24 de diciembre 2021
Antonia Urrejola se despidió de la presidencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y como relatora para Nicaragua de esta organización, durante la última audiencia sobre la situación del país realizada el pasado 14 de diciembre.
El emotivo adiós de la abogada chilena, es una muestra del fuerte vínculo que desarrolló con Nicaragua, tras su visita de trabajo en mayo de 2018 y por mantener su vigilancia cercana con la crisis de derechos humanos del país.
Por su trabajo, Urrejola se ha ganado el respeto de muchos nicaragüenses que han acudido a la CIDH, en búsqueda de apoyo frente a la represión de la dictadura de Daniel Ortega.
“Quiero de verdad, en términos personales, agradecer la confianza y el cariño que me han dado, agradecerles la resiliencia. Si yo he hablado, si yo he levantado la voz, es por precisamente por la labor de los periodista y las periodistas independientes, la labor de quienes hoy están privados de libertad de manera arbitraria, la labor de los defensores y las defensoras de derechos humanos nicaragüenses, en personas como doña Vilma Núñez que no puedo no mencionarla, porque creo que ella representa lo que es ser una defensora de derechos humanos bajo todas las circunstancias, toda su historia de vida”, fueron algunas de las palabras de Urrejola durante la última audiencia sobre Nicaragua que dirigió.
Antonia Urrejola advierte en la OEA la “profundización” de la crisis de derechos humanos
Tras ser propuesta por la representación de Chile en la Organización de Estado Americanos (OEA), Antonia Urrejola no fue reelecta como presidenta y comisionada de la CIDH en noviembre pasado. Pero su labor dejó una huella entre los defensores de derechos humanos nicaragüenses.
“Para mí, hablar de Antonia Urrejola es un reto, porque definitivamente se trata de referirse a una persona excepcional en todo sentido. Definitivamente conocer la comisionada Antonia Urrejola me ha reafirmado una serie de principios que yo tengo acerca de la defensa de los Derechos Humanos, pienso que el trabajo en derechos humanos no es un trabajo cualquiera, no es como decir voy a ejercer mi profesión como abogado”, dijo a CONFIDENCIAL Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
Todo comenzó en 2018
La jurista llegó al país en mayo de 2018 con la misión de la CIDH que encabezó Paulo Abrao, ex secretario ejecutivo de la CIDH, durante el estallido social y el inicio de la profunda crisis sociopolítica, a causa de los asesinatos provocados por el régimen de Daniel Ortega en ese año.
El trabajo de Urrejola en ese momento, fue notado y quedó en la memoria de muchos nicaragüenses, que en ese momento vivían momentos críticos a manos del régimen de Daniel Ortega.
“La comisionada Antonia Urrejola desde el primer día que la vimos, desde el primer encuentro que tuvimos en la misión de la CIDH, pues su reacción, su trabajo fue muy empático con nosotros como familiares, estuvo muy empática, muy comprometida, obviamente desde su mandato, pero también desde la parte empática como persona, como mujer”, relató la presidenta de la Asociación Madres de Abril (AMA), Francys Valdivia.
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En ese momento, Francys denunciaba el asesinato de su hermano Franco Valdivia, un estudiante que recibió un impacto de bala cuando protestaba en el parque de Estelí.
Hansell Vásquez, excarcelado político e integrante del Grupo de Reflexión de Excarcelados Políticos (GREX), confiesa que nunca ha estado junto a Urrejola, pero a la distancia vio su trabajo.
“Recuerdo que en 2018, cuando las universidades aún estaban atrincheradas, Antonia llegó a la Upoli a ver, a dar respaldo y constatar los crímenes que se estaban cometiendo en contra de los jóvenes, de los estudiantes. Es verdaderamente audaz que una persona sin ningún motivo o interés personal, exponga su vida, exponga su humanidad, exponga su integridad y vaya donde hay una ataque permanente de parte de la represión policial, en contra de civiles, en contra de estudiantes y entrar a ese fuego cruzado, esos son actos de heroísmo, verdaderamente, que son de apreciarse, sobre todo cuando se está hablando de la defensa de los derechos humanos”, señaló Vásquez.
Marcada por un dictadura
La historia familiar de Urrejola también ha estado marcada por una dictadura. Su padre, Carlos Urrejola, estuvo preso después del golpe de estado de Augusto Pinochet en Chile en 1973 y cuando este fue liberado, ella junto a su familia tuvieron que exiliarse a Inglaterra.
