13 de mayo 2024
En la recta final de la elección presidencial del 2 de junio en México, la candidata oficial Claudia Sheinbaum “mantiene una ventaja por un margen de seis a ocho puntos sobre la opositora Xóchitl Gálvez”, considera el analista político y profesor universitario Rubén Aguilar.
En una entrevista con el programa Esta Semana y CONFIDENCIAL, Aguilar describió la elección como una competencia “entre dos proyectos: la restauración del viejo PRI que representan López Obrador y Claudia Sheinbaum, y seguir en el proceso de cambio democrático lento, contradictorio, con dificultades, que representa Xóchitl Gálvez”.
El analista aseguró que, según las proyecciones de las encuestas, ninguna de las dos principales coaliciones electorales logrará obtener mayoría en la Cámara de Diputados y el Senado para cambiar la Constitución, y se verán obligadas a negociar, y destacó que con independencia de quién sea la ganadora el dos de junio, los mexicanos “celebrarán” que, por primera vez en la historia, el país será gobernado por una mujer como presidenta.
Además de la elección presidencial, el domingo 2 de junio en México se celebran diferentes tipos de competencias y se ha dicho que esta es la madre de todas las elecciones. ¿Qué está en juego en esta elección?
Sí, se trata de la elección más grande en la historia de México. Según el padrón electoral pueden votar 100 millones de personas. Se disputan 20 292 cargos de elección popular, entre 170 000 candidatos. Se disputa la presidencia de la república, los 500 miembros de la Cámara de Diputados, los 128 miembros de la Cámara de Senadores, nueve gubernaturas, 30 congresos locales, de los 32 estados y 1560 presidencias municipales, de las 2400 que existen en el país. Es la elección más grande en la historia de México.
La sucesora de López Obrador
Faltan solamente tres semanas para esta elección, donde el foco está centrado en la competencia por la presidencia entre la candidata oficial Claudia Sheinbaum y la opositora Xóchitl Gálvez. Hasta ahora la tendencia de las proyecciones de las encuestas ha favorecido a Sheinbaum. ¿Es la sucesora de López Obrador la favorita para ganar la presidencia?
En principio, todas las encuestas dan la ventaja a Claudia Sheinbaum. Las diferencias son abismales entre las encuestas de computadoras que le dan un margen de 6% de diferencia, contra las de hogares que le dan un 20% de diferencia. Hay unas encuestas claramente compradas por el oficialismo, como parte de su estrategia de campaña, de decir que esta elección ya está cocinada y que no hay nada qué hacer. Que ya ganó su candidata. Pero hay otras que son buenas encuestas que también dan ventaja a Sheinbaum, pero los propios encuestadores reconocen que hay una tendencia, una sobrerrepresentación a favor de Claudia Sheinbaum, porque hay mucho miedo del electorado, de una estructura de 28 000 personas que están en la Secretaría de Desarrollo Social, que a lo largo del año reciben programas del Gobierno, cerca de 30 millones de personas van a tu casa y te tocan y te recuerdan que este cheque que te está llegando es una dádiva del presidente de la república y que si no votas por Morena, te van a quitar ese cheque de ese programa social.
Hay una clara ventaja en este momento para Claudia Sheinbaum, que se ha cerrado notablemente a favor de Xóchitl Gálvez. Un tipo de las encuestas, que por cierto fueron las más acertadas en la última elección a gobernador en el Estado de México, las encuestas de hogares daban 20, 25 puntos de ventaja a la candidata de Morena, que al fin ganó cuando se cerró la elección a sólo seis, ocho puntos. Yo pienso que ese es el margen que está hoy, entre seis y ocho puntos todavía a favor de Sheinbaum. Le quedan estos días de cierre a Xóchitl Gálvez, que ha venido subiendo. Claudia Sheinbaum se mantiene como entró al proceso electoral y la que ha crecido es Xóchitl Gálvez.
¿Qué le ofrece Claudia Sheinbaum al electorado, y cuánto peso tiene en su candidatura el respaldo del presidente López Obrador, de Morena y del Gobierno?
El peso es absoluto. La gente vota por el presidente, no vota por Claudia Sheinbaum. Al interior de Morena, Claudia Sheinbaum no significa nada. A lo largo de toda su trayectoria política ha sido una discípula, una protegida del presidente de la República. Ella repite mecánicamente lo que el Presidente dice. Algunos incluso la ubican como sumisa, como absolutamente incondicional y que por eso está ahí.
Ofrece, y lo ha hecho a lo largo de su campaña, lo que el presidente ha hecho: probablemente 200 000 muertos más, que es el mayor número de violencia en la historia moderna del país en este Gobierno, la militarización, el no crecimiento de la economía, 800 000 muertes por exceso en la pandemia, –300 000 de ellas, como acaba de plantearlo una comisión, que nunca debieron haber muerto, no murieron por la enfermedad: murieron por las condiciones del sistema de salud, por la estrategia que minimizó la gravedad del caso–.
