5 de septiembre 2020
Los casos de malaria en Nicaragua aumentaron un 157%, entre enero y agosto de 2020, en relación con el mismo período de 2019, según cifras divulgadas este viernes por el Ministerio de Salud (Minsa).
Hasta la semana 32, revelan los datos del Minsa, hay un acumulado de 17 961 casos de malaria. Es decir, un 157% más que los 6 989 casos acumulados durante el mismo período del año pasado, señalaron las autoridades de salud en un informe epidemiológico.
El director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Determinantes Ambientales de la Salud de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Marcos Espinal, expresó su preocupación ante el rebrote de los casos de malaria en Nicaragua, principalmente, en el Caribe Norte.
"Nicaragua tiene un problema severo en malaria, en Puerto Cabezas, que es un problema viejo y que se exacerba con esta pandemia" de la COVID-19, dijo el funcionario de la OPS.
Espinal solicitó a las autoridades de la salud de Nicaragua tomar nota sobre esa situación, principalmente, en Bilwi, con el fin de eliminar la malaria en Centroamérica.
La malaria o paludismo es una enfermedad transmitida por la picadura de mosquitos del género Anopheles y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2018 causó la muerte a unas 405 000 personas en el mundo, la mayoría de ellas niños menores de cinco años.
OPS recomienda no bajar la guardia
La OPS ha recomendado a Nicaragua y al resto de países de América Latina no bajar la guardia ante enfermedades transmitidas por vectores, tales como: el dengue, leptospirosis y la malaria, que suelen aparecer con las lluvias.
En el período lluvioso de Nicaragua, que inicia desde mayo y se prolonga hasta noviembre, deja mayores afectaciones en la zonas del Caribe de Nicaragua por inundaciones causadas por el desborde de ríos.
El director de Departamento de Preparación para Emergencias y Desastres de la OPS, Ciro Ugarte, ha pedido a los gobiernos de la región fortalecer los sistemas de vigilancia epidemiológica, para evitar que haya una proliferación de enfermedades transmitidas por vectores.
Un reporte de CONFIDENCIAL revela que este tipo de aumentos y deterioro en el manejo de las enfermedades endémicas en el país datan desde 2016. El exdirector de epidemiología del Minsa, Álvaro Ramírez, señala que "el deterioro" se debe "a las políticas de salud pública que no se están aplicando. El financiamiento que se debería dedicar a eso se va a financiar otras actividades de interés político del Gobierno”.
El experto, además, explica que en esta temporada de lluvias es natural que ocurra un incremento en los casos de dengue y chikungunya porque el mosquito transmisor, Aedes Aegypti, nace y crece en las aguas claras que se crean en los charcos. Mientras que mosquito Anopheles, transmisor de la malaria, lo hace en aguas turbias, por eso es normal que, entre octubre y diciembre, haya un pico epidémico de esta enfermedad.