Ese episodio marcó su interés por la defensa de los derechos humanos, que más adelante la llevaron a ocupar importantes puestos, como el de asesora de la presidencia de Chile en Derechos Humanos, y en organizaciones como el Banco Interamericano de Desarrollo y hasta la presidencia de la CIDH.
“No me cabe duda que esa experiencia personal igual marca, para mi al menos fue muy marcador, no solo por la experiencia de mi papá, que fue víctima de prisión política y tortura, aunque él nunca habló del tema, jamás habló de lo que le pasó estando detenido; pero también el exilio, que si bien yo era pequeña y a esa edad a uno lo que le gusta es estar con sus padres, sí recuerdo mucho las conversaciones reiteradas de mis papás de cuando podrían volver a Chile", relató a CONFIDENCIAL Urrejola.
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Después de su exilio, Urrejola volvió junto con su familia a Chile en 1981, fue activa en movimientos estudiantiles que protestaban por la dictadura de Pinochet, se graduó como abogada de la Universidad de Chile y también logró especializaciones en Derechos Humanos y Justicia Transicional.
En los años 80, Urrejola conoció Nicaragua por las noticias sobre la revolución popular sandinista. También leyó al poeta Ernesto Cardenal, a Sergio Ramírez y a Gioconda Belli, sin imaginar que años más tarde sería relatora de la CIDH para Nicaragua y vería al sandinista Daniel Ortega convertido en un dictador.
“Nunca me imaginé que de leer a estas personas y conocer la historia de lo que fue la revolución sandinista, me tocaría después, años después, ser relatora por ese país y vivir esa gravísima crisis de derechos humanos. Además, siendo presidente Daniel Ortega, eso también me impactó mucho”, confesó la defensora de derechos humanos.
Su labor
Antonia Urrejola se ha pronunciado en importantes foros internacionales sobre la situación del país, trabajo que es agradecido por los nicaragüenses que son víctimas de la dictadura Ortega-Murillo.
“Hemos tenido la oportunidad como excarcelados de poder expresar nuestras denuncias, de poder visibilizar nuestras denuncias, en lo que es la mesa de seguimiento para Nicaragua, MESENI. El trabajo que ha hecho Antonia ha servido para que la CIDH pueda relatar a la OEA lo que pasa en Nicaragua y la OEA pueda tomar medidas también, y que la comunidad internacional se de cuenta de lo que pasa. Esperamos que siempre se siga la misma tónica, pero tenemos la seguridad que Urrejola va a estar dentro de la CIDH, ayudando a que esos procesos no decaigan”, señaló Vásquez.
“Su experiencia a nivel personal, su experiencia nivel laboral y toda su trayectoria, abonó a abrir de alguna manera muchos espacios de escucha, de diálogo, que eso sirvió y eso es lo que se necesitaba en ese momento, que se escuchara. Aún, a cuatro años de crisis que ya vamos a cumplir prácticamente, Nicaragua es una de las dictaduras más invisibilizadas del mundo, puesto que cargamos con una cruz y es este aspecto del romanticismo de la revolución sandinista como tal y la figura de Daniel Ortega como tal”, comentó Valdivia.
Trabajo desgarrador
Urrejola confiesa que el trabajo como relatora, como defensora de derechos humano y en específico, su involucramiento en la crisis nicaragüenses, la ha marcado.
“Se ve mucho desgarro de este trabajo y junto con ese desgarro se ve mucha resiliencia, mucho coraje, mucho amor. Yo aprendí mucho, yo aprendí mucho y por eso doy como ejemplo siempre a doña Vilma Núñez, a las madres de abril, como un ejemplo a los estudiantes en Nicaragua, a esas lideresas de mujeres feministas que hoy día están detenidas. Siempre para mi el motor de mi trabajo fueron precisamente las víctimas, sus familiares y las personas defensoras de derechos humanos, pero en especial las mujeres, que en todas estas visitas que yo comento, el coraje que más vi fueron al de las mujeres”, comentó Urrejola.
Pese al final de su presidencia en la CIDH, Antonia Urrejola continúa comprometida con los derechos humanos de los nicaragüenses.
Urrejola se despidió de su puesto, así: “Quiero expresar mi profunda admiración por el pueblo nicaragüense y señalarles que ha sido un placer ser relatora de Nicaragua, y voy seguir levantando la voz desde donde sea, muchas gracias”.