3 de octubre 2024
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Unas 92 agrupaciones del sandinismo histórico han sido eliminadas por orden de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, entre el 31 de mayo de 2022 y el 29 de agosto de 2024. El cierre abrupto ha afectado a organizaciones de excombatientes sandinistas, veteranos de guerra, desmovilizados y madres de caídos, según un análisis de CONFIDENCIAL.
Las asociaciones fueron canceladas porque, supuestamente, tenían sus juntas directivas “vencidas” y no habían “reportado” sus estados financieros. Estas dos causales son las mismas que ha usado el Ministerio del Interior (MINT), antes Ministerio de Gobernación, para anular, desde 2018, las personerías jurídicas de unas 5388 oenegés.
“La dictadura está mandando mensajes a los combatientes históricos de forma muy directa. Recién llegaron al Gobierno, en 2007, Rosario —como lo pueden corroborar las organizaciones de desmovilizados— fue clara: todo eso es historia pasada. Ahora estamos en otra etapa y nos vamos a concentrar en los jóvenes. Y así lo hicieron”, opinó la exguerrillera y exiliada, Mónica Baltodano.
Subrayó que las cancelaciones son “parte de la estrategia de Rosario Murillo de desaparecer cualquier espacio de protagonismo que pueda tener un mínimo de vocería e independencia. Es el enfoque totalitario que intenta subordinar de forma absolutista todo cuanto se mueve”.
Cierres iniciaron en mayo de 2022
Los cierres de oenegés en Nicaragua comenzaron en noviembre de 2018; sin embargo, fue hasta mayo de 2022 cuando los Ortega-Murillo comenzaron a decapitar a las agrupaciones sandinistas. Ese año, ordenaron el cierre de 31 agrupaciones sandinistas, según refleja el análisis de CONFIDENCIAL, con base en una base de datos construida con los registros de las más de 5300 oenegés cerradas.
En 2023 se sumaron otras cinco agrupaciones sandinistas. En lo que va de 2024, el régimen consumó el cierre de 56 asociaciones.
De las 92 asociaciones, 22 estaban en Managua, ocho en Chinandega, siete en Masaya, cinco en Estelí, cuatro en León y Carazo, tres en Nueva Segovia, Matagalpa y Jinotega y de la Costa Caribe, según sus solicitudes de personería jurídica ante la Asamblea Nacional.
Asimismo, se identificaron dos en Madriz y Granada y una en Boaco. Entre las organizaciones también hubo cuatro que tenían cobertura nacional y 21 que no se logró rastrear su lugar de origen.
Lee la lista de agrupaciones sandinistas canceladas aquí:
Ortega usa a agrupaciones sandinistas
Baltodano, quien ha hecho un trabajo de memoria histórica, señaló que hubo organizaciones de desmovilizados que “se plegaron a la dictadura y se convirtieron en parte de su propaganda”.
No obstante, hubo otras que “realmente se centraron en luchar por las reivindicaciones. Esas fueron las primeras en ser perseguidas y borradas del mapa”, según la excomandante guerrillera.
Recordó el caso del excombatiente Marvin Vargas, conocido como “El Cachorro”, quien es considerado el primer preso político de la dictadura. En 2011, Vargas encabezó unas protestas de excombatientes para exigir una partida presupuestaria para atender sus problemas sociales. El ciudadano era presidente de la Asociación Cachorros de Sandino. Fue detenido el 8 de mayo de 2011 por la Policía Nacional y, desde entonces, se mantiene en las cárceles de la dictadura, pese a que ya cumplió su condena.
Las organizaciones sandinistas sumisas al régimen han fungido como canales de comunicación en los municipios. Sin embargo, para los Ortega-Murillo “no dejan de ser “molestos” porque sus integrantes tienen muchas necesidades no satisfechas y reclaman por ellas. Uno lo puede ver en sus páginas de Facebook”, sostuvo Baltodano.
Agregó que las agrupaciones sandinistas también sirvieron a la dictadura durante las protestas cívicas de 2018. “Parte de los excombatientes fueron pertrechados con armas de guerra para ir delante a reprimir a las manifestaciones y a los atrincherados en las barricadas en los pueblos”, dijo.
“Una vez que los usaron —prosiguió— los mandaron de nuevo al basurero. Así que el cierre de sus organizaciones es reflejo del desprecio que la cúpula de poder siente por ellos”.
“Loas” al régimen no salvaron a asociaciones
Entre las organizaciones canceladas hay algunas que se mostraban abiertamente leales a la dictadura, como la Asociación de Desmovilizados 22 de Marzo (R.N). Esta agrupación salió en 2019 a respaldar a Ortega en una conferencia de prensa donde aseguraron que “nuestro sueño se ha hecho una realidad solo con el Frente Sandinista. ¡Paz y Libertad con Daniel!, eso es lo que realmente se dice en el campo”.
El respaldo de esta asociación fue tal que uno de sus fundadores, Jorge Luis Díaz Salazar, conocido como “comandante Risita”, se infiltró en la mesa del Diálogo Nacional de ese año. Díaz confesó, en un reportaje del diario La Prensa, que tenía acuerdos con el Gobierno de Ortega para conseguir tierras, viviendas y otros beneficios agrícolas para los campesinos.
Otras asociaciones que se mostraban, en sus páginas de Facebook, como fanáticas de la pareja presidencial son la Fundación Cachorros de Sandino del BLI Ramon Raudales o la Asociación de Combatientes y Colaboradores Históricos “Héroes de Veracruz” que usan su página para compartir propaganda política. También la Asociación de Víctimas de Guerra “Pedro Arauz Palacios” que participaba abiertamente en manifestaciones en favor de la dictadura.
