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Aplazados en calidad de la educación

Funides propone expandir educación preescolar, garantizar la asistencia de los estudiantes y estimular a los maestros

Maynor Salazar

17 de febrero 2017

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El sonido del timbre indica que el receso terminó. Los estudiantes del Colegio Zacarías Guerra, ubicado en el Distrito Cinco de Managua, caminan rumbo al salón de clases, para continuar recibiendo un repaso sobre los temas que aprendieron en el curso pasado. Este 2017, el año escolar arrancó con un total de un millón 600 mil estudiantes matriculados a nivel nacional, según información del Ministerio de Educación (Mined).

Ronaldo Navarrete estudia el tercer grado de primaria en el colegio Zacarías Guerra. El niño de siete años tiene la fortuna de asistir a este centro educativo gracias a una beca que le entregó la dirección del colegio, por ser un niño de escasos recursos económicos.

Su madre, Miriam Aburto, es consciente de que sin la beca, su hijo no podría recibir una educación de calidad. “Yo tuve muchas dificultades al prepararme, entonces tratamos de que nuestros hijos lo hagan. Quiero que sea el futuro de nuestra familia”, afirma con entusiasmo la mamá de Ronaldo.

La mayoría de los niños que asisten a escuelas públicas, enfrentan grandes desventajas en la calidad de la educación. No tienen las mismas oportunidades de Ronaldo. Reciben clases en un aula donde hay alrededor de 60 estudiantes, los pupitres que tienen a disposición están en mal estado y en ocasiones, sus padres no tienen dinero para comprar todos sus útiles escolares.


El estudio “La calidad de la educación en Nicaragua”, presentado por la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo (Funides), basado en una investigación regional realizada por UNESCO, revela las deficiencias de los estudiantes de tercero y sexto grado, en comparación con estudiantes de otros 15 países de Latinoamérica.

Lo que dice el estudio

Nicaragua alcanzó la posición número trece de quince países, solo por encima de República Dominicana y Paraguay. Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de Funides, explica que si bien los resultados pueden variar por pruebas o por disciplinas, las condiciones socioeconómicas de la familia y el hecho de que el niño haya asistido o no al preescolar, jugaron un papel muy importante en el desempeño de las pruebas que se realizaron en el estudio.

“Lo importante de estos análisis es que permite ver en cuánto, en término de puntajes de promedios, las condiciones de una familia ayudan al desempeño de estas pruebas. Las expectativas familiares, qué tanto los padres creen que la educación juega un papel importante para que sus hijos puedan salir adelante. La infraestructura escolar. Todos estos factores se engloban en unos modelos, que tratan de ver cuáles son los más importante para poder salir con una serie de recomendaciones muy puntuales sobre qué cosas se pueden hacer para mejorar este resultado de las pruebas estandarizadas”, afirma Chamorro.

El puntaje promedio establecido por la Unesco es de 700 puntos. Nicaragua registra un promedio menor a 672 puntos. Para el director de Funides, en términos generales, hay algunos elementos de los resultados donde Nicaragua no salió tan mal, sin embargo, afirma que se ven algunas diferencias en la educación pública y privada.

Los factores que explican que los estudiantes de escuelas privadas salgan mejor que los de las públicas, van desde el nivel socioeconómico y cultural de sus familias, la mayor asistencia a preescolar y la infraestructura. También que aprovechan más la asistencia y puntualidad de los docentes, así como los servicios que ofrecen sus centros educativos.

“Se le preguntó a los padres, cuáles eran sus expectativas en relación a sus hijos por una mejor educación. Pudimos establecer una diferencia entre los que tenían altas o bajas expectativas. El resultado es contundente. Esta creencia es importante que esté bien arraigada para que los muchachos sean motivados desde la casa a poder estudiar. De manera negativa si nosotros somos una sociedad que no valoramos la educación para igualar oportunidades, para reducir brechas, pobreza, entonces estaríamos generando un desincentivo para los muchachos. En general el documento hay que leerlo con bastante calma, es bien rico en todas las variables y ayuda a arrojar luces sobre qué es lo que está pasando en el país”, considera el director de Funides.

Urge invertir en la educación

Para los expertos en educación, los resultados del estudio presentado por Funides deberían convertirse es la piedra angular de una reforma educativa, que debe empezarse lo más pronto posible.

Humberto Belli, exministro del Mined, opina que este estudio es uno de los más serios que se ha realizado en el país, pues analiza el tema de la calidad educativa, mismo que se ha descuidado por centrarse demasiado en la retención escolar y la cobertura.

