22 de abril 2018
El llamado del sábado del presidente Daniel Ortega a un diálogo con el Cosep para discutir las reformas a la seguridad social, fue rechazado por la población, las cámaras empresariales y organizaciones políticas de oposición, que demandan el cese de la represión para empezar a resolver la crisis que golpea Nicaragua.
Ortega afirmó que está dispuesto a enmendar las reformas a la seguridad social que desataron protestas callejeras que han dejado al menos 19 muertos, cerca de un centenar de heridos y daños a comercios y otros inmuebles.
El mandatario ni siquiera hizo mención de las víctimas de la violencia y la represión desatada por las fuerzas paramilitares de su régimen y la policía antimotines.
En un mensaje a la nación transmitido por cadena obligada de radio y televisión, Ortega, quien apareció por primera vez desde que comenzó la crisis el pasado miércoles, reafirmó que retomará el diálogo con el sector privado para discutir sobre las nuevas medidas en la seguridad social.
"Si en la mesa (de diálogo con los empresarios) se encuentra una mejor forma de aplicar ese ajuste", se puede reformar ese decreto o anularlo y hacer uno nuevo, dijo el mandatario. En la mesa de diálogo con los empresarios, "donde tenemos (también) el tema de exoneraciones y subsidios, los delegados del Gobierno van a llevar ahí lo que aprobó el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS)", anunció.
Ortega, que en el pronunciamiento estuvo acompañado por su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, y los miembros de las jefaturas del Ejército y la Policía Nacional, abogó para que todos los sectores aporten "algo", incluyendo el Estado. "Quizás encontramos fórmulas que nos permitan proteger al INSS, en particular a los jubilados", dijo.
El mandatario atribuyó al “Consejo del Seguro Social” las reformas que él mismo refrendó en el decreto 03-2008 el miércoles pasado, lo cual ignoró en su discurso.
Ortega además responsabilizó de la violencia a "pequeños grupos de la oposición" que "conspiran contra el modelo de alianzas, porque piensan que entonces van a tomar el Gobierno y no les importa a costa de lo que sea”.
Descontento en las calles
Los manifestantes que se unieron a la protesta contra las reformas a la seguridad social, y por extensión el régimen Ortega-Murillo, rechazaron el discurso del comandante Ortega, que deslegitima la protesta y acusa de que hay “pandilleros en ella”.
“Aquí estamos profesionales, abuelos, empresarios, no hay pandilleros. Personas que queremos un cambio para el país, por eso estamos en la calle”, dijo Tania Rivera, propietaria de una clínica odontológica en Managua.
Los manifestantes también mostraron su descontento por la afirmación de Ortega de que son “manipulados” por “ciertos sectores políticos”.
“Me parece una gran mentira, porque lo que me mueve es mi país y solamente eso. Ningún partido político me mueve. Es una injusticia pero marcho por todas las injusticias que han pasado. Lo del INSS es la gota que derramó el vaso. Ya era hora de salir a las calles”, afirmó la joven estudiante de Medicina Martha Rodríguez.
Fitzgerald Wilson López calificó el discurso de Ortega como “vacío e irracional”. “¿A quién le habló?”, preguntó el joven. Según él, Ortega no dijo nada de lo que está pasando en el país.
“¿Cómo deja a la gente? Como delincuente cuando en realidad son estudiantes que han sido masacrados, que han recibido balas de parte de la policía. Han recibido piedras, machetazos… no solo en Managua: León, Chinandega, Masaya, Estelí, por todas partes”, dijo Wilson López. “Esto no puede seguir así. Irreal, retrógrado. Fue un discurso de los ochenta. Nadie se lo cree”, agregó.
Desconexión con la realidad
Para el constitucionalista Gabriel Álvarez, la intervención de Ortega este sábado demuestra su “desconexión con la realidad nicaragüense”.
“Probablemente crea que con las falacias, las distorsiones de la realidad, las políticas de comunicación distorsionadas puede mantenerse más en el poder. Todo el pueblo está viendo que quiénes agredieron a la juventud nicaragüense fueron las turbas del gobierno, la Policía y la Juventud Sandinista”, reclamó Álvarez.
Álvarez criticó que Ortega ahora se retracta de las reformas a la seguridad social cuando ya había firmado un decreto presidencial. Lo calificó como “mentira y cobardía política”.
“Allí está el decreto firmado. No pueden lavarse las manos. Los muertos, la sangre derramada es responsabilidad política de Daniel Ortega y Rosario Murillo. El decreto está firmado en La Gaceta. No pueden decir que es una figura no conclusiva del consejo directivo del INSS. No existe esa figura política”, comentó Álvarez.
El constitucionalista sostuvo que el modelo de “diálogo y consenso” entre el gobierno y el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) se agotó.
“Lo que ha hecho José Adán Aguerri es lavarle la cara a Daniel y ojalá no se preste a lavarle las manos de sangre. No hay diálogo posible sin toda la sociedad nicaragüense. Este decreto es resultado de una política de la destrucción de la institucionalidad democrática y del Estado derecho, que ha sido sustituido por ese diálogo y consenso. Eso ya no funciona. Si quieren darle más vida a eso, habrán más muertos”, afirmó Álvarez.
Diálogo inclusivo
El partido Ciudadanos por la Libertad demandó un diálogo nacional incluyente con todos los sectores de la población y, específicamente con la participación de los estudiantes universitarios y la Conferencia Episcopal.
"Un diálogo más allá de los temas económicos, que incluya temas de reformas estructurales profundas, incluyendo elecciones libres y transparentes en el menor plazo posible", instó.
Además, rechazaron "toda situación de violencia y vandalismo ocasionada por los grupos paramilitares y turbas controlados por el régimen" y exigieron que "se respete el derecho a la protesta cívica y pacífica".
"Exigimos la liberación inmediata de todos los que han sido detenidos únicamente por defender el derecho a la libre expresión y rechazamos las medidas de censura periodística y exigimos se restaure la señal a los canales suspendidos", abogaron.
Hizo además un llamado al empresariado nacional "recordándoles la responsabilidad de coadyuvar en la restitución de la República".