Claudia representa al proyecto del presidente, que es más de lo mismo, pero hay un sector muy amplio del electorado que está con ese proyecto, que le parece bien la militarización, le parece bien la crisis en el sistema de seguridad, con estas muertes que ya mencionaba, porque se identifica con el presidente, y no le interesan tanto los resultados del proyecto, que son desastrosos. Este sexenio terminará con crecimiento cero de la economía, con lo que eso implica en términos de empleo, ingreso. Pero hay una afinidad, una empatía de tipo emocional con el presidente, que se traslada a Claudia Sheinbaum.
La oferta de Xóchitl Gálvez
¿Cuál es la oferta política de Xóchitl Gálvez y los partidos que la respaldan? Cuando empezó su nominación y la campaña, se señalaban dos factores que podían afectar negativamente a Xóchitl Gálvez. Por un lado, el desprestigio de los mismos partidos que la nominan y, por el otro lado, el hecho de que no era, por lo menos en ese momento, una candidata conocida por la mayoría del electorado mexicano.
Sí, comenzó con un nivel de conocimiento de solo el 15%, hoy tiene los mismos niveles de Claudia Sheinbaum, en torno al 80%.
Sí es cierto que el PRI y el PAN tienen una carga negativa, aunque Morena, el partido del presidente, se constituye básicamente solo con priistas. Él fue 15 años priista, presidente del PRI de su estado de Tabasco, donde hizo el himno del PRI de Tabasco.
Xóchitl Gálvez representa ese proyecto que viene desde 1977, de ir transitando hacia la vida democrática en México, con diversos procesos. Representa ese proceso de continuidad, de certeza jurídica de la propiedad, de respeto a las decisiones de los procesos electorales, de respeto a la división de poderes que el presidente, en la vieja lógica de que está sobre los poderes todos los días, critica al Poder Legislativo, al Poder Judicial, porque él no los controla. Xóchitl Gálvez representa el proceso de transición democrática de México hacia la modernidad, con muchos problemas y deficiencias, en una línea que hemos logrado construir un órgano electoral absolutamente autónomo que el presidente ha violentado de manera sistemática con 120 violaciones a la Constitución y la Ley Electoral.
Entonces, estamos frente a dos proyectos, la restauración del viejo PRI que representan López Obrador y Claudia Sheinbaum, y seguir en el proceso de cambio lento, contradictorio, con dificultades, que representa Xóchitl Gálvez.
El segundo debate presidencial fue una confrontación muy dura entre Gálvez y Sheinbaum en torno al tema de la corrupción. ¿Qué peso puede tener el tercero y último debate electoral el próximo domingo?
Está registrado a nivel internacional que los debates influyen muy poco, salvo en tres condiciones. Influye realmente que no te presentes al debate y te cuesta, que lo hagas extraordinariamente bien, y que lo hagas extraordinariamente mal. Si no, pues se mantiene más o menos igual.
Me parece que el siguiente debate no va a influir decisivamente en la opinión de los electores que ya tienen su voto decidido. Sí hay un nuevo elemento en esta elección que registran las encuestadoras, que le llaman el voto oculto. No es un voto indeciso, es un voto que, cuando se le va a preguntar al votante en la encuesta de hogares o telefónica, dice que va a votar por Morena, por este miedo que se ha transmitido a las familias por perder los programas sociales, pero que probablemente van a votar de otra manera.
Me parece que el tercer debate no va a tener una real implicación. Quien mejor ha aprovechado los dos debates anteriores es el candidato del MC (Movimiento Ciudadano) Jorge Álvarez, que nadie lo conocía y a partir de los dos debates son ya decenas de millones de personas que lo conocen, por haber participado en el debate.
Decías que la elección podría tener un desenlace final en márgenes no muy holgados. ¿Cuánta confianza tienen los mexicanos en el Instituto Electoral, que también ha estado en el centro de las controversias con el presidente?
Es un instituto extraordinario. Ha hecho un trabajo fantástico desde su autonomía del Gobierno a partir de 2000. El presidente lo combate, quien duda no es la ciudadanía, que tiene altísimos porcentajes de aceptación, sino es el presidente de la república que lo agrede de manera sistemática porque no lo logra controlarlo como lo hacían los viejos presidentes del PRI.
Pienso que el Instituto hará muy buen trabajo. Va a ser cerrada la elección por la presidencia de la república. Al día de hoy, la ventaja de Claudia ronda el 6%, pero todavía tiene oportunidades Xóchitl Gálvez de hacerse de la presidencia de la república.