“No sabemos cuánto están aprendiendo nuestros alumnos. Este estudio tiene el mérito de revelar lo que ya sabíamos, que la calidad de la educación es pésima, y que existen diversos factores que influyen en la mala enseñanza”, destacó Belli.

El exministro recordó que se debe priorizar la educación en el nivel preescolar, extenderlos a las zonas rurales y aumentar la cobertura en las áreas urbanas, pues actualmente el preescolar logra cubrir solo el 17 por ciento de los estudiantes.

“Nicaragua gasta menos del tres por ciento del PIB en educación primaria, cuando las recomendaciones internacionales establecen que gastemos el siete por ciento, entonces hay que hacer un esfuerzo muy grande, tanto para ampliar la infraestructura como para capacitar a los docentes. La clave fundamental es mejorar a los maestros. Los maestros de la escuela normales tienen casi las mismas deficiencias que los alumnos, es importante también considerar aspectos como el salario de los maestros”, reafirmó Belli.

El problema con la lecto-escritura, es otro punto en el que se debe mejorar y trabajar, afirma Rafael Lucio Gil, director del Instituto de Educación de la Universidad Centroamericana (Ideuca).

“No solo es cuestión de que en los tres primeros grados no se enseña a leer ni a escribir bien, sino que este es un tema que se acumula y se engrandece a medida que pasa primaria, secundaria, e incluso en la propia universidad, es un tema recurrente, que no se ha resuelto”, continúa el director del Ideuca.

El bajísimo hábito de lectura tiene que ver mucho con el enfoque de la enseñanza, desde la lectura que se recomienda en primaria, que se hace con una mirada adulta, que complace el gusto de los docentes y no el de los niños, que en esta edad, prefieren los cuentos y poesías sencillas.

“La educación requiere ser tratada como derecho y merece que el Estado invierta en la educación lo que se requiera y es paradójico pensar que mientras el país, año con año, va mejorando sus ingresos fruto de ese desarrollo económico, paradójicamente el presupuesto para educación básica y media va decreciendo”, criticó Rafael Lucio Gil.

s proselitismo político

Hace un año, Confidencial publicó un reportaje sobre la propaganda política en las escuelas. Desde un muro repleto de pegatinas con la imagen del presidente Daniel Ortega, hasta libros con imágenes de la actual vicepresidente Rosario Murillo. Al empezar este nuevo año escolar, las cosas siguen igual.

El exministro de educación, Humberto Belli, calificó de absurdo que se utilicen los textos escolares para propaganda política, y agregó que a este problema, se le suman las faltas de ortografía que se pueden notar en las lecturas de los mismos.

Para Rafael Gil, este es un tema delicado, y aseguró que el gobierno debe replantearse esta decisión, pues en cualquier documento de educación o reunión internacional sobre el tema educativo, lo político ni siquiera es un punto a tratar, pues se asume que la educación es un acto de libertad, de desarrollo.

“Los estudiantes todavía no tienen desarrollada su conciencia y habilidades cognitivas, por tanto hay que respetar mucho esas capacidades, esas diferencias y debilidades que tiene su formación y lo peor que podemos hacer es introducir todos esos componentes de carácter político partidario que nada tiene que ver con el hecho educativo”, reflexionó el director de Ideuca.

Los expertos en educación consideraron que el futuro económico del país depende de la inversión que se haga en la calidad de la educación, pues de continuar con las mismas deficiencias, en futuras inversiones de empresas extranjeras, la mano de obra nicaragüense no estaría calificada para optar a esos empleos.

Al respecto, José Adán Aguerri, presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), dijo que el futuro es la educación y se debe aportar a este sector, de igual forma que a los otros sectores.

“Si Nicaragua quiere tener un crecimiento sostenido como el que viene desarrollando, tiene que trabajar de manera importante todo el tema de educación y gestión de innovación”, aconsejó Aguerri.

“Si se mejora la cobertura del preescolar, la infraestructura de las escuelas, si se aumenta la dotación de cuadernos y libros de los estudiantes, si se aumenta la asistencia de los maestros a las escuelas, del 78 a un 90 por ciento, se podría incrementar de forma importante los resultados obtenidos en la investigación”, finalizó Juan Sebastián Chamorro, director de Funides.


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Maynor Salazar

Maynor Salazar

Periodista. Investiga temas de medio ambiente, corrupción y derechos humanos. Premio a la Excelencia Periodística Pedro Joaquín Chamorro, Premio de Innovación Periodística Connectas, y finalista del premio IPYS en el 2018.

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