civil y otras violaciones a los derechos humanos.
Belli señaló que el legado de Romero es precisamente el de lucha “contra de la opresión y la injusticia”.
“Su legado es recordatorio de que la Iglesia está contra los poderes injustos de la Tierra. Lo que ha sucedido en Nicaragua es una especie de réplica en donde el poder absoluto ha decidido perseguir a los obispos y a la Iglesia por mantener el legado de Cristo y que profesó monseñor Romero”, precisó.
La lucha de la Iglesia
“Se rendirá homenaje a su legado de justicia y de afirmación de la paz (…) Óscar Arnulfo Romero, san Romero de América, pastor lleno de amor de Dios, es patrimonio de los pueblos que transitan el camino de la fe”, expresó Murillo al anunciar las caminatas que realizan en Managua y otras ciudades, mientras ciudadanos auto convocados del Movimiento Azul y Blanco llamaron a marchar contra el régimen que preside junto a Ortega.
“(Monseñor Romero) nos pertenece a todos los pueblos que caminamos con fe, con esperanza y con la confianza en Dios de que la justicia, el reino de Dios en la Tierra debe acercarse”, insistió Murillo.
Este sábado Ortega y Murillo participaron en un acto en honor a Romero en el que aprovecharon para atacar a los ciudadanos auto convocados que realizarán una marcha este domingo.
“Viven arrodillados frente al yanqui mendigándole, para que les de más financiamiento para dañar al pueblo nicaragüense y buscando como organizar marchas, para bañar de sangre al pueblo”, alegó Ortega en su discurso.
Brenes pide intercesión de Romero
El arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, pidió al santo salvadoreño que “interceda” por Nicaragua, que vive una grave crisis sociopolítica desde el pasado 18 de abril.
“Que (Romero) interceda por todos los países centroamericanos, por su patria querida, como es El Salvador, pero sin duda alguna, por nosotros también en este momento, para que podamos descubrir esos caminos, no de la violencia, no de la confrontación, no de las balas, sino desde el diálogo”, dijo Brenes.
Explicó que el religioso salvadoreño “en su predicación desde el evangelio llamaba a apartar las armas, apartar toda acción de violencia por respeto a las personas”.
“Fue un sacerdote humilde y sencillo, un hombre cercano a los sencillos y a los humildes”, manifestó al referirse a la figura de Romero, reconocido por ser una persona especialmente cercana a los pobres y acérrimo defensor de los derechos humanos.
El arzobispo, quien insistió en el “ejemplo a seguir” que supone el mártir para los miembros de la Iglesia Católica, instó a los religiosos de América Latina a “dejarlo todo, cargar con la cruz y seguirlo a él (Romero)”.
Ataque brutal a obispos
Ortega acusó el 19 de julio a los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) promover un “golpe de Estado” en su contra tras que le pidieron que democratizara el país a través de una reingeniería del sistema político, que incluía el adelanto de las elecciones.
“Yo pensaba que eran mediadores, pero no, estaban comprometidos con los golpistas. Eran parte del plan con los golpistas”, dijo Ortega durante el acto de celebración del 19 de julio.
La Iglesia no sufre por ser calumniada, agredida y perseguida. Sufre por quienes han sido asesinados, por las familias que lloran, por los detenidos injustamente y por quienes huyen de la represión. Rezamos y estaremos a su lado siempre en nombre de Jesús.
— Silvio José Báez (@silviojbaez) 19 de julio de 2018
Diez días antes turbas y paramilitares del régimen de Ortega agredieron a obispos de la Iglesia católica, quienes viajaron a Diriamba, para mediar ante los ataques perpetrados en esa ciudad.
El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, fue herido en su brazo derecho con una cuchilla. “Gracias a Dios hemos podido llegar a Diriamba y sacar a las personas que estaban en la basílica como rehenes. Lo que nosotros hemos sufrido no es nada comparado con lo que ha sido víctima la mayoría de los nicaragüenses”, dijo Báez.
Lo que menos importa es lo que hayan hecho hoy contra nosotros, los golpes y la herida que sufrí. Es mucho más grave lo que sufre nuestro pueblo, y hoy más que nunca la Iglesia estará al lado del pueblo, de quienes no tienen voz, de los que no tienen fuerza para pedir auxilio.
— Silvio José Báez (@silviojbaez) 10 de julio de 2018
Ese mismo día saquearon la Parroquia Santiago de Jinotepe, donde se ubicó un puesto médico para atender a los ciudadanos heridos durante las protestas en esa ciudad.
Entraron a la Parroquia Santiago de Jinotepe, sacaron medicinas del puesto médico y gritaron “asesinos” a sacerdotes. #ReporteCiudadano @confidencial_ni pic.twitter.com/jgdXvxdbte
— Yader Luna (@Lunacero) 9 de julio de 2018
Los religiosos han denunciado amenazas constantes por parte del régimen de Ortega. Uno de ellos es el sacerdote Edwin Román que denunció haber sido agredido por el comisionado Ramón Avellán, recién nombrado subdirector de la Policía Nacional, quien junto a varios antimotines y simpatizantes sandinistas, se plantaron frente a la iglesia con un alto parlante al momento que se celebraba una misa.