20 de noviembre 2019
Al Cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua y presidente de la Conferencia Episcopal, se le ha visto poco durante los últimos días. Buena parte de la feligresía católica reclama su presencia en el templo de San Miguel Arcángel, en Masaya, o en la Catedral Metropolitana de Managua, dos templos sitiados por la Policía Nacional y por los partidarios del Gobierno, pero al jerarca católico no le gusta la publicidad y considera que las mejores gestiones se hacen “en silencio”.
Muestra de ese trabajo silencioso de la iglesia fue la evacuación de un grupo de madres que permanecían en huelga de hambre en la Catedral de Managua y mientras que personas que se habían tomado el lugar "entregaron el templo a Monseñor Andrea Piccioni, secretario de la Nunciatura Apostólica y al padre Boanerges Carballo, delegado del Cardenal Leopoldo Brenes", evidencia un comunicado de la Arquidiócesis de Managua.
En esta entrevista el Cardenal Leopoldo Brenes habla del asedio contra los templos católicos, señala que tiene una comunicación fluida con el padre Edwin Román, quien permanece cercado en su parroquia y respalda la postura del sacerdote que se niega a abandonar a sus feligreses que se encuentran en huelga de hambre.
Para el arzobispo, los ataques contra algunos sacerdotes y religiosas no constituyen una verdadera persecución contra la Iglesia Católica, aunque reconoce que la presencia policial en los templos ha obstaculizado en varias ocasiones los servicios religiosos, y cree que basta con sentirse “libre en su actuar”.
Eminencia ya han pasado varios días de incertidumbre en algunos templos de la Arquidiócesis ¿Cuál es la situación de las parroquias en este momento?
Tanto la Catedral de Managua que el día de ayer (lunes) fue ocupada en un primer momento por las madres en su demanda y luego por simpatizantes del Gobierno que fueron ahí para contrarrestar esa posición de las madres, se quedaron toda la noche y gracias a Dios no hemos tenido que sufrir víctimas. Sí hemos tenido que sufrir la quebradura de algunos candados, algunas ofensas, golpearon al padre Rodolfo (López) y a la hermana (Arelys Guzmán), pero creo que la actitud nuestra no es hacer política sino más bien siempre es una acción humanitaria la que nosotros desarrollamos y en eso nos vamos a mantener. Sé que hay algunas parroquias, porque salió un anónimo que decía que iban ocupar un buen número de parroquias, y ante esto algunas patrullas de la policía rondaron esas parroquias pero no hubo ningún hostigamiento a los sacerdotes, de manera especial estaban en Santa Marta, pero el sacerdote realizó la misa en la tarde con tranquilidad, no hubo ningún problema. De igual forma, en Las Colinas y la Divina Misericordia, fueron las tres parroquias de Managua en las que yo tuve conocimiento pero se realizó la vida normal.
Estas personas que se tomaron la Catedral dijeron en algunos medios de comunicación que ellos llegaron a limpiar la iglesia, que la iglesia estaba sucia y que quitaron la suciedad física y moral de los sacerdotes de la Catedral
Bueno, nosotros vamos a hacer una limpieza espiritual que es más importante porque -a veces- la limpieza de la basura es algo material, pero yo creo que lo importante es limpiarnos espiritualmente y eso significa evitar odio, evitar rencor, creo que eso pudiese estar pudriendo nuestro corazón y es bien negativo. Un trabajo que tenemos que hacer todos los nicaragüenses es pedirle al señor que nos dé un corazón grande para amar, porque la limpieza física es fácil y hasta con máquinas se puede hacer, pero la limpieza espiritual es mucho más importante porque cuando hay odio, hay rencor, eso enferma a la persona y enferma a la sociedad y esa es la misión que tenemos nosotros como iglesia: ser médicos del alma también.
¿Estas comunidades de base que se tomaron la Catedral realmente pertenecen a alguna congregación católica o son personas con alguna filiación política?
Es una experiencia que se tuvo por los años setenta y ochenta, pero luego poco a poco se fueron perdiendo y quedaron algunos residuos ahí. Yo conozco a varios de esa comunidad de San Pablo, porque en los años ochenta era presbítero, esa comunidad es de la 14 (de Septiembre), una comunidad eclesial que no forma parte a la sociedad de comunidades eclesiales de la iglesia aquí en Nicaragua.
Ellos decían “venimos a reclamar el templo porque la iglesia es de todos”, pero al mismo tiempo estaban desalojando a quienes estaban dentro de la iglesia.
