27 de agosto 2024
El politólogo y experto en relaciones internacionales Jorge Castañeda considera que en Estados Unidos “nadie esperaba, ni siquiera los propios demócratas, que a 70 días de la elección están más o menos empatados (Donald) Trump y (Kamala) Harris, e incluso con una ligera ventaja de Harris.”
En una entrevista con Esta Semana el excanciller de México analizó el giro que se ha producido en la campaña electoral de Estados Unidos, tras la nominación de Kamala Harris, y destacó que el voto latino será decisivo en Nevada y Arizona. “El voto latino en esos dos Estados es mexicano-norteamericano. No hay cubanos, no hay colombianos, no hay nicaragüenses, no hay venezolanos. Es un voto menos sensible ante las acusaciones de comunismo, y la clave va a ser que Kamala (Harris) encuentre la manera de apelar a las preocupaciones de los mexicanos-norteamericanos en que tienen sentimientos, paradójicos, contradictorios frente al tema migratorio”.
¿Cómo valoras el impacto que ha tenido el relanzamiento de la campaña demócrata con Kamala Harris como candidata presidencial y Tim Waltz como candidato a vicepresidente? Una campaña que muchos ya daban por perdida hace un mes, con la candidatura del presidente Joe Biden.
Estas casi seis semanas desde el debate entre Trump y Biden, han sido sorprendentes para todo el mundo. Yo creo que los propios demócratas no esperaban un tal giro en sus posibilidades de triunfo en noviembre. Primero, el hecho de que se haya retirado Biden de una manera relativamente tersa. Segundo lugar, que la designación de Kamala Harris como la sustituta haya sido también tan fácil, ordenada, unánime, fue una sorpresa. Y luego la propia Kamala ha dado la sorpresa al resultar ser por lo menos hasta el día de hoy, una candidata espléndida. Realmente, que habla bien, que negocia bien, que escoge bien a su equipo y a su mancuerna en la vicepresidencia, que organizó muy bien la Convención en términos de oradores de en términos de líneas de discurso para cada orador de énfasis de acentos en distintos temas.
Todo esto nos deja en una situación que nadie esperaba que es que a 70 días de la elección están más o menos empatados Trump y Harris, e incluso con una ligera ventaja de Harris, dentro del margen de error, pero ligera ventaja no solo a nivel nacional, sino en varios de los Estados más importantes, los seis Estados decisivos donde se juega la elección.
Una cosa es la Convención, donde evidentemente ha sido una fiesta, una celebración eufórica de los demócratas. Y otra cosa es la competencia en esos Estados clave decisivos: Michigan, Wisconsin, Pensilvania, Arizona, Nevada. ¿Qué cambios introduce Harris en la competencia con Trump en esos Estados?
En cada uno de esos que mencionaste, yo agregaría Georgia, están o empatados, dentro del margen de error, o con una ligera ventaja de Trump, o dentro del margen de error con una ligera ventaja de Harris. Y esto permite que puedan concentrar sus esfuerzos los demócratas en los Estados que cuentan y no tener que cuidar o proteger otros Estados que empezaban a verse amenazados por Trump, Estados que donde ya habían ganado ellos y que posiblemente podían perder.
Por ejemplo, el caso de Minnesota, el Estado del cual proviene el candidato a la vicepresidencia Tim Waltz, que normalmente es un Estado seguro para los demócratas, pero que empezaba a verse amenazado. Y hay varios más por el estilo. Lo importante en una campaña presidencial es que el candidato y el partido puedan concentrar todos sus recursos en los Estados que están en juego y no tener que gastar dinero y tiempo de la candidata en Estados que supuestamente están seguros pero que de repente se ven amenazados y que entonces obligan a dedicarle tiempo de la candidata y dinero, a proteger una especie de retaguardia que estaba segura y de repente resulta que ya no.
Este viernes se sumó a la campaña de Trump el candidato independiente Robert Kennedy Junior, que reunía, según las encuestas, entre el tres y el 5% de la posible votación. ¿Puede tener algún impacto para nivelar este ascenso que Harris ya estaba obteniendo?.
La declinación de Kennedy a favor de Trump es uno de los factores que pueden corregir la inercia que trae Kamala Harris en este momento. No es seguro que los votantes, ese 3 a 5% de Kennedy se repartan de manera desigual entre Harris y Trump, y si esos cuatro puntos, son dos para Harris y dos para Trump, pues no cambió nada. Quizás un poco el simbolismo de tener un Kennedy, pero se trata de un Kennedy tan desacreditado que probablemente no influya mucho en el ánimo de los votantes y de los donantes, sobre todo.
