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Michael Shifter: “Si Harris tiene ventaja y va a ganar, Trump dirá que hubo fraude”

“Hay mucho miedo y odio en el país, el día después de la elección en Estados Unidos la polarización política puede continuar, e incluso empeorar”

Donald Trump y Kamala Harris.

Carlos F. Chamorro

4 de noviembre 2024

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A veinticuatro horas de las elecciones del cinco de noviembre en Estados Unidos, la competencia electoral entre la vicepresidente demócrata Kamala Harris y el expresidente Republicano Donald Trump se mantiene invariable. “Está muy reñida la contienda y cualquiera de los dos puede ganar”, dice el politólogo Michael Shifter, quien destaca que aun en los siete estados “péndulo” –Pensilvania, Georgia, Michigan, Carolina del Norte, Wisconsin, Arizona, y Nevadalas encuestas proyectan un “empate técnico”, con diferencias a favor de uno u otro candidato que no sobrepasan el margen error estadístico.

Expresidente del Diálogo Interamericano y profesor de la Universidad de Georgetown en la capital norteamericana, Shifter no se atreve a pronosticar un ganador. Sin embargo, en una entrevista con Esta Semana transmitida el 3 de noviembre de 2024 en el canal de Youtube de CONFIDENCIAL, debido a la censura televisiva en Nicaragua, Shifter advirtió que “Hay mucho miedo y odio en el país, el día después de la elección la polarización política puede continuar, e incluso empeorar”. 

Shifter considera que “si Harris tiene ventaja al final del 5 de noviembre y va a ganar, Trump dirá que hubo fraude” y puede repetir el escenario de 2020 cuando perdió con Biden y promovió una violenta asonada el 6 de enero con la toma del Capitolio. Pero, aún en el caso de Trump obtenga la mayoría de votos, Shifter no duda que Harris reconocería su triunfo, pero teme que miembros del partido demócrata e independientes se lancen a las calles “en resistencia” contra el gobierno de un presidente “fascista”. 

Elección del 5 de noviembre impredecible

A pocas horas de las elecciones en Estados Unidos el martes 5 de noviembre, ¿se mantiene el empate técnico entre Kamala Harris y Donald Trump que proyectan la mayoría de las encuestas, o hay alguna ventaja para uno de los dos? 


Yo no me atrevo a decir si hay ventaja para uno o para otro, porque está muy reñida la contienda y cualquiera de los dos puede ganar. En este momento tal vez Harris tiene un poco más de fuerza, de impulso, pero está muy empatado. 

¿Y cómo ves el cierre de la campaña en los estados “péndulo” en Pensilvania, Georgia, Michigan, Carolina del Norte, Wisconsin, Arizona, Nevada, donde ambos candidatos y sus campañas han concentrado prácticamente todos los esfuerzos y los recursos? 

En el resto del país ya está claro más o menos quién va a ganar en los estados. Y tenemos este sistema loco, de colegio electoral, entonces, tienen que competir en esos siete estados. La operación de Kamala Harris es mucho más estructurada, más sofisticada de la que tiene Donald Trump. Es una ventaja que tiene, también tiene ventajas de dinero. Pero el mensaje de Trump tiene mucha resonancia con muchos votantes en aquellos estados, en que si bien es cierto la economía de Estados Unidos al nivel macro está bien, a nivel micro y en las vidas cotidianas de mucha gente, no está bien. Y casi 70% de la población en Estados Unidos piensa que el país va en mal camino, es una cifra muy difícil para Kamala Harris que es actualmente vicepresidenta. 

El politólogo Michael Shifter, profesor de la universidad de Georgetown y expresidente del Diálogo Interamericano. Foto: Archivo

Esta situación de una elección tan reñida y además en un estado de polarización extrema que se vive en el país. ¿Tiene algún precedente en otras elecciones en Estados Unidos? 