Creo que la frase que ellos decían, eso no es mentira. La iglesia es de todos, pero también tenemos que respetarla, el que sea de todos no significa que podemos hacer todo, hay una jerarquía y esa jerarquía es la que va marcando las pautas y nosotros nunca hemos negado eso. Cuando yo predico, o cuando un sacerdote celebra la eucaristía no pregunta ni celebra para X o Y grupo, las puertas de la Catedral han estado siempre abiertas y ahí llegan de todo, a veces uno conoce la filiación de alguna persona a la Sangre de Cristo, llegan de todas las tendencias políticas y sociales y la iglesia es de todos. Yo mismo he dicho “yo soy el arzobispo de todos los católicos de la arquidiócesis de Managua”, ¿Qué significa esto? Que aquí pueden haber de X, Y, Z, gordos, flacos, morenos y yo soy el arzobispo de todos. La iglesia no hace diferencia de personas porque Cristo no vino a hacer diferencia de personas.
Una situación similar se está viviendo en templo de San Miguel Arcángel, en Masaya, pero en este caso quienes están recluidos son el sacerdote y un grupo de madres ¿Usted ha tenido comunicación con estas personas?
Con las personas no, pero sí la he tenido de manera permanente –una o dos veces al día- con el padre Edwin (Román) porque es mi sacerdote y tengo que cuidarlo en dos líneas: espiritualmente y también físicamente. Entonces, la comunicación la hemos tenido desde el mismo día jueves 14, yo me di cuenta a las 4:30 PM, él acababa de terminar la eucaristía, me comuniqué con él y me dijo “mire esta es la situación”. Ya después como a las 9:00 PM me dio otra situación cuando ya estaba prácticamente rodeado y así cada mañana y cada noche -que tenemos oportunidad- comentamos y yo trato de darle ánimo para que su fe no decaiga y también animándolo con la cuestión de su salud, porque él es diabético y tiene que estar tomando las medicinas adecuadas y también exhortándole para que tenga mucho cuidado con su salud.
¿Cuál es la situación dentro de San Miguel? En un primer momento la Policía encerró a estas personas y ahora las quiere sacar del templo, es algo contradictorio
Yo creo que ellos entraron libremente y en el momento que ellos dispongan yo pienso que pueden dejar el templo. Yo he escuchado de parte del Gobierno que si ellos deciden salir se irán tranquilos. Claro, es interesante que tengan que pensar en su salud, pero eso ya son decisiones personales de ellas. También creo que la vida hay que cuidarla y creo que el reclamo que están haciendo por sus hijos, de alguna u otra forma ha sido un clamor mundial, las noticias han salido y yo creo que de alguna u otra forma han logrado su objetivo, que se sepa la demanda de ellas que en cierta forma también es justa.
En sus comunicaciones con el sacerdote Edwin Román le ha explicado ¿por qué no han salido del templo?
En primer lugar porque es su templo, en segundo lugar es su casa, él no puede salir de ahí. Él es el párroco de ahí y algunas de las personas que están ahí son sus feligreses. Lo que él me externa es que siente un compromiso moral de poder estar ayudando con un apoyo moral, en sus demandas que él –como todos nosotros- las consideramos justas, pero respeta la actitud de las personas que están ahí.
¿Qué acciones está tomando la Arquidiócesis para resolver esta situación?
Hay situaciones en las cuales nosotros no somos de publicidad, porque a veces cuando se publican las acciones y no se cumplen después todo el mundo critica. Ustedes saben que yo no ando hablando todos los días, ni escribiendo todos los días, yo soy más de trabajar como las hormiguitas, aunque muchos me critican que por qué no habla, que por qué aquí, que por qué allá, ustedes lo han visto, pero yo no soy de esos, yo no tengo Twitter para estar twitteando todos los días, no tengo Facebook porque eso me parece que no, yo creo que lo importante es el trabajo que se puede hacer en secreto... A mí no me gusta mucho la publicidad porque pienso que es mejor que mi nombre esté grabado en el corazón de Dios y no en el corazón de un periódico.
¿La iglesia de Nicaragua se siente perseguida?
Mira cuando hay todo este hostigamiento pues de alguna u otra forma se piensa, pero yo no diría que se nos esté hostigando directamente, quizá indirectamente. Pero lo importante es que uno se sienta libre en su actuar y es lo que nosotros, prácticamente, todos los sacerdotes estamos haciendo, pueden estar ahí hostigando pero nosotros seguimos celebrando. Yo pienso que el hecho de que uno deje de hacer las cosas puede ser molesto, pero nosotros verdaderamente nos sentimos libres, nos sentimos libres en el señor que es la mejor libertad y actuamos y predicamos el evangelio que es lo más importante para nosotros.
¿Pero la presencia constante de la policía afecta la realización de los servicios religiosos?
En algunos momentos sí, pero también algunos sacerdotes me dicen “si yo no los provoco ahí están”, yo también hago lo mismo, llego a una parroquia y si miro una patrulla le digo adiós y si me contesta bueno, pero yo digo, si no los provoco ellos tampoco me van a provocar. Como te digo lo importante es sentirse libre y seguir celebrando la eucaristía. Claro, la gente cuando mira una patrulla siente temor, pero eso hasta los conductores cuando ven una patrulla en la carretera siente temor.