4 de diciembre 2019
Los padres de la presa política Amaya Coppens denunciaron que su hija fue golpeada y alada del cabello por una oficial de la Policía en las instalaciones del nuevo Chipote. La golpiza habría ocurrido luego de una visita familiar en la que Coppens relató a sus progenitores la forma en que la Policía golpeó a Norlan José Cárdenas, quien pertenecía a la supuesta banda delincuencial “Chabelo”, que la población de Masaya asegura que son autoconvocados.
Tamara Zamora, madre de Coppens, se enteró de la golpiza contra su hija porque después de la visita esperó afuera de la cárcel a las madres de los otros presos políticos y “el grupo (de familiares) que entró después de nosotros fueron los que nos dieron la noticia. Una de las muchachas, que está en una celda donde se ven ahí, vio que la oficial tenía a la Amaya del cuello, también la agarraron de pelo y la arrastraron”.
La oficial que agredido a Coppens responde al nombre de Geovania y usa el número de Ship 25207, “es una mujer muy malvada” comentó Zamora mientras reclamaba que a su hija tampoco le han entregado las medicinas que necesita para la presión arterial.
“La Amaya es enferma crónica de la presión, ella estaba mal en el momento que la vi y entonces nosotros estábamos reclamando que ¿por qué no les pasan el medicamento?”, explicó la madre de la estudiante presa política, a quien el régimen de Daniel Ortega ha encarcelado por segunda ocasión.
Padre indignado por tratos crueles
Federico Coppens, padre de la presa política, señaló minutos antes de la golpiza, que se sentía “muy indignado” por las malas condiciones carcelarias y tratos crueles que sufre su hija, quien se encuentra recluida frente a una celda de castigo “donde está un muchacho de Masaya de apellido Cárdenas y su papá, que está preso también, y a ellos dos les han tratado realmente de una manera espantosa”.
Coppens denunció que Cárdenas y su papá permanecen “enchachados (esposados) las 24 horas, los arrastran por el suelo, los golpean, los patean, realmente reciben un trato degradante”.
Amaya Coppens fue detenida el pasado 14 de noviembre, junto a otras 13 personas, mientras llevaba agua y ayuda humanitaria a un grupo de madres de presos políticos en huelga de hambre en el templo San Miguel Arcángel, en la ciudad de Masaya. Actualmente enfrenta un proceso judicial por el supuesto “tráfico ilegal de armas” y su juicio está programado para el 30 de enero del próximo año.
Antes Coppens estuvo presa acusada de terrorismo, el delito que la justicia del régimen atribuyó a los manifestantes azul y blanco, pero fue liberada el pasado 10 de junio bajo la ley de autoamnistía.