6 de diciembre 2024
La red de medios propagandísticos de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo intenta manipular el discurso público sobre la nueva Constitución Política de Nicaragua —aprobada como “reforma parcial” en primera legislatura en noviembre de 2024—, al presentarla como un “logro” del pueblo o una simple actualización.
“Es una reforma parcial”; “es parte de la modernización”; “el pueblo es quien tiene el poder”; “es una reforma que responde a los intereses del pueblo”; “es democracia directa”; “promueve la equidad de género”, son algunas de las afirmaciones que replican los canales de televisión y sitios web oficialistas para manipular el discurso público sobre esta reforma que cambia más del 93% de los artículos de la “Ley Fundamental” vigente, y anula varios derechos y garantías constitucionales de los nicaragüenses dentro y fuera de Nicaragua.
Asimismo, el discurso orteguista ataca e insulta a quienes se oponen públicamente a las reformas constitucionales. A estos ciudadanos los llaman: “sirvientes”, “esclavos de los oligarcas” y “esclavos de los imperialistas”.
“Se escandalizan de que digamos que estas tierras son nuestras, que somos dueños de nuestro país y que en nuestro país manda el pueblo glorioso”, dijo Murillo, en su monólogo del 20 de noviembre de 2024.
CONFIDENCIAL analizó 36 publicaciones —entre notas, entrevistas y artículos de opinión— divulgados en los principales sitios web de la propaganda oficialista entre el 19 de noviembre de 2024 —cuando se presentó el proyecto de reforma— y el 26 de este mismo mes.
Ocultan que cambios son a beneficio de Ortega y Murillo
En las publicaciones predomina un patrón de que los cambios a la Constitución no son sustanciales, que solo dan un marco jurídico al “modelo” que ya venía ejecutando la “presidencia de Ortega y Murillo” y, sobre todo, que responde a los interés del pueblo y no de ellos mismos.
Incluso, en el discurso reconocen y nombran a poblaciones vulnerables como los pueblos indígenas, las mujeres y las asistentes del hogar, en un intento por ganar empatía, y sostener el discurso de equidad de género para justificar el ascenso de Rosario Murillo como “copresidenta”.
“Es un elemento de transformación radical, absolutamente revolucionario y además innovador”, dijo el presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras, en entrevista con el canal oficialista, Canal 4.
Porras es el operador político —conocido por ser leal a Murillo— que ha encabezado una gira de medios para manipular el discurso oficialista sobre la nueva Constitución. Incluso, en una de sus intervenciones admitió que sí se trata de una nueva Carta Magna.
“Realmente esa reforma parcial a la Constitución nos da como resultado, al aplicarla, una Constitución nueva, moderna, con transformaciones, con innovaciones”, dijo Porras y seguido reiteró que “responde a los intereses del pueblo de Nicaragua”.
Reforma constitucional empodera al “pueblo”, dicen
La narrativa oficialista muestra un interés particular por convencer de que la nueva Ley Suprema “es por y para el pueblo”. Esta frase es repetida por los medios de propaganda y por los operadores políticos en más de 200 ocasiones. Incluso, en las publicaciones está escrita en mayúsculas y se insiste en que es el “pueblo” quien gobierna, decide y pidió estos cambios.
“El pueblo ejerce el poder de manera directa, sin intermediarios ni estructuras que lo distorsionen”, dijo el operador político William Grigsby, quien dio sus puntos de vista sobre la Constitución Chamuca en el oficialista Canal 4.
Murillo introdujo el término de “democracia directa” que, según ella, es ejercido por el “pueblo presidente”, al eliminar los poderes del Estado y concentrarlos únicamente en los dos mandatarios.
En un artículo de opinión, Harold de Jesús Delgado, embajador del régimen ante Colombia, afirmó que “al ser una Constitución Política moderna, establece los mecanismos que aseguran que la vida y el mundo actual y sus diferentes manifestaciones sean tutelados para garantizar seguridad, estabilidad, paz, confianza, crecimiento económico y social”.
Defienden a Rosario Murillo y su “copresidencia”
Los operadores políticos y propagandistas del régimen se han dedicado también a defender a Rosario Murillo, quien ostentará el inventado cargo de “copresidenta”, cuando la reforma constitucional sea aprobada en segunda legislatura en enero de 2025.