Yo creo que uno tendría que regresar a los años del siglo XIX para pensar en algo parecido, que coincidiera con la Guerra civil de Estados Unidos, cuando estaba obviamente muy dividido. No creo que estamos frente a una situación parecida, pero sí me parece que hay muchas pasiones, mucho odio de un lado y del otro lado, como una amenaza existencial. Nunca en mi vida, y no hay casos históricos en que un 70% de la población piensa que la democracia está amenazada, de un lado y el otro lado. Ambos lados, no solamente los que apoyan a Kamala Harris, que ven a Trump como una amenaza, sino los que apoyan Trump también miran a Kamala Harris como una amenaza a la democracia. Y están convencidos que si gana el otro, si no gana su candidato, va a hacer mucho daño permanente al país. Esto nunca hemos visto en el siglo 21, ni en el siglo 20. 

¿Los campos están completamente definidos o todavía a estas alturas se percibe en las encuestas un segmento importante de indecisos?

Hay un segmento no tan significativo, pero estamos hablando que si 10 000 votos o 20 000 votos cambian de un lado a otro, eso puede hacer la diferencia. Entonces los pocos indecisos son importantes en esta elección, en estos siete estados. El cierre de cada candidato está dirigido hacia esos indecisos, por un lado, y por otro lado, dirigidos a los seguidores, a las bases de cada candidato para asegurar que no hay duda que salen a votar el cinco de noviembre o antes, porque se puede votar antes. Ese es el propósito de cada candidato en los últimos días de la campaña. 

¿Esta experiencia del voto temprano, que ya son más de 60 millones, indica algo como tendencia del voto general, los votos que ya se han sufragado?

Es muy difícil extrapolar, y hacer conclusiones de esto. Yo  he visto cifras de que hay más mujeres que hombres en algunos Estados, pero es muy riesgoso sacar conclusiones. Los expertos y analistas son muy cautos en llegar a conclusiones en base de los que han votado temprano. Lo que sí podemos decir como tendencia, es que es una cifra muy grande, y por lo tanto la participación va a ser sumamente alta en esta elección.  

Polarización política extrema e incertidumbre

¿Y cuál es la clave en Estados Unidos para que la gente vote el 5 de noviembre? En América Latina se habla de la importancia de las maquinarias electorales para inducir a la gente a que vaya a votar. ¿En Estados Unidos esto depende hoy de las maquinarias de ambos partidos, o hay algún otro tipo de incentivo o movimientos cívicos? 

La maquinaria del partido Demócrata funciona mucho mejor en los estados claves que la maquinaria del partido Republicano. Hay una diferencia grande, a nivel de organización, capacidad de voluntarios, capacidad de asegurar que la gente participe. 

Trump es más de usar un poco el miedo, de qué va a pasar, decir que Kamala Harris sería terrible, está usando un lenguaje que es aún más extremo, más radical, de lo que hemos escuchado anteriormente. Y es una táctica también para movilizar a su gente, para asegurar que salgan a votar, porque las consecuencias de no ganar serían catastróficas. Está pintándolo de esa manera. Eso es una táctica más común con Trump, mientras que Kamala Harris depende mucho del aparato para movilizar a la gente a votar. 

 Hablemos del seis o el siete de noviembre, ¿qué puede pasar, por ejemplo, si Kamala Harris tiene una ventaja de votos que la proyectan como ganadora, o al contrario si es Donald Trump?

Ya sabemos lo que va a pasar. Si Kamala Harris tiene ventaja y parece que puede ganar, Trump va a salir y decir que la elección no fue justa, no fue libre y que fue robada por ella. Eso es lo que hizo hace cuatro años, y ¿por qué no hacerlo después? Todo indica que está preparando el terreno para salir y decir que esto es un fraude de Kamala Harris, si es que ella tiene la ventaja.

Yo creo que lo contrario no es cierto. No creo que ella vaya a acusar que hay un fraude, si es que Trump tiene ventaja. Eso demuestra las diferencias de ambos candidatos y ambos partidos frente a la democracia y cómo deberían actuar de acuerdo a ciertas normas. Trump no cree en las normas, lo que ha hecho es romper todas las normas, es lo que hemos visto y no hay ninguna duda de que él va a repetir ese guión este año, como lo hizo hace cuatro años. 

Pero en 2020 las instituciones democráticas en Estados Unidos resistieron esa rebeldía de Trump de aceptar el resultado. Incluso funcionarios dentro de su propio partido que no se plegaron ¿Las instituciones en Estados Unidos pueden enfrentar ahora esa situación? 

