26 de noviembre 2024
Un mes antes de ser asesinada, Ana Meléndez, se había refugiado en un centro para mujeres víctimas de violencia de género en Estados Unidos. La migrante nicaragüense intentaba protegerse de su expareja Óscar Vega Espinoza, quien la había amenazado de muerte a ella y a sus dos hijos.
Sin embargo, la mañana del 16 de agosto de 2024, el cuerpo de Meléndez fue encontrado a la orilla de un arroyo en Houston, Estados Unidos. Ana tenía golpes en su cuerpo y una herida de arma blanca en su pecho que le penetró el corazón, revelaron las autoridades estadounidenses.
El asesinato de Meléndez es uno de los 19 femicidios de migrantes nicaragüenses que han ocurrido entre entre enero y noviembre de 2024, según el monitoreo del Observatorio Voces, de Católicas por el Derecho a Decidir.
Los femicidios de migrantes nicaragüenses van en aumento desde hace tres años. En 2023 fue el año que más muertes se reportaron, con un total de 22. El doble de las 11 registradas en 2022. En lo que va de 2024, el observatorio ya contabiliza 19 muertes, según datos publicados al 25 de noviembre de 2024. La mayoría de femicidios han ocurrido en Costa Rica y quedan en la impunidad.
“Los casos en Costa Rica la mayoría son los que están en la impunidad. Muchos dicen que son sicarios o por tráfico de droga”, explicó el observatorio.
En 2023, el observatorio denunció que solo el 5%, equivalente a dos de los 22 femicidios en el extrajero tuvieron acceso a la justicia. Las familias de las víctimas de violencia de género también deben enfrentarse a los procesos de repatriación que pocos son apoyados por el Estado.
Femicidios e impunidad en el extranjero
CONFIDENCIAL rastreó nueve de los 19 femicidios que han ocurrido en 2024 y analizó qué ha pasado con ellos. La revisión reveló que cinco de las muertes ocurrieron en Costa Rica, dos en Estados Unidos, una en Panamá y otra en El Salvador.
En seis de los casos, las autoridades han iniciado procesos en contra de los agresores, quienes están a la espera de ser condenados. Mientras, hay tres que están en impunidad, uno porque el femicida se suicidio tras matar a su pareja, otro cometido en Costa Rica está estacando porque el agresor huyó a Nicaragua y de otro no se ha esclarecido cómo ocurrió ni quién lo cometió.
La madre de Ana Meléndez, quien lleva su mismo nombre y también es migrante, viajó desde España a Estados Unidos para exigir justicia por su hija.
"No puedo perdonarlo, de corazón yo no puedo perdonarlo, pero está un Dios que es el que se va a encargar de la justicia", dijo a Telemundo Houston.
El asesino de su hija, Óscar Vega Espinoza, fue arrestado el 27 de agosto de 2024 y se encuentra en la cárcel del condado de Harris, acusado de asesinato y manipulación de pruebas.
360 nicaragüenses asesinadas: 68 en el extranjero
Entre 2020 y 2024, han ocurrido 360 femicidios de nicaragüenses. Al menos 292 de estos ocurrieron en territorio nacional y 68 en el extranjero, según datos de Voces analizados por CONFIDENCIAL.
El número de femicidios de nicaragüenses ha incrementado desde 2020 cuando se superó la barrera de los 70. Entre 2015 y 2019, el observatorio reportó entre 49 y 69 casos. Sin embargo, desde el año de la pandemia la cifra no disminuye:
- 2020: 71 femicidios, de ellos 63 en territorio nacional y ocho en el extranjero
- 2021: 71 femicidios, igual de estos 63 en territorio nacional y ocho en el extranjero
- 2022: 68 femicidios, de estos 57 en territorio nacional y 11 en el extranjero
- 2023: 74 femicidios, de ellos 52 en territorio nacional y 22 en el extranjero
- 2024: 76 femicidios, de estos 57 en territorio nacional y 19 en el extranjero (10 en Costa Rica y 7 en Estados Unidos)
La mitad de los femicidios ocurridos en el extranjero en 2023 ocurrieron en Costa Rica. En ese país vecino, el principal destino migratorio de los nicaragüenses, los connacionales encabezan la cifras de homicidios.
A principios de año, el director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Randall Zúñiga, reveló que de los 139 extranjeros asesinados en 2023, un centenar eran nicaragüenses.
“Los agresores siempre son los mismos, la mayoría son pareja, exparejas, con algún vínculo familiar, incluso desconocidos. Y las mujeres jóvenes son las que están siendo asesinadas con los mismos patrones que hay en Nicaragua, nada más que en otro país”, explica una integrante de la Red de Mujeres Contra la Violencia.
