14 de diciembre 2015
Después de que Paúl Oquist, Asesor Presidencial para Políticas Públicas, se negara a sumarse al consenso histórico para combatir el calentamiento global alegando un “procedimiento antidemocrático”, el funcionario del gobierno de Daniel Ortega, brindó una entrevista a un medio oficialista, justificando su actuar por un “nacionalismo” y defensa de los más “pobres”.
“Nosotros protestamos por el procedimiento antidemocrático del ataque al multilateralismo, sobre todo el derecho de participar a los países pequeños; no solo en nombre de Nicaragua, sino una serie de otros países en desarrollo”, dijo Oquist, obviando que Nicaragua fue el único país de los 193 en la cumbre que puso trabas al asunto.
El ministro dejó entrever que la negativa para acordar el consenso, fue que los países industrializados no fijaron fechas para para pagar indemnizaciones, algo que según Oquist, habían pedido en reuniones anteriores.
“La propuesta no reconoce el endeudamiento de los países históricamente responsables por el cambio climático, en la forma de indemnizaciones directas e incondicionales para los países que han sufrido, y sufren las consecuencias del cambio climático”, consideró el funcionario del gobierno de Ortega, quien agregó que Nicaragua está exigiendo una ‘cuenta de carbono’ y una ‘cuenta de indemnizaciones’, que se base en las emisiones históricas.
Oquist aseguró que varios países aplaudieron la posición de Nicaragua por decir la verdad y que de forma masiva, las ONG, se entusiasmaron y hasta felicitaron a la representación del país por ser el único que se atrevió a hablar con claridad.
“(Nos ven) como el país que había tomado posiciones consecuentes en cuanto a defender a la madre tierra y a la humanidad, frente al flagelo del cambio climático. Pero creo que esa posición empieza a surtir efecto, porque en su discurso de clausura el presidente de Francia, François Hollande, señaló que iba a citar a los grandes emisores que están buscando elevar el nivel de ambición”, aseguró.
¿Ayuda divina?
En Alemania, la versión web del diario ‘Der Spiegel’, reportó que Francia tuvo que solicitar asistencia diplomática al Vaticano, para lograr que Nicaragua dejara de oponerse al acuerdo. Esta es una traducción del texto:
“La mayor oposición fue Nicaragua. Su jefe negociador, Paul Oquist, nacido en Estados Unidos y doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de California en Berkeley, dejó claro que su país (Nicaragua) no iba a ceder ante ninguna presión. Oquist es considerado un confidente cercano del presidente Daniel Ortega, y siguió las negociaciones contra el cambio climático durante mucho tiempo a su manera particular”.
“Nicaragua fue una de las voces que se oponía a la firma del acuerdo. Su argumento es que los países industrializados deben hacer más para rescatar el clima. De hecho, fue el único país que se opuso explícitamente al acuerdo tal como fue redactado. La razón es que consideran que al ser voluntario, el tratado promoverá un aumento de 3 o incluso 4 grados centígrados. Nadie quiere ser cómplice de eso”.
“Para resolver el problema, el gobierno francés hizo un llamamiento desde lo más alto, literalmente. Un diplomático con buenos contactos con el papa fue capaz de lograr que el líder de la iglesia Católica ayudara a establecer un punto de inflexión en Centroamérica. Él fue incluso sacado de una feria”.
“Oquist aparentemente recibió nuevas órdenes desde arriba. En cada ocasión detenía el tratado en la decisiva sesión de clausura, la cual, por él, se retrasó 2 horas. En su discurso final, Oquist se quejó porque su país “no fue escuchado”, y criticó la debilidad del multilateralismo. Pero el resultado permaneció intacto”.
“Laurent Fabius, dijo al concluir el acto que ‘la cosa está terminada’. Y como parece, también el papa Francisco ayudó a que el mundo tenga un tratado climático histórico, que aplica para todos los países”.