Yo creo que va a haber muchos procesos judiciales, muchos casos, va a ser muy enredado por mucho tiempo. Trump es especialista en esto, él lo ha hecho toda su vida, antes de entrar en la política él estaba haciendo juicio con el otro y creo que puede ser muy enredado. Ahora, si las instituciones funcionan, ojalá. Vamos a ver, cada estado es diferente.

 Hay que recordar que hace cuatro años, sí las instituciones resistieron, pero dependían en cinco o seis personas en los Estados claves en Georgia, Arizona y uno o dos más republicanos, por cierto, que felizmente, actuaron de acuerdo a las normas y las leyes. Pero no hay garantías que esta vez, ese tipo de personas con ese compromiso democrático va a funcionar así.  No sabemos, hay incertidumbre de lo que podría pasar bajo ese escenario. 

El escenario el día después

Veamos la otra cara de la moneda, si la voluntad popular proyecta claramente una victoria de Donald Trump. ¿Qué sería una segunda presidencia de Donald Trump en Estados Unidos? 

Me imagino que Kamala Harris, como campaña, va a reconocer, pero hay muchos sectores en el país que van a resistir. Kamala Harris dijo que Donald Trump es un fascista, si es un fascista me imagino que hay mucha gente que no va a querer vivir bajo un gobierno de un presidente fascista y puede haber una movilización y protestas generalizadas en el país y una resistencia contra el Gobierno. 

Pase lo que pase, no me extrañaría si hay incidentes de violencia, de conflictividad muy alta, porque el país está en un punto muy tenso. Entonces ese escenario, es muy posible. 

Formalmente, si es que los votos están contados y Trump gana el voto del colegio electoral, creo que ella va a hacer lo que hizo Hillary Clinton hace ocho años, de reconocer el triunfo de Donald Trump. Pero otra cosa, son otros sectores, no solamente el Partido Demócrata, sino otros independientes. Hay mucho miedo, hay mucho odio en el país, frente a Trump y lo que él podría hacer con sus propuestas muy radicales. 

Una cosa que está clara es que su segundo mandato sería mucho más extremo y más radical que su primer mandato, él mismo ha dicho que un error que cometió en su primer mandato fue rodearse con gente que él, como no conocía Washington, que no le permitieron, que le dijeron – eso no se puede hacer, que bloquearon muchos de los impulsos y deseos que él tenía. Y esta vez, no va a ser así. Se va a rodear de gente que apoyen y faciliten exactamente lo que él quiere hacer en distintas materias. Son propuestas como las deportaciones masivas e históricas, que son sumamente radicales. Entonces, mucha gente creo que van a ir a la calle a protestar y la situación va a ser muy complicada. 

Lo que estás diciendo es que independientemente del resultado, si gana Kamala Harris y Trump objeta ese resultado o si gana Trump y aún si Kamala Harris reconoce que ha ganado, este nivel de polarización política que hay hoy en Estados Unidos va a continuar. ¿Puede empeorar la polarización política? 

Me temo que sí, yo quisiera decir que no, pero analizándolo de manera objetiva, y tratando de entender el pulso y el tono del país, yo creo que es muy difícil evitar. 

Otro escenario es que si un candidato gana de manera abrumadora y esto también sería lo mejor para bajar un poco las pasiones y los ánimos, para que esté más tranquilo. Que Kamala Harris gane por muchísimo, que Donald Trump gané por muchísimo, pero esto estaría en contra de las encuestas que actualmente indican que es un empate técnico, en todos los estados claves, dentro del margen de error.

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Carlos F. Chamorro

Carlos F. Chamorro

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Fundador y director de Confidencial y Esta Semana. Miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha sido Knight Fellow en la Universidad de Stanford (1997-1998) y profesor visitante en la Maestría de Periodismo de la Universidad de Berkeley, California (1998-1999). En mayo 2009, obtuvo el Premio a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, de Casa América Cataluña (España). En octubre de 2010 recibió el Premio Maria Moors Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York. En 2021 obtuvo el Premio Ortega y Gasset por su trayectoria periodística.

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