Según una revisión de CONFIDENCIAL a las estadísticas del OIJ, en los últimos cinco años hubo 298 homicidios de nicaragüenses.
Migrantes son las más expuestas
Hay varios factores que agravan la situación de violencia de las migrantes entre ellas: la precariedad laboral, la falta de documentación, el aislamiento o falta de información, señala la feminista Maryorit Guevara, presidenta del Movimiento de Mujeres Migrantes, situado en Extremadura, España.
En 2023, explica Guevara, de los 58 femicidios que se contabilizaron, 25 eran de mujeres extranjeras. “Es decir, que un poco más del 40% de estas víctimas son mujeres migrantes, una población que no llega ni al 6% en España”, lamenta. En este país europeo no se brindan a detalle las nacionalidades de las víctimas.
“Ser mujer y migrante es una doble condición para quedar vulnerable ante la violencia machista”, añade Guevara, “no solo por el racismo institucionalizado que pone en duda siempre el relato de las mujeres migrantes o que no facilita información de recursos; sino también porque en las relaciones de pareja al no tener documentación los hombres siempre están amenazándolas con denunciarlas por haber ejercido su legítimo derecho a migrar”.
Una integrante de la Red de Mujeres Contra la Violencia explica que se conoce muy poca información sobre los femicidios cometidos en el extranjero, pero hay claridad en que las mujeres migrantes son más vulnerables porque están solas, no tienen redes de apoyo ni conocen las leyes, y los femicidas se aprovechan de esta situación.
Además, añade, “el Estado de Nicaragua poco influye para que haya justicia en el exterior, no hay apoyo a la familia. Aquí hay una organización que a duras penas apoya a niños huérfanos y a la familia dándole acompañamiento jurídico, psicosocial y pues se hace con pocos recursos”.
Organizaciones feministas nicas en el extranjero
Las feministas recomiendan a las migrantes que sufren violencia machista acercarse a organizaciones especializadas en atención a víctimas de violencia que sean dirigidas o estén mujeres migrantes en parte del equipo especializado que hace el abordaje.
“Las mujeres migrantes en relaciones con españoles sufren otras situaciones que las vulnera porque muchos las amenazan (si están irregulares) con denunciarlas; les arrebatan a sus hijos; al estar solas sin familias quedan expuestas a las agresiones; las corren de los pisos incluso cuando ellas los pagan, un sinnúmero de situaciones que viven por ser mujeres migrantes”, explica Guevara.
La integrante de la Red de Mujeres también destaca que una parte positiva que está ocurriendo es que muchas de las organizaciones y movimientos feministas se han desplazado a países como Costa Rica que ahora podrán apoyar a las migrantes nicaragüenses que sufran violencia machista.
“Es un valor muy importante porque se está acompañando a nivel jurídico, psicosocial, se está dando apoyo a muchas familias, sin embargo, la problemática es tan grande que no llega para todas en Costa Rica”, reconoce.
Las que nos faltan
Aracely del Carmen Rodríguez. La nicaragüense de 43 años fue la primera connacional en ser asesinada en 2024. La migrante era mamá de cuatro hijos. El femicidio ocurrió el 27 de febrero, en Costa Rica, y sigue en la impunidad.
Rodríguez fue asesinada por su pareja Lester Lejarza Hernández, de 24 años. El hombre la agredía física y psicológicamente desde hace meses, hasta que finalmente la asfixió y después se fugó. El OIJ sospecha que Lejarza regresó a Nicaragua y su familia clama justicia.
"Ese hombre me hizo un daño inmenso, a mí y a mis otros tres hermanos y de corazón pedimos que nos ayuden a encontrarlo, para que el crimen de nuestra no quede impune", escribió en Facebook Michelle Álvarez, hija de Aracely.
María Cristian Rivera Pérez. En Panamá, fue asesinada la migrante de 61 años. A ella la mató de una puñalada en el cuello Michael Rodríguez Pineda, quien supuestamente intentó robarle.
Según medios locales, Rivera fue encontrada sin vida en el baño de su casa, su cuerpo estaba golpeado y ella tenía una herida de arma blanca. En este caso las autoridades panameñas capturaron al asesino y lo procesaron a una pena de 35 años de prisión.
Mirna Soza. Fue apuñalada en la garganta cuando bajaba del metro en Studio City, Los Ángeles, Estados Unidos. La migrante de 66 años regresaba de su trabajo cuando Elliot Tramel Nowdem, la atacó.
