El político, economista y fundador del diario venezolano Tal Cual, Teodoro Petkoff, falleció este 31 de octubre a los 86 años. Petkoff recibió en 2015 el premio de periodismo Ortega y Gasset en su residencia en Caracas de manos del exjefe de Gobierno español Felipe González pues para el momento pesaba sobre él una orden de prohibición de salida del país. Confidencial conversó con él en agosto de 2012, y publica ahora esta entrevista en homenaje.
“Milito en TalCual”, asegura por teléfono Teodoro Petkoff, el exguerrillero y político venezolano convertido en periodista desde hace catorce años. “Yo fundé un periódico para hacer política”, afirma, tajante, una de las voces más críticas del presidente Hugo Chávez. La frase es toda una declaración de intenciones de un hombre que se define como un ciudadano que, a través de un medio de comunicación, ejerce oposición a Chávez, “que está en desacuerdo con él y trata de que sea derrotado electoralmente”.
Petkoff hace un periodismo que él define claramente como combativo. Sus opiniones sobre la forma en la que ve el periodismo pondrían de colores a cualquier puritano de la profesión y él lo sabe. Por eso explica que el periódico que él fundó no es un diario convencional, está formado para hacer opinión de las noticias cotidianas que afectan a la sociedad venezolana. Petkoff y sus colaboradores lo han hecho de una forma muy original, con humor, colocando apodos al mismísimo Chávez o publicando titulares provocadores sobre la gestión del gobierno, lo que sin duda ha puesto los pelos de punta a los comisionados del régimen. Por eso el periodismo de TalCual también es valiente.
Esa posición combativa, comprometida en un periodismo muy crítico con el poder político, ha hecho que la Universidad de Columbia, la catedral de la enseñanza del periodismo en occidente, galardonara a Petkoff con el Premio Maria Moors Cabot, uno de los más prestigiosos del periodismo y que se entrega anualmente a periodistas que se han destacado en la cobertura de Latinoamérica. Junto a Petkoff también fueron premiados el periodista español Miguel Ángel Bastenier (ver entrevista), David Luhnow, jefe de la oficina para América Latina de The Wall Street Journal, y Juan Forero, reportero de The Washington Post y la National Public Radio de Estados Unidos, radicado en Bogotá. Recibió una mención especial el Diario El Universo, de Ecuador, castigado por el gobierno de Rafael Correa, que demandó al diario por calumnias.
Petkoff considera que el premio no sólo es para él, sino para la redacción que ha conformado. “Hay un reconocimiento a un ejercicio de periodismo concreto, que es el que hace TalCual. Es un periodismo seriamente crítico, no un periodismo amarillista ni que se basa en insultos; sino en la discusión irreverente y que con un humor desenfadado aborda los problemas del país, y, en los casos que es posible, propone ideas para resolver los temas que nos afectan”, explica Petkoff. “Yo fundé un periódico para hacer política”, asegura el exguerrillero en esta entrevista desde Caracas.
¿Cómo se siente al recibir un reconocimiento tan importante a nivel de periodismo?
En el plano personal es muy gratificante recibir un reconocimiento, sea cual sea. En el caso del Maria Moors Cabot, es quizá el premio más importante del periodismo, por lo menos en el mundo occidental, por lo que la sensación de satisfacción y gratificación es muy grande. En un plano más general entiendo que hay un reconocimiento a un ejercicio de periodismo concreto, que es el que hace TalCual. Un periodismo muy crítico con respecto al Gobierno, un periodismo de oposición. Es un periodismo seriamente crítico, no un periodismo amarillista ni que se basa en insultos; sino en la discusión irreverente y que con un humor desenfadado aborda los problemas del país, y, en los casos que es posible, propone ideas para resolver los temas que nos afectan.
Usted habla de periodismo de oposición. Algunos sectores en América Latina critican términos como éste, porque, dicen, se trata de periodismo atrincherado, que ha pasado a ocupar una posición política que no le corresponde. ¿Qué opina de eso?
