5 de junio 2022
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Los torrenciales aguaceros registrados durante la última semana provocaron la muerte de al menos cinco personas, incluido un menor de ocho meses, que perecieron ahogados por el desborde de ríos y deslaves ocurridos en los municipios San José de Bocay y Wiwilí, en Jinotega, según el último reporte del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred).
Entre el 1 y 4 de junio, fallecieron Juan Picado, de 24 años, y Bertilia González, de 47 años, originarios de la comunidad El Jilguero. En Runflín, en San José de Bocay, un deslave arrastró la familia de José Espinoza Rivera, de 32 años, quien falleció junto a su esposa, Auxiliadora González, de 26 años; su hijo Melvin -de ocho meses y cuyo cuerpo fue encontrado este sábado- mientras la menor de dos años, Maryury aún sigue desaparecida.
Fuentes de la zona confirmaron a CONFIDENCIAL que el número de muertos podría ser mayor al reportado por las autoridades -aproximadamente 12-, debido a que aún hay desaparecidos y las condiciones del lugar complejizan las labores de rescate. Solo este viernes, pobladores encontraron dos cadáveres flotando en el río Ayapal; los cuerpos fueron enterrados casi de inmediato por el estado de descomposición de los mismos.
En Runflín 21 viviendas fueron completamente destruidas y 40 tienen daños parciales, según el Sinapred, aunque los lugareños aseguran que son 30 viviendas arrasadas.
En el último informe de las autoridades señalan que otras seis viviendas fueron destruidas en Wiwilí por el temporal y 55 resultaron con daños parciales. También ocurrió otro deslave que afectó a las comunidades San Pedro de Kininowás, Los Milagros, Santa Elena, Las Minas Sector Uno, Las Minas sector dos, El Jilguero y La Tigra, provocando la autoevacuación de 175 personas.
Una noche de angustia
“Manuel” fue uno de los testigos del desastre. Accedió a hablar con este medio de comunicación bajo anonimato. Narra que la lluvia no cesó desde las 7: 00 p.m. del martes 31 de mayo a la medianoche del 1 de junio. Fueron cinco horas de un aguacero que desbordó los ríos Bocay y Ayapal, afectando a las comunidades de Runflín, Aguas Calientes, el Pie del Cerro Gacho y Ayapal.
“Manuel” escuchó todo desde una finca, ubicada a unos 50 metros del río Ayapal. “Eso daba pánico”, dice en referencia a la fuerza de la lluvia. Compara el sonido del deslizamiento-- una mezcla de agua, tierra, árboles y rocas-- con el estruendo de los aviones al despegar. “Eso era terrible, eso temblaba”, cuenta. Decidió salir “al monte” porque temía que el nivel del río alcanzara su casa.
En esa zona el deslave ocurrió en el cerro Gacho, donde según el informe del Sinapred de este viernes, dos viviendas fueron destruidas, y los propietarios Manuel Villagra de 39 años y Nidia Yesenia Rodríguez, de 35 años, están desaparecidos.
“Manuel” asegura que las familias afectadas por las lluvias están en “zozobra”, “mucha zozobra”, repite preocupado. Están sin vivienda, sin bienes materiales, mientras las autoridades “solo llegaron a inspeccionar nada más, pero nosotros no hemos visto ninguna brigada médica, nada”, reclama.
Los damnificados se autoevacuaron en casas de familiares, amigos, conocidos, iglesias ubicadas en zonas más seguras, aseguró “Manuel”. Todavía permanecen ahí.
Se espera que las lluvias continúen sobre el territorio nacional como efecto del ingreso de ondas tropicales.
