19 de diciembre 2022
La defensora de derechos humanos, Bianca Jagger, pidió a los nicaragüenses no dejarse amedrentar por “lo que está haciendo esta pareja criminal —en referencia a Daniel Ortega y Rosario Murillo—”, y no olvidar a monseñor Rolando Álvarez, encarcelado y enjuiciado por el régimen, porque “él nos necesita en estos momentos”.
La presidenta de la Bianca Jagger Human Rights Foundation, entrevistada en el programa Esta Semana —que solo se transmite en línea por causa de la censura ordenada por el Gobierno de Ortega y Murillo— dijo también que no entiende el silencio de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, y hasta del mismo Vaticano, aunque “tenemos una voz profética fuera de Nicaragua: monseñor Silvio Báez, que todos los domingos en su homilía nos inspira y nos da coraje para seguir luchando”.
Precisamente desde la parroquia de Santa Ágatha, en Miami, (Florida), el obispo Auxiliar de Managua, predicó que “tenemos que aprender a afrontar las situaciones inesperadas y dolorosas de la vida sin quedar atrapados en la desilusión, sin caer en el victimismo y sin hundirnos en la tristeza. Hay que tomar distancia de los acontecimientos, considerar todos los aspectos, no actuar apresuradamente, saber esperar”.
La defensora narró cómo, en los múltiples escenarios en los que ha abogado por la situación de Nicaragua, sus interlocutores se han mostrado alarmados por la intensificación de la deriva autoritaria del orteguismo, que sentó a un obispo en el banquillo de los acusados, después de hacer eso mismo con sacerdotes, líderes estudiantiles, gremiales, académicos, políticos, sociales, etc.
Dada la situación internacional, con una comunidad internacional preocupada por la agresión rusa contra Ucrania, habían dejado de prestarle mucha atención a Nicaragua, “a pesar de la brutalidad de la persecución de que existe en el país y los crímenes de lesa humanidad que han sido cometidos por el régimen Ortega Murillo”, dijo Jagger.
Considera que al atacar a la Iglesia, “el señor Ortega y la señora Murillo cometieron un grave error”, porque “perseguir a la Iglesia, poner a un prelado, a un obispo en la silla de los acusados, haberlo mantenido secuestrado por 131 días, no permitir que tuviera un teléfono, haber puesto en la cárcel a los sacerdotes, a los seminaristas y a los fotógrafos que estaban con él, ha causado un escándalo, ha chocado al mundo y a todos aquellos con quienes he hablado”.
Añade que antes, cuando abogaba por la liberación de los presos políticos o hablaba de la represión en Nicaragua, encontraba simpatía y solidaridad por el pueblo nicaragüense, “pero nunca tuve la respuesta que he tenido desde que he hablado sobre la persecución de la Iglesia y en particular la persecución de monseñor Rolando Álvarez Lagos, y de los sacerdotes y de la Iglesia católica como institución”.
Insiste en que “el error de Daniel Ortega y Rosario Murillo” se volvió “gravísimo”, cuando lo hicieron comparecer ante un juez, y el mundo pudo ver “cómo está desmejorado, cómo ha perdido peso, cómo estaba pálido y ver lo que lo despojaron de su sotana”, aunque no puedan quitarle su dignidad.
¿Por qué no, su Santidad?
Del otro lado, la activista no entiende el silencio del liderazgo católico nicaragüense, ni el de la jerarquía vaticana, que se han abstenido de pronunciarse sobre las penurias del clero y el pueblo católico nicaragüense.
Jagger expresa que le ha dado “mucha tristeza, me ha sorprendido verdaderamente, primero que la Conferencia Episcopal no haya condenado la persecución de la Iglesia y en particular el secuestro de monseñor Rolando Álvarez Lagos, que no haya condenado el hecho que hay sacerdotes en la cárcel, en el exilio, que no hayan condenado que hay 247 presos políticos que están siendo torturados en Nicaragua. No lo entiendo”.
La defensora dice que le ha hecho un llamado al cardenal Leopoldo Brenes, preguntando por qué no abogó ante el papa por los rehenes de la Iglesia católica que están en manos del régimen, cuando visitó al Santo Padre; “¿por qué el Papa continúa persiguiendo esa idea de un diálogo con un desgobierno que comete crímenes de lesa humanidad, que tortura a los prisioneros, en la cual cada día se incrementa la represión brutal contra el pueblo de Nicaragua?”, cuestiona.
Aunque desde su labor como defensora de derechos humanos aboga por seguir un camino civilizado que incluya un diálogo, piensa que para ello debe haber objetividad, y estar conscientes que ir a un diálogo en las condiciones actuales “se puede convertir en ser cómplice de un régimen que comete crímenes de lesa humanidad”.
Es por eso que ha hecho “un llamado respetuoso al Santo Padre, en muchos foros… en un vídeo que he grabado. Inclusive he escrito para publicaciones religiosas… no entiendo por qué, porque él se preocupa por los perseguidos del mundo, y ha hablado sobre la situación del pueblo ucraniano. ¿Por qué no Nicaragua? ¿Qué ocurre? ¿Por qué creer que es posible tener un diálogo con Daniel Ortega? Yo sé que ha habido esfuerzos de la Iglesia con Cuba y con Colombia para liberar a ciertos presos, pero es evidente que no ha funcionado ese diálogo”.
“El momento de hablar, el momento de denunciar, el momento de invocar y pronunciar el nombre de monseñor Rolando José Álvarez Lagos. ¿Por qué no lo mencionan? ¿Por qué no rezar por ellos? No lo entiendo”, señala.
En Miami, monseñor Báez complementó su prédica dijo que “frente a estructuras y situaciones injustas delante de las cuales nos sentimos impotentes e indignados, no debemos caer en la desesperanza, pensando que todo es inútil y no hay nada qué hacer. Tampoco debemos dejarnos arrastrar por la prisa y la rabia. Las decisiones apresuradas son casi siempre equivocadas”.
Por ello, reiteró que “delante del mal que se nos impone y nos quiere someter, no permitamos que se impongan los sentimientos negativos. No nos cansemos de creer en la fuerza de la verdad y de la justicia. Hay que ser lúcidos y serenos y confiar siempre en Dios que nunca nos abandona”.