Yo fundé TalCual con el explícito propósito de hacer periodismo crítico, o mejor dicho, de participar en la política a través de un medio de comunicación. Este no es un medio de comunicación convencional. Yo entiendo que los medios de comunicación convencionales deben de atenerse a ciertas reglas del juego, tener en cuenta al público que se dirigen y hasta mantener relaciones con los gobiernos, porque una parte importante de esos medios es el negocio, en otras palabras, son empresas. El caso de TalCual es diferente y desde su editorial en primera plana así lo expresa, trata una línea política diariamente, desde una perspectiva que nos es propia y de una perspectiva personal, que es la de un hombre de izquierda, independiente hoy, militante de partidos toda su vida, pero que ahora se ha alejado de la militancia partidista. Milito en TalCual.
Usted fue dirigente estudiantil, guerrillero, fue en dos ocasiones candidato presidencial y también se postuló a la Alcaldía de Caracas. ¿Se cansó de la política? ¿Cómo fue ese cambio de Petkoff el político, a Petkoff el periodista?
Petkoff sigue siendo político. Así como una vez hice la política en la lucha clandestina durante la dictadura militar de Pérez Jiménez, y otra vez hice la política en la lucha armada, que de paso le digo fue un garrafal error que cometimos los comunistas en esa época, después hice la política parlamentaria y ahora hago la política periodística. Si me hubiera retirado de la política estaría en mi casa apantuflado. En 1998, cuando vi que Chávez iba a ganar, también intuía el colapso de los partidos políticos y a los amigos que invité a participar en la empresa les dije: “Mira, para seguir haciendo política en Venezuela vamos a tener que poseer un medio de comunicación, porque con los partidos políticos no se va a poder contar, por lo menos en un largo tiempo”. Ellos dijeron que estaban de acuerdo y que fundáramos una revista. Yo dije que no, que debía ser un diario. Me dijeron que estaba loco, pero les dije que iba a vender acciones. Así fue y eso ha hecho de TalCual el único medio en Venezuela que no es propiedad de ningún grupo político o empresarial. Los dueños son 250 pequeños accionistas. Todos ellos sabían en qué se estaban metiendo, no engañé a nadie. Yo fundé un periódico para hacer política.
La Universidad de Columbia en el comunicado en el que anuncia los ganadores del Premio, dice que Teodoro Petkoff “ha hecho más en su breve carrera periodística de lo que muchos hacen en un curso de la vida”. ¿Qué es para usted el periodismo? ¿Cómo lo define?
Mi visión del periodismo está muy sesgada por mi visión política. En mi caso no lo concibo sino como un instrumento de lucha. Claro, la lucha se expresa proporcionando información que transmita la verdad, pero también la opinión del periodista. Yo trato de lograr que el periodista de calle trabaje la noticia y asuma una perspectiva frente a esa noticia, que no le den la noticia cruda al lector, no por influir en la opinión de nadie, sino por transmitir una opinión. Puesto que como nosotros hacemos un periodismo de combate, nosotros no vendemos información, sino que colocamos en la calle una actitud de combate político. El periodismo en general se entenderá como una de las instancias fundamentales de la sociedad moderna. No podríamos concebir la sociedad moderna sin periodismo.
¿Qué opina de algunos comentarios que se hacen a sus artículos editoriales, porque algunos dicen que Teodoro Petkoff está obsesionado con Hugo Chávez?
No me extrañaría porque reconozco que la sociedad venezolana está neurotizada, hay una polarización en la sociedad, una división en dos mitades que ni siquiera se hablan, que están incomunicadas entre sí, y eso es una verdadera desgracia. Chávez es un persona omnipresente, ha hecho una presidencia tan personalista, en la que nada se mueve si no la mueve Chávez, por lo que es imposible no ocuparse de Chávez como presidente, de su gobierno, y no transmitir diariamente una postura, porque Chávez es un político muy activo, que está todo el día haciendo política, todos los días proporciona insumos para el periodismo que yo hago. Desde luego que Chávez no es el único tema, está la gestión de gobierno, la vida nacional, también me ocupo de la oposición, para respaldar actitudes y a veces hasta para criticarlos.
¿Usted mira al presidente Chávez como un contrincante político o como el principal funcionario de gobierno que debe ser fiscalizado?
