14 de agosto 2023
El bloqueo de las cuentas bancarias y la inmovilización de bienes de la Universidad Centroamericana (UCA) son un "atentado contra la comunidad universitaria", valoran defensores de derechos humanos, investigadores, académicos y graduados.
Con estos bloqueos, la universidad jesuita enfrenta la embestida más reciente de la dictadura orteguista, que ya ha cancelado 26 universidades nicaragüenses en dos años y medio, desde finales de 2021 a mediados de 2023.
La comunidad universitaria de la UCA está integrada por más de 5000 estudiantes y 546 docentes, según datos actualizados hasta 2021 en el Consejo Nacional de Universidades (CNU). Sobre estos, hay incertidumbre y miedo.
El temor es que esta embestida culmine con la confiscación de la universidad, como ya ocurrió con otras once universidades privadas y además de centros educativos administrados por la Iglesia católica.
Este sábado 12 de agosto de 2023, en una nueva comunicación enviada a su comunidad universitaria, la UCA reiteró que trabaja para solucionar sus problemas administrativos y gestiones bancarias, pero continuó sin brindar más detalles sobre la situación.
La universidad destacó que continúan sus actividades normales. En sus redes sociales también reportó el inicio normal de sus programas de estudios especializados como postgrados y diplomados. Asimismo, según su calendario académico, este 14 y 15 de agosto, tiene previsto la inscripción de asignaturas para el segundo semestre, y las clases regulares inician el lunes 21.
"Es venganza", valora graduado y exreo político
Los bloqueos contra la UCA son un acto de “venganza contra el pensamiento, el criterio, la conciencia”, valora el exreo político y graduado en esa de casa de estudios, Lesther Alemán. El líder estudiantil también vincula estos actos con la persecución religiosa que vive el país, porque considera que este ataque es contra la Compañía de Jesús, dijo en entrevista con el programa Esta Semana, que se transmite en YouTube.
Alemán exhortó a la comunidad internacional a no dejar sola a la UCA. “Ningún Gobierno que defienda la democracia y los derechos puede voltear a ver hacia otro lado, mientras están por arrebatar la Universidad Centroamericana”, señaló.
Para Alemán, el objetivo es “evitar que despojen de los sueños del presente y el futuro a miles de jóvenes que aspiran a hacer algo en Nicaragua o aspiran a ser profesionales”.
“Es alarmante saber que los estudiantes están en la incertidumbre si continúan o no su segundo, tercer, su primer o último año en la Universidad Centroamericana. Definitivamente, las implicaciones son graves”, lamentó el líder universitario, desterrado y despojado de su nacionalidad.
La UCA es la primera universidad privada en Centroamérica, con 63 años de trayectoria, desde su fundación el 23 de julio de 1960 por la Compañía de Jesús. Actualmente tiene una oferta académica de 15 carreras de pregrado y 21 programas de postgrado, entre maestrías, especializaciones, diplomados y cursos.
También cuenta con cuatro institutos y dos centros: Instituto Interdisciplinario de Ciencias Sociales, Instituto Interdisciplinario de Ciencias Naturales, Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica, el Instituto de Investigación y Desarrollo (Nitlapan), el Centro de Biología Molecular y el Centro de Innovación.
La líder estudiantil, Yunova Acosta, también afirmó en Esta Semana, que las acciones contra la UCA “son un mensaje no solo para la comunidad estudiantil, sino también para los entes religiosos, para la comunidad jesuita, también a nivel centroamericano”. Añadió: "Es alarmante y condenable”.
La UCA, un símbolo educativo
El defensor de derechos humanos, Gonzalo Carrión, considera que el régimen orteguista “ha atentado contra la comunidad universitaria” de cada casa de estudios clausurada y esta acción se suma a la sistemática represión que prevalece en el país, advirtió.
Recordó que el primer intento de doblegar a la UCA fue a través de la asfixia económica, al quitarle su partida presupuestaria del 6%, en 2022. En la acción, colaboraron el Ministerio de Gobernación (Migob), el Consejo Nacional de Universidades (CNU) y el Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación (CNEA), que desde 2019 también bloquean la entrega de las constancias sobre el correcto funcionamiento de la universidad.
Carrión añadió que la UCA es un “símbolo de enseñanza y calidad en Nicaragua”. Sus estudiantes también se sumaron a las protestas ciudadanas de la Rebelión de Abril de 2018 y cuando se estableció el estado policial de facto, en septiembre de 2018, su campus fue el último sitio seguro para las protestas por la libertad de los presos políticos. “Por eso y un acumulado de cosas le pasan la cuenta a la Universidad Centroamericana”, valoró el defensor.
En su discurso de toma de posesión, el 7 de julio de 2022, el rector de la UCA, padre Rolando Alvarado, aseguró que el habitual cambio de esa autoridad “coincide en esta ocasión con cierta modificación en las circunstancias externas e internas en que lo realizamos”, sin hacer referencia explícita a la prohibición de ingreso al país del sacerdote jesuita, José Alberto Idiáquez, quien estuvo en el cargo desde 2014.
“Las posibilidades y limitaciones para nuestro caminar institucional futuro responden a nuevos desafíos y oportunidades”, expresó el sacerdote Alvarado. Señaló que “la UCA es, ante todo, una institución de índole cultural. Esa es su identidad social, a eso se dedica, en ese ámbito se inscribe su quehacer, en el de la cultura”, remarcó.
Gestiones administrativas permanecen “congeladas”
Por su parte, los estudiantes de la UCA permanecen alertas ante el desenlace de esta situación. Varios de ellos dijeron a CONFIDENCIAL que, de llegar a darse una confiscación, no descartan salir del país.
“María” asegura que “todo está muy tenso”. Relata que esta semana intentó gestionar su certificado de notas como una medida preventiva, pero no logró finalizar el trámite porque no había forma de ejecutar el pago correspondiente.
Se extrañó que no era la única en la oficina de Registro Académico de la UCA que realizaba dicho trámite, que normalmente está vacía, más en este periodo de vacaciones.
Dijo que habían alrededor de 30 estudiantes intentando solicitar su certificado de notas o gestionar su título. Confió que algunos de sus compañeros obtuvieron su certificado meses atrás, precisamente, por el temor a que la UCA fuera confiscada, como pasó con otras entidades privadas.
Ataque a la UCA es también una agresión a la Iglesia
El secretario ejecutivo del Centro de Asistencia Legal Interamericana de Derechos Humanos, (CALIDH), Danny Ramírez, señaló que el régimen no solamente está agrediendo la autonomía universitaria, sino que también violenta la libertad religiosa, en un contexto de persecución contra la Iglesia católica.
La UCA forma parte de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL), constituida por 30 universidades en 14 países de la región y está integrada a la red de instituciones de Educación Superior de los Jesuitas en Europa, Asia y Estados Unidos, indica en su página web.
Se define como “una universidad privada, autónoma y de servicio público, confiada a la Compañía de Jesús. Inspirada en la espiritualidad y la pedagogía ignaciana, que contribuye a la construcción de una sociedad justa, crítica, inclusiva y comprometida con el bien común”.
Esta agresión a la UCA también va contra la congregación jesuita, señaló Ramírez, y forma parte de una cadena de ataques contra varias denominaciones de la Iglesia católica por parte de la dictadura.
Según datos de la investigadora Martha Patricia Molina, al menos diez congregaciones religiosas han sido afectadas en todo el país con medidas represivas impuestas por Ortega, entre ellas las Dominicas de la Anunciata, Misioneras de la Caridad, Monjas Trapenses, Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón y Hermanas Pobres de Jesucristo de Nicaragua.