27 de julio 2022
Una vez al mes, “Cándido”, de 81 años, recibía un paquete de alimentos del programa “Alma Solidaria”, ejecutado por la Alcaldía de Managua. El paquete incluía diez libras de arroz, cinco de frijoles, cinco de azúcar, dos bolsas de espagueti y una bolsa de pinolillo. Sin embargo, hace seis meses dejó de recibirlo ya que, afirma, miembros del Consejo del Poder Ciudadano (CPC), integrado por militantes del gobernante Frente Sandinista, lo excluyeron de la lista de beneficiarios por no asistir a las reuniones partidarias que convocan dos veces por semana.
“Tenía dos años recibiendo el paquete que ellos mismos (los CPC) llegaron a ofrecer a mi casa en 2020, pero sin decirme nada lo dejaron de traer. Unos del grupo (de beneficiarios) les dijeron a mis muchachas (hijas) que ya no me lo dan porque no voy a las reuniones. Yo solo fui dos veces en estos dos años que me lo dieron, porque no puedo andar solo en las calles. Ya soy un viejo, casi no veo, me cuesta oír a la gente y camino con dificultad. Ellos saben que estoy fregado, pero solo les importa lo político no la necesidad de uno”, lamenta “Cándido” en entrevista con CONFIDENCIAL.
El adulto mayor habita en un barrio del Distrito IV, de Managua, junto a dos de sus hijas que se ganan la vida planchando y lavando ajeno. No recibe pensión del Seguro Social porque toda su vida trabajó informalmente cosiendo canastos en el Mercado Mayoreo y no ajustaba para pagarlo. Ahora, que dejó de ser beneficiario de los paquetes alimenticios, afirma que intenta “comer poquito y no ser una carga” para sus hijas.
“Alma Solidaria”, poco transparente
El programa “Alma Solidaria” fue lanzado en 2015 para, según el régimen de Daniel Ortega, “restituir los derechos de las personas de la tercera edad y con capacidades diferentes”. En ese entonces, la meta de la Alcaldía de Managua era beneficiar a al menos 8000 adultos mayores de la capital.
La ficha técnica de perfil del programa refiere que este busca “atender” a adultos mayores y personas con discapacidad “con la entrega de medios auxiliares, ayuda visual, auditivos, realizando coordinaciones para la atención médica especializada, así como capacitaciones, promoción de la salud física, psicosocial, además de entrega de paquetes alimenticios”.
Según el Plan de Inversión Anual (PIA) o presupuesto 2022 de la Alcaldía de Managua, el programa “Alma Solidaria” recibió una partida de 11 249 679 córdobas, que se traducen en 1 607 097 córdobas para cada uno de los siete distritos de la capital. Sin embargo, no se detalla cuánto específicamente se destina para la compra de paquetes de alimentos.
Concejales opositores de la Alcaldía de Managua indicaron –en entrevista con CONFIDENCIAL– que desconocen la distribución que se hace del presupuesto que recibe el programa “Alma Solidaria”, ya que la Administración del Frente Sandinista de la comuna es “poco transparente” y no detalla cuánto de esa partida se destina exclusivamente a la compra de paquetes alimenticios.
CONFIDENCIAL revisó en el portal Nicaragua Compra, en el que las instituciones y alcaldías reportan sus procesos de compras o licitaciones, pero en lo que va de 2022 la Alcaldía de Managua no tiene ningún procedimiento con la descripción de paquetes alimenticios.
La vicepresidenta y vocera del régimen, Rosario Murillo, en su intervención del pasado 5 de abril en medios oficialistas, aseguró que entre del 18 al 22 de ese mes iniciaban la entrega de 54 000 paquetes alimenticios en todo el país. Esta es la cantidad de paquetes de alimentos que se entregan aproximadamente cada mes en todo el país, según notas de prensa oficialistas, que –sin embargo– no detallan las cantidades para cada municipio o departamento.
Excluido por protestar
“Marcio”, habitante del Distrito II, de Managua, tiene una hija de 27 años que nació con discapacidad psicomotora. El ciudadano, que se gana la vida reparando celulares, explicó que a finales de 2015 miembros de los CPC se acercaron a su vivienda para ofrecer “ayuda social” para su hija, a través de la entrega de paquetes alimenticios, afirmando que no tendría “ningún compromiso político”.
Aseguró que recibieron el paquete los primeros ocho meses sin problema, pero a finales de 2016 dejaron de llegar sin previo aviso.
“Me di cuenta que ya no llegaban porque nosotros no teníamos carnet de militante sandinista, pero no hicimos nada para que volvieran, nosotros no queríamos compromisos políticos”, afirmó.
Después de diez meses sin recibir el paquete, explicó “Marcio”, nuevamente volvieron los miembros de los CPC a su vivienda a entregarles el paquete mensual de alimentos.
“No sabemos por qué lo decidieron, pero volvieron a llegar. Llevaron el paquete mes a mes como por otro año más, y ya en abril de 2018 nos sacaron porque vieron que participamos de las marchas”, indicó.
“Marcio” detalló que el paquete se lo entregaban, además de los integrantes de los CPC del barrio que llevaban la lista, trabajadores de instituciones públicas y en otras ocasiones colaboradores de la Alcaldía de Managua.
“Venían en diferentes camionetas de diferentes instituciones o de la Alcaldía. El paquete no es que fuera mucho, pero ayudaba. Traía arroz, frijoles, aceite, espagueti y pinolillo, pero como lo dejaron de traer nosotros no reclamamos. Sabemos que nos ven como opositores y no queremos que crean que con eso nos compran”, resaltó.
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, en los últimos cuatro años, ha violentado sistemáticamente los derechos humanos de los nicaragüenses. Mantiene a más de 180 personas encarceladas por motivos políticos en las diferentes cárceles de Nicaragua y ha ilegalizado a más de un millar organizaciones sin fines de lucro, dejando a miles de ciudadanos desempleados y a otros sin la posibilidad de acceder a la ayuda social que gestionaban esas oenegés.
“Marcio” relata que, en medio de sus dificultades económicas, han “redoblado los esfuerzos” para no sentir que les afecta la falta del paquete de alimentos.
“Esos paquetes salen de nuestros impuestos, pero ellos (el Gobierno) usan la ayuda para que uno los siga y nosotros no vamos a caer en eso. Aunque nos suene la tripa –afirma– aquí nadie les va a andar mendigando”.