“Los diz que opositores que cumplen las órdenes de sus amos neocolonialistas e imperialistas de la Tierra, muestran su cultura misógina al atacar a la vicepresidenta de Nicaragua, compañera Rosario, quien rechaza y condena toda injerencia extranjera en los asuntos internos de Nicaragua y cualquier intento de menoscabar esos derechos”, escribió el operador político Stalin Vladímir, quien semanalmente publica un artículo de opinión en El 19 Digital.
Fidel Moreno es otro de los operadores políticos que ha defendido a Murillo y lo hace usando unos supuestos avances en temas de equidad de género.
“Sin el aporte de la mujer nicaragüense no hay desarrollo posible, y que hoy por hoy, lo tenemos como política pública, no solamente en los espacios de dirección, sino en todos los derechos sociales, económicos. Es un elemento central y la Constitución por supuesto debe recogerlo”, dijo Moreno, quien es secretario general de la Alcaldía de Managua, secretario de organización del FSLN y operador político de la pareja presidencial en las municipalidades.
Las poblaciones vulnerables que nombran, como las mujeres, son víctimas de violencia machista, son expuestas por el mismo Estado, al obligarlas a mediar o liberar a sus agresores. Lo mismo ocurre con las comunidades indígenas que llevan años siendo despojadas de sus propiedades, sufren matanzas, violaciones que quedan en impunidad. Sin embargo, los operadores políticos de la dictadura insisten en lo contrario.
Supuesto reconocimiento a poblaciones vulnerables
“En esta reforma, por primera vez, (...) hablamos del reconocimiento de la lengua de los misquitos, de los garífonas, de los ulwas, del creol, el inglés creol, y del rama y el mayangna”, señaló Lumberto Campbell, coordinador de la Secretaría para Asuntos de la Costa Caribe.
En realidad, el artículo 11 de la Constitución Política de Nicaragua vigente desde 1987 con sus diferentes reformas, ya reconoce que: "El español es el idioma oficial del Estado" y que "las lenguas de las Comunidades de la Costa Caribe de Nicaragua también tendrán uso oficial en los casos que establezca la ley".
El cambio de la Constitución Chamuca en este caso es enunciar las diferentes lenguas, aunque en la práctica la dictadura solo deja en papel el supuesto reconocimiento a las lenguas indígenas, igual a como pasa por encima de las poblaciones indígenas cuando no se ajustan a sus intereses. Como en 2023, cuando se hicieron tardíamente las consultas a las comunidades sobre el millonario proyecto Bio-Clima, cancelado en marzo de 2024, la información solo se compartió en español, a pesar que los afectados solo hablaban lenguas indígenas.
Siguen con el fantasma de los gobiernos neoliberales
A pesar que las llamadas “reformas parciales” del orteguismo cambian casi la totalidad de la Constitución, vigente desde 1987, el oficialismo asegura que fueron los liberales quienes intentaron transformarla.
“Hubo un período donde la revolución tuvo que resistir el embate neoliberal, y pretendían transformar la Constitución.(...) Pero no pudieron. El pueblo preservó la Constitución y llegamos a la segunda etapa de la revolución donde comenzamos a hacer transformaciones”, celebró Porras.
El funcionario no mencionó que una de las principales reformas constitucionales, durante los Gobiernos liberales, fue promovida en el año 2000 por el “pacto” entre Ortega y el entonces presidente Arnoldo Alemán.
El principal cambio, incluyó una reforma a la Ley Electoral, que sirvió para reducir al 35% la cantidad de votos para ganar la presidencial en primera vuelta, con lo cual Ortega logró regresar al poder al obtener el 38% en las elecciones de 2006. Antes se requería el 50% + 1 para ganar en primera vuelta.
En su afán de preservarse en la silla presidencial, en 2009 Ortega intentó reformar la Constitución para eliminar el artículo que prohibía la reelección presidencial, pero no consiguió los votos. Así que consiguió que una resolución de la Corte Suprema de Justicia rompiera el candado constitucional para poder reelegirse en 2011.
Desde 2014, ha reformado la Constitución en nueve ocasiones, pero los cambios solo han beneficiado a su dictadura. Mientras, los nicaragüenses cada día ven restringidos sus derechos.