Yo miro a Hugo Chávez como un presidente al que me opongo. Yo reconozco la presidencia de Hugo Chávez, su reelección, y cuando hubo la idea absurda de no reconocer ese resultado, me opuse como me opuse en el referéndum revocatorio a los llamados de fraude, porque yo sé que Chávez los ha ganado hasta ahora, porque ha tenido más votos. La situación cambia para esta elección, porque –y él mismo lo sabe– va a una elección en la que no está sobrado. Yo no lo miro a él como mi contendor. Simplemente él es un presidente y yo soy un ciudadano que, a través de un medio de comunicación le ejerce oposición, que está en desacuerdo con él y trata que sea derrotado electoralmente.
¿Y en ese sentido, como observador privilegiado de la política venezolana, cree que el candidato de la Mesa de la Unidad Democrática, Henrique Capriles, tiene posibilidades de derrotar al presidente Chávez?
Sí. En Venezuela se ha creado una situación bastante peculiar: matemática y políticamente es posible vencer a Chávez esta vez. Eso comenzó a ser posible a partir del año siete, cuando la oposición empezó a cuajar su unidad, a institucionalizarla, que reúne a toda la oposición. Eso ha permitido enfrentarse mejor al gobierno. Realizaron para seleccionar a su candidato unas elecciones primarias que creo que son las más grandes que se han hecho en el mundo, en la que participaron tres millones de personas y resultó ganador Capriles. Esa posibilidad de triunfo es posible, pero no es fácil, porque Chávez es un contendor formidable incluso limitado como está por su enfermedad. Se las arregla para que su presencia sea diaria, por lo menos por la televisión, y una u otra incursión que hace al mundo real.
Usted apoyó abiertamente la postulación de Henrique Capriles y apoya su candidatura…
Por supuesto, claro que sí, y no lo hago simulando. ¡Este es un periódico político! Un periódico que tiene una línea de apoyo al candidato Capriles. Yo no obligo a mis periodistas a ser caprilistas, pero la línea del periódico, que la impone su dirección, va en el sentido de respaldar a Capriles.
Volviendo al tema del periodismo, ¿qué opina entonces de las críticas que se le hacen por carencia de objetividad, los que dicen que no puede ser un medio objetivo al apoyar abiertamente a un candidato?
Es que yo no pretendo ser objetivo, este no es un medio objetivo, es un medio que tiene posición frente a los asuntos de la sociedad, nosotros no reporteamos la vida social desde una perspectiva objetiva. Si decimos que hay un tal nivel de pobreza, eso nos da para hacer un comentario no objetivo, lo que no quiere decir que sea mentiroso. No nos limitamos simplemente a presentar un hecho, sino que ese hecho merece una elaboración política desde una cierta perspectiva.
¿Qué pasaría con TalCual de ganar la presidencia de Venezuela Henrique Capriles?
Espero que sigamos adelante.
¿Se convertiría en un diario oficialista?
No, el periódico no va a ser nunca oficialista. Sospecho que inevitablemente tendríamos que tener una postura crítica.
Breve biografía de un exguerrillero
Teodoro Petkoff nació en Maracaibo en 1932. Sus padres, búlgaro y polaca, emigraron a América. El joven Petkoff fue dirigente estudiantil, guerrillero y activo comunista en los años sesenta. Protagonizó un escape espectacular desde la cárcel y participó en diversas acciones militares, entre otras la voladura de un tren militar. Al dejar la lucha armada, en 1971 fundó el partido Movimiento Al Socialismo (MAS), por el que fue diputado. Petkoff también fue candidato presidencial en 1983 y 1988, obteniendo el 4 y 2% de los votos respectivamente. Compitió por la alcaldía de Caracas y al inicio del noventa en el gobierno de Rafael Caldera fue nombrado ministro de la Oficina Central de Coordinación y Planificación, encargada de una serie de privatizaciones que hicieron que muchos tacharan a Petkoff de traicionar sus ideales de izquierda por políticas neoliberales. Desde 1998 es duro crítico de Hugo Chávez, pero esta vez ya no como guerrillero ni activista partidario, sino como periodista. Tal ha sido su influencia en el periodismo venezolano, que la Universidad de Columbia dijo al anunciar el premio que “A pesar de que su interés en el periodismo se demoró, Petkoff ha hecho más en su breve carrera periodística de lo que muchos hacen en un curso de la vida”.
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