Los otros dos puestos que resultan fundamentales serían la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores, porque desde ahí, si tú tienes la mayoría absoluta, podría el presidente, fuese Xóchitl Gálvez o fuese Claudia Sheinbaum, cambiar la Constitución. Todas las encuestas revelan que ninguna de las dos coaliciones, la que encabeza Morena, y la del PRD, el PAN y el PRI, ninguna tendría mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, ni en la Cámara de Senadores. Nadie podría entonces cambiar la Constitución, sino que tendría que negociar con las otras fuerzas y eso me parece que es fundamental para una realidad como la de México.
El futuro de AMLO
En caso de que se produzca un triunfo de Claudia Sheinbaum y se imponga esa tendencia a la continuidad de lo que ha sido hasta hoy el Gobierno de López Obrador, ¿cuál sería su principal desafío como presidenta para México? ¿Qué papel tendría López Obrador, quien ha dicho que se va a retirar a su finca?
El mayor reto de Claudia Sheinbaum sería liberarse de López Obrador, que la ha manejado como un títere todos estos años de vida política. Ahora en la campaña, el presidente le ha dado dos o tres golpes brutales a la propia candidata, que ha tenido que apechugar y luego alinearse a lo dicho por el presidente. Si no logra que el presidente se vaya del país como lo han hecho otros presidentes, va a quedar siempre la idea de que López Obrador sigue gobernando y ella es su títere, y repetiremos el modelo histórico que se dio décadas atrás, que se llamó el “maximato” de un presidente que dejó de serlo, pero ponía los presidentes y él estaba detrás.
Esta es la imagen que hay y pienso que Claudia Sheinbaum no se va a atrever, como sí lo hizo López Portillo, sacando a Luis Echeverría o como lo hizo el presidente Zedillo, sacando a Carlos Salinas de Gortari, o como lo hizo el presidente Cárdenas, sacando al presidente Calles del país, para ellos tener toda la fuerza. Eso me parece que es el mayor de los retos, y el presidente López Obrador, todos los elementos indican que tratará de seguir detrás de la presidencia.
¿Que significaría una presidencia de Xóchitl Gálvez? ¿Está preparado México para emprender una nueva transición democrática?
Sí, sería dar continuidad al proceso. Hay una sociedad muy polarizada -casi la mitad de la sociedad- que quiere la continuidad de ese proceso que tanto costó y tantas víctimas implicó. Y hay un sector de la sociedad que se siente identificado con regresar al viejo autoritarismo priista que encabeza el presidente López Obrador y que podría encabezar la candidata Claudia Sheinbaum, de ganar.
Es muy contradictorio, porque, de todos modos, al país sigue llegando la extraordinaria inversión de los Estados Unidos, con esos 3200 kilómetros de frontera, estamos por llegar ya el próximo año al billón de dólares en la relación comercial México-Estados Unidos. Eso no se va a modificar: el tratado (NAFTA) seguirá esta imbricación de Estados Unidos en México, y México en los Estados Unidos.
Seguirán problemas que tenemos como la migración. Hoy el gran problema es la migración de Centroamérica en particular, que la detenemos nosotros, que somos ahora con nuestra Guardia Nacional, la migración de los Estados Unidos. Sí lo somos los mexicanos que, a partir de que llegó el presidente López Obrador, un millón de mexicanos se va todos los años a Estados Unidos, nos regresan en torno a 800 000 a 850 000, pero se quedan allá 150 000 a 200 000, que siguen siendo temas que estarán presentes en la relación de México con Estados Unidos.
Por otro lado, es probable que, con una presidenta, cualquiera de las dos, que tenga una posición menos dogmática y menos estatista y abra el espacio, podrá hacer crecer la economía. En este Gobierno no va a crecer la economía. Será cero. Será volver a un sexenio como de 1930, donde no se creció. Todos los gobiernos al que el presidente llama neoliberales, crecieron en 2% o 3% en promedio. En este sexenio será cero crecimiento, incluso la posibilidad menor a cero.
En cualquier caso, sí existe una absoluta certeza de que el nuevo presidente de México será una mujer: una mujer gobernará México por primera vez en su historia. ¿Qué resonancia tiene esta idea entre el electorado mexicano, en las mujeres y en las expectativas del país?
Toda la sociedad mexicana lo asume, cualquiera que sea la ideología, como algo muy positivo, algo que México se debía como país: que una mujer lo gobierne. Hay mujeres excepcionales en la historia del país que tenían derecho a esta gran oportunidad que hoy se les ha brindado. Y me parece que en adelante, tendremos una participación mucho mayor de las mujeres en la vida política del país, en las gubernaturas, en el Senado, en la Cámara de Diputados, que por ley todas las candidaturas son paritarias. Tienes que poner 50% hombres de diputados, 50% mujeres, también en el Senado, en las presidencias municipales, en las gubernaturas. Esta discriminación positiva la necesitamos hoy, porque si no, no habría ese espacio para las mujeres. Celebro y pienso que el conjunto de la sociedad mexicana celebra que tengamos una mujer como presidenta el próximo 2 de junio.