19 de julio 2022
Dora María Téllez cumple 401 días de aislamiento en la cárcel El Chipote este 19 de julio, cuando se conmemoran 43 años del derrocamiento de la dictadura somocista a la que combatió siendo apenas una joven estudiante de Medicina. Hoy, familiares de la exguerrillera publican un retrato hablado de la presa política, en el que se percibe el deterioro físico que sufre desde su encarcelamiento el 13 de junio de 2021.
Desde entonces Téllez solo ha sido vista durante ocho visitas que le han sido permitidas, por lo que su retrato hablado —elaborado por la campaña Sé Humano— es una aproximación a su estado actual, después de perder mucho peso y no recibir la luz del sol.
"Luce muy delgada, envejecida, completamente pálida, su piel está casi traslúcida, se pueden ver incluso sus venas. Ha perdido unas 16 libras de peso y antes de ser apresada no padecía ninguna enfermedad crónica. Hoy su vida está en peligro", advierte la campaña.
Señalan que "el notable deterioro en su condición física y en su salud es consecuencia del trato inhumano y cruel al que está siendo sometida".
"En la celda donde está recluida permanece en penumbra, con dificultad alcanza a verse la palma de sus manos. No tiene acceso a la luz solar", indican en comunicado.
Condenada a ocho años de cárcel por el supuesto delito de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional”, bajo la discrecional “Ley de Soberanía”, una de las cuatro leyes represivas aprobadas por la dictadura de Daniel Ortega a fines de 2020, la última vez que la visitaron sus familiares fue pocos días antes que cumpliera su primer año encerrada.
"Ella es una mujer fuerte, física y mentalmente. Está bien mentalmente, está sólida mentalmente, y sólida en su posición también. Físicamente está bien. Ella no tiene enfermedades crónicas, entonces está bien", describió su hermano Óscar Téllez, en una entrevista en el programa Esta Semana, tras la última visita en junio pasado.
Sin embargo, relató que estaba "recuperándose paulatinamente de la quemadura que le produjo una pomada que le recetaron para un supuesto vitíligo producido por la falta de sol".
"Ella se muestra fuerte emocionalmente. Encuentra alternativas intelectuales para ir sobrellevando esa sensación de soledad, y de aislamiento, porque en esa galería, ella es la única que está aislada", detalló.
Pide fin del aislamiento
Su hermano afirmó que, más allá del aislamiento que atraviesa, Téllez "está coherente, está lúcida, recuerda todo, tiene su sentido del humor prácticamente intacto".
"Por supuesto que le molesta la soledad, le molesta el aislamiento, le molesta la penumbra. Específicamente me dijo que cree que no ha perdido visión por la oscuridad, pero no hay manera de que eso no la afecte", contó.
Téllez, de 66 años, ha pedido durante los interrogatorios, que cese esa condición, que tiene derecho a visitas regulares, como cualquier otro reo condenado en Nicaragua. Pero sus peticiones han sido ignoradas y por el contrario sigue aislada y apenas ha tomado el sol durante todo su encierro.
Le otorgaron honoris causa de La Sorbona
En cada visita hace un repaso de "la solidaridad, de los amigos que llaman, de los amigos que preguntan por ella; de las personas que oran, de las personas que aunque no oren le dedican sus pensamientos, le dedican sus energías".
Así fue que se enteró "con beneplácito" que la Universidad de la Nueva Sorbona, en París, le otorgó un doctorado honoris causa. "Con este título, la Nueva Sorbona quiere rendir homenaje a su excepcional trayectoria política y científica, y a su contribución al compromiso social internacional", dice la carta firmada por el presidente de esa alma mater, Jamil Jean-Marc Dakhlia.
La universidad parisina espera “reconocer su compromiso de toda la vida con la justicia social y la democracia, tanto en su país como en toda la región latinoamericana”, indica el comunicado.
Una larga trayectoria
Téllez nació en Matagalpa el 21 de noviembre de 1955. Abandonó sus estudios de Medicina para involucrarse en la lucha guerrillera contra la dinastía de los Somoza. Fue la única mujer que formó parte del comando que asaltó el Palacio Nacional, sede del Parlamento somocista.
Nombrada como “Comandante Dos”, la entonces joven de 23 años fue descrita por el premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez en su crónica Asalto al Palacio como “una muchacha muy bella, tímida y absorta, con una inteligencia y un buen juicio que le hubieran servido para cualquier cosa grande en la vida”.
En los años ochenta fue ministra de Salud y diputada. Fundó el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), ahora Unamos, en 1995. Socióloga e historiadora, ha sido una de las voces más críticas del régimen Ortega-Murillo.
En junio de 2008 mantuvo una huelga de hambre por casi dos semanas tras la cancelación de la personería jurídica del MRS.
Su última entrevista: "Ortega dictador"
Momentos antes de su detención, la historiadora y exguerrillera habló con el medio mexicano La Jornada para pedir al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador su apoyo “a favor del pueblo nicaragüense”.
Su casa estaba rodeada de policías y cuando le preguntaron cómo describiría a Ortega simplemente respondió: “Dictador”.
¿Sin más? – le cuestionó el periodista. Y ella respondió: “Bueno, con todo lo que ello implica. Personajes sin escrúpulos que pueden llegar a cualquier extremo. Desde reprimir o asesinar a miles de personas. Es la característica de toda dictadura y la de Daniel Ortega la tiene sin duda alguna”.
Poco después, ese domingo 13 de junio de 2021, fue arrestada. Los policías la tomaron del cabello, le dieron un golpe en el abdomen, la esposaron y la subieron a un vehículo, según relataron familiares. Más de 60 oficiales en cuatro patrullas invadieron su vivienda. Ahora sigue encerrada por una dictadura dirigida por quien fuera uno de sus compañeros de lucha contra otra tiranía.