Ese es un factor que probablemente no sea decisivo, lo sabremos en las encuestas de la semana. Pero lo que es más importante quizás es que en los 70 días que faltan, ya hay muchas cosas que van a suceder y que pueden o no perjudicar a Kamala Harris. Primero, va a verse obligada a dar entrevistas o conferencias de prensa con periodistas no necesariamente amistosos, o no fáciles de manejar, porque eso es lo típico de una campaña electoral presidencial en Estados Unidos. En ocasiones anteriores, como vicepresidenta, cuando enfrentó entrevistas, mano a mano, no siempre le fue muy bien. Segundo, va a haber el debate, por lo menos un debate el 10 de septiembre entre ella y Trump. Y ya sabemos que Trump es, como decimos en México, si me permites la expresión “un perro” en los debates es malo, malo, malo, es agresivo, directo, ofensivo, insultante, arrogante, cosa que puede salirle muy mal como en el primer debate con Biden en el 2020, o puede salirle muy bien, como en el debate, esta vez con Biden o en uno de los debates con Hillary Clinton. Y en tercer lugar, va a tener que enfrentar los ataques de Trump en anuncios, y en sus eventos durante dos meses y medio, sobre migración, sobre la criminalidad y delincuencia, sobre la vaguedad de sus propuestas económicas, el costo de sus propuestas económicas, y su aparente ubicación de izquierda dentro del espectro político ideológico norteamericano. Todos estos son retos muy complejo y Kamala Harris va a tener que demostrar la misma habilidad para enfrentar estos desafíos que la que ha demostrado para enfrentar los desafíos que ya ha superado.
Los ataques de Trump, en efecto, ya comenzaron señalando a Kamala Harris de comunista, de marxista, de radical, pero sobre todo de promotora de la inmigración criminal en la frontera con Estados Unidos. ¿Cómo ves el voto latino en esta elección? Pareciera que el tema migratorio sí va a tener un impacto importante, sobre todo en esa franja de votantes decisivos.
En esta elección y en estos Estados decisivos, hay que hablar no en abstracto del voto latino. En los de los seis Estados que realmente son decisivos, el voto latino solo pinta seriamente en Nevada y en Arizona. Hay algo en Georgia, poco, y algo en Pennsylvania. también poco.
En Arizona y en Nevada el voto latino es voto mexicano-americano. No hay cubanos, no hay colombianos, no hay nicaragüenses, no hay venezolanos. Es decir, es un voto esencialmente mexicano-norteamericano, y ese voto, entonces, es quizás menos sensible ante las acusaciones de “comunismo”, que el voto cubano americano en Florida, o que el voto venezolano-americano también el Florida o el voto cubano-americano en New Jersey, que no pinta mayormente porque es un Estado demócrata.
Entonces la clave va a ser que Kamala encuentre la manera de apelar a las preocupaciones de los mexicanos-norteamericanos en Arizona y en Nevada, que tienen sentimientos, paradójicos, contradictorios frente al tema migratorio. Ellos han sido migrantes, muchos llegaron a Estados Unidos hace 30, 50, 70 años, sin papeles. Adquirieron papeles, se casaron, se volvieron segunda generación, tercera, cuarta generación norteamericanos. Algunos de ellos son anti migrantes, algunos son muy conservadores en algunos temas, por ejemplo, en el tema del aborto. Algunos de los algunos de los temas woke del Partido Demócrata, son vistos por este sector con mucho recelo. Va a ser un reto muy importante, pero Kamala tiene la habilidad y los recursos para saber exactamente a qué responden los votantes mexicanos norteamericanos en Nevada y Arizona.
¿Cómo ves el impacto internacional que podría tener esta elección? Evidentemente hay muchísimo interés en Europa y también en América Latina. Una presidencia de Kamala Harris, ¿qué impacto tendría para América Latina una continuidad de Biden o alguna diferencia? Y una segunda presidencia de Donald Trump, ¿cómo puede impactar en la región?
En Europa, en América Latina, en Asia también, con la posible excepción de la India, pues hay no temor, terror ante la posibilidad de un segundo periodo de Donald Trump y en cambio con Kamala Harris hay la tranquilidad de una presidencia de cierta continuidad, por lo menos en materia de política exterior con Biden.
Primero, porque fue su vicepresidenta y segundo, porque todas sus declaraciones, todo lo que ha publicado, pues va en el sentido de cierta continuidad.
En América Latina hay temas complicados. El tema migratorio es un tema muy complicado para muchos países latinoamericanos, no solo para México, desde luego para el Triángulo del Norte en Centroamérica, para Nicaragua, para Panamá, Colombia, para Cuba son temas complejos, y la postura de Kamala Harris pues es difícil para muchos de estos países.
El tema de China es también problemático para varios países, más para México, Centroamérica y el Caribe, que para otros países, porque la oposición de una presidencia a cualquier presencia de China en México, Centroamérica, el Caribe, en materia de inversión, de seguridad, de logística, se vuelve un problema serio para estos países, no tanto para Chile, Brasil, Argentina, Perú, que ya tienen relaciones muy estrechas con China por su comercio y donde Estados Unidos difícilmente puede entrometerse. Pero para estos países, de lo que antes se llamaba la cuenca del Caribe, el tema chino va a ser un reto importante, incluso en una presidencia de Harris y desde luego en una presidencia de Trump.
¿Y para la crisis en Venezuela?
Me imagino que la posición de Kamala Harris sería muy parecida a la de Biden, en el sentido de que decidieron, con algo de razón, que la posición de Trump anterior de la máxima presión, como decían, no funcionó. Buscaron un acuerdo con Maduro y con la oposición, los acuerdos de Barbados y de Qatar y eso parece que tampoco ha funcionado.
Entonces, una presidencia de Harris se va a encontrar con el mismo problema sin solución que ya discutimos. Por desgracia, yo creo que en enero, cuando tome posesión Kamala Harris, si es que es el caso, pues también tomará posesión nuevamente Nicolás Maduro. Lo lamento profundamente, pero es la impresión que tengo.