23 de marzo 2024
Un grupo de hombres armados con fusiles automáticos protagonizó el viernes un sangriento tiroteo en una sala de conciertos a las afueras de Moscú, donde murieron más de un centenar y varias decenas resultaron heridas, atentado que fue reivindicado por el Estado Islámico. Este es el ataque terrorista más grave en territorio ruso desde la matanza de Beslán (2004).
El Servicio Federal de Seguridad (FSB) dejó de manera preliminar el saldo mortal en 143, a lo que hay que sumar 146 heridos, de los cuales unos 60 se encuentran en estado grave, según Sanidad.
El gobernador de la región de Moscú, Andréi Vorobióv, advirtió que el número de las víctimas mortales “aumentará considerablemente” conforme avancen las labores de búsqueda y rescate.
Según los investigadores rusos, las causas de las muertes son heridas de bala y asfixia por el humo del incendio provocado por los atacantes.
Una abarrotada sala de conciertos
El ataque se produjo aproximadamente a las 8:00 p. m. (hora de Moscú) en los prolegómenos de una función del grupo de rock Piknik, en la sala de conciertos del centro comercial Crocus City Hall de la ciudad de Krasnogorsk, en el noroeste de Moscú.
En las imágenes de las cámaras de seguridad se ve cómo al menos cuatro hombres vestidos con ropa de camuflaje, pero sin pasamontañas, comienzan a disparar nada más entrar en el acristalado centro comercial, donde han actuado algunas de las más grandes estrellas de la música desde 2009.
Uno de los atacantes recarga el fusil automático y continúa disparando contra cualquier persona que se encuentra en su camino.
En los videos colgados por testigos oculares en las redes sociales se ven los cadáveres de víctimas que yacen en el suelo en un charco de sangre.
Los asistentes al concierto huían despavoridos y se escondían de los atacantes en el sótano, el tejado e incluso en el sistema de ventilación.
Los canales de Telegram precisan que en el momento del ataque en la sala de conciertos podrían encontrarse hasta 6200 personas, ya que todas las entradas fueron vendidas.
El tiroteo fue seguido por varias explosiones de bombas incendiarias, que provocaron un gran fuego, lo que dificultó la evacuación de los asistentes al concierto.
Putin ignoró los avisos de Occidente
El grupo yihadista Estado Islámico reivindicó el tiroteo, según la agencia Amaq, su órgano de propaganda.
“Los combatientes del Estado Islámico atacaron una gran agrupación de cristianos en la ciudad de Krasnogorsk, en las afueras de la capital rusa, Moscú, y mataron e hirieron a cientos de personas y causaron una gran destrucción en el lugar antes de retirarse a sus bases de manera segura”, informó en su canal de Telegram.
Las embajadas occidentales en Rusia avisaron el 8 de marzo sobre posibles atentados terroristas en aglomeraciones coincidiendo con las elecciones presidenciales del 15-17 de marzo de 2024, avisos que el presidente, Vladímir Putin, consideró “un abierto chantaje y un intento de intimidar y desestabilizar nuestra sociedad”.
De hecho, el 7 de marzo el FSB dijo haber neutralizado en la provincia de Kaluga una célula del Estado Islámico que pretendía atentar contra una sinagoga en Moscú.
La primera legación en emitir una alerta fue la de EE. UU., que en su página web avisó que grupos extremistas tenían “planes inminentes de atacar” grandes aglomeraciones de personas.
Los servicios de seguridad informaron el sábado a la agencia TASS que EE. UU. proporcionó esa información a Rusia, pero “tenía un carácter general, sin ningún dato concreto”.
El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, decidió cancelar el viernes todas las actividades culturales, deportivas y de ocio previstas para el fin de semana. Se le sumó de inmediato el Teatro Bolshói, que canceló las actuaciones del sábado y el domingo.
Además, las autoridades extremaron las medidas de seguridad en los principales nudos de comunicaciones y en los aeropuertos de la capital, en previsión de posibles atentados.
El Servicio Federal de Seguridad (FSB) informó de la detención de once personas en relación con el atentado.
Entre los detenidos se encuentran cuatro terroristas que participaron personalmente en el ataque, según informó el director del FSB, Alexandr Bórtnikov.
Los sospechosos, que ofrecieron resistencia, fueron detenidos en una carretera de la región de Briansk, fronteriza con Ucrania.
Mijailo Podoliak, consejero del presidente ucraniano, aseguró que su país “no tiene nada que ver con el tiroteo o las explosiones” en Moscú.
El atentado más grave desde Beslán
Este es el mayor atentado ocurrido en Rusia desde la matanza en la escuela de la localidad noroseta de Beslán, en la que murieron 334 personas, la mitad de ellos niños.
La escuela fue secuestrada en el primer día de clase por un comando checheno, que tomó a cerca de 1200 personas como rehenes para exigir la retirada de las tropas rusas de Chechenia.
La improvisada operación de rescate acabó en tragedia, ya que los terroristas habían colocado explosivos en el edificio y las fuerzas de seguridad emplearon armamento pesado, lo que fue muy criticado por las madres de los escolares.
En cuanto a Moscú, el último gran atentado tuvo lugar en 2011, cuando un terrorista suicida caucásico hizo explotar la bomba que llevaba adherida a su cuerpo en el aeropuerto internacional Domodédovo, dejando 37 muertos y 172 heridos.