El asesino fue capturado horas después y está en prisión mientras su caso va a juicio. Según reportaron medios locales, en septiembre fue declarado "mentalmente competente para ser juzgado y sigue encarcelado sin derecho a fianza".
Soza tenía cinco años de haber migrado. Su cuerpo fue repatriado a Nicaragua. Sus hijos están a la espera de que se haga justicia.
María Rafaela Mora. Tenía 60 años. Fue encontrada en el fondo de un pozo artesanal que tenía en el patio de su casa, en Limón, Costa Rica.
Sin embargo, Mora no murió a causa de la caída como quiso hacer creer su esposo Eduardo Espinoza Vázquez, pues al recuperar su cuerpo, las autoridades costarricenses vieron que tenía golpes en el rostro y en la cabeza.
“Venía un poquito ebrio y entré de una vez a la casa, entonces me pareció raro que mi mamita no estuviera aquí. Entonces busqué, busqué y busqué. Salgo y veo hacia el pozo y miró la cartera que ella andaba. Intenté sacarla, pero no pude”, dijo Espinoza a un medio local en un intento por despistar el femicidio.
Las autoridades arrestaron y encarcelaron a Espinoza, de 55 años, mientras concluye el proceso por la muerte de Mora.
Leslie Calderón Machado. Tenía 21 años. Estuvo desaparecida durante dos meses. La última vez que se comunicó con su familia fue el 2 de marzo de 2024 y fue hasta el 5 de mayo que las autoridades costarricenses encontraron su cuerpo maniatado, con signos de violencia y con una bolsa plástica en la cabeza a la orilla de un río en Alajuela.
La joven migrante tenía siete meses de haber llegado a Costa Rica en busca de oportunidades económicas para sacar adelante a su hijo. Aún no se ha identificado quién la mató.
En agosto de 2024, el subdirector del OIJ, Michael Soto, pidió la colaboración de la población para descubrir quién o quiénes la asesinaron.
“Queremos pedir ayuda a la ciudadanía para tratar de clarificar este caso con información que nos sea útil, ya que esta persona vivía sola en el país y la información es muy limitada”, dijo Soto al diario La Nación.
“Si le hicieron algo, se tiene que hacer justicia, porque ahora fue ella, otro día podría ser mi hija y yo la cubro con la sangre de Cristo, pero igual, uno nunca sabe”, clamó su madre Mayra Mendoza, al mismo diario local.
Johanna Sobalvarro. Fue asesinada por su hijo, de 25 años, quien la hirió con un puñal en el estómago, en San José, Costa Rica. En ese país, el femicidio de esta migrante nicaragüense no tuvo mucha cobertura mediática.
Lo poco que se sabe es que su hijo fue internado en el Centro de Atención de Personas con Enfermedades Mentales en Conflicto con la Ley, donde fue valorada su salud mental.
Marisol Rodríguez. Tanía 40 años. Ya había denunciado a su pareja y había conseguido que le otorgaran medidas cautelares por violencia doméstica. Sin embargo, nada de eso importó porque el 27 de mayo de 2024, el hombre la asesinó.
"Ella ya había puesto varias denuncias, eran tres, la vez pasada ella se había ido por lo mismo porque la hostigaba mucho, la asfixiaba y no la dejaba en paz, por eso ella lo había denunciado", dijo su mamá Berthilda Codero a Alerta 8.
Rodríguez es una migrante nicaragüense que había adquirido la nacionalidad costarricense y vivía en Upala. Era mamá de tres hijos, entre ellos una niña de 18 meses, quien quedó bajo protección del Patronato Nacional de la Infancia de Costa Rica. Ella era estilista.
"Este femicidio evidencia la insuficiencia de las medidas de protección para las mujeres migrantes nicaragüenses en Costa Rica y subraya la urgente necesidad de justicia y protección real", señaló el colectivo Volcánicas.
Su cuerpo fue encontrado con heridas de arma blanca y presuntamente tenía un golpe en la cabeza. Al asesino de Rodríguez lo encontraron escondido en un piñal, a unos 10 kilómetros del lugar del crimen.
Josseling Orozco. Tenía 23 años. Fue asesinada a cuchilladas por su pareja Yony Vallejos, en El Salvador. La joven era mamá de dos niños y fue asesinada el 23 de agosto de 2024.
Aunque su asesino fue capturado por las autoridades salvadoreñas, su asesinato quedó en impunidad porque el hombre murió un día después. Según medios locales, tras matarle se tomó un insecticida y no sobrevivió.