24 de junio 2024
El informe sobre el consumo de noticias digitales a nivel mundial en 2024 del Instituto Reuters, de la Universidad de Oxford, presenta un panorama de “incertidumbre”, en el que predominan los cambios en las grandes plataformas tecnológicas, la fragmentación de las audiencias, y la baja en el nivel de confianza en las noticias. Son “tiempos de crisis, más oscuros que otros años”, admite Eduardo Suárez, director editorial del Instituto Reuters, “pero también hay oportunidades para los medios de comunicación que logran conectarse con las audiencias”.
En una conversación con el programa Esta Noche, que se difunde a través del canal de YouTube de CONFIDENCIAL debido a la censura televisiva en Nicaragua, Suárez destacó sobre el Informe Reuters la tendencia de las audiencias a preferir el consumo de noticias en video, y la emergencia de “influencers” en las redes sociales, que oscilan entre los agitadores políticos y extremistas, y los que intentan hacer un periodismo explicativo en plataformas como TikTok y YouTube.
La actualización de las noticias sigue siendo una de las principales necesidades de los usuarios, destaca el informe, pero también hay otras necesidades que los medios no están llenando a cabalidad, señala Suárez, como es el periodismo que brinda explicaciones, ofrece soluciones, y también inspira a las audiencias.
Esta nueva edición del informe del Instituto Reuters, sobre el consumo de noticias digitales a nivel mundial, se basa en 95 000 entrevistas en 47 países, entre ellos seis de América Latina, México, Brasil, Argentina, Chile, Colombia y Perú. ¿Cuáles son los principales hallazgos? ¿Cómo se informan hoy los ciudadanos?
Las principales conclusiones de este año son tres. La primera es que está cambiando el tipo de plataformas que usamos para informarnos. Casi todos usábamos las grandes plataformas Google, Facebook, Twitter y estamos mirando cada vez más plataformas que tienen que ver con el video. Nuevas plataformas como TikTok, algunas más viejas, como YouTube. Pero tiene mucho más que ver con el vídeo y con la imagen. Y esto tiene una repercusión fuerte para los medios y también para la forma en la que se informan los ciudadanos.
En segundo lugar, la inteligencia artificial y cómo las audiencias piensan sobre cómo usar la inteligencia artificial en el periodismo. Las audiencias son muy escépticas sobre cualquier forma de información que no esté supervisada por un ser humano. Yo creo que eso es una buena noticia para nosotros los periodistas. La gente es muy escéptica sobre confiar en contenidos automatizados.
Y en tercer lugar, todo el informe está marcado por un cierto pesimismo. Las audiencias tienden al desinterés, tienden a evitar las noticias. Tienden a sentirse abrumadas por la cantidad de información, sobre todo a la luz del tipo de temas que tocamos en los últimos años, la pandemia, las guerras en Gaza y en Ucrania. Todo eso le hace difícil a una parte sustancial de la audiencia seguir las noticias porque los temas son demasiado negativos. La forma en la que abordamos los periodistas los temas, les está costando entender, o les está costando seguir.
¿Cómo se insertan los medios de comunicación en este ecosistema de comunicación? ¿Las redes sociales que has mencionado son una competencia para los medios de comunicación?
Es una de las preguntas clave del informe. Los periodistas hace 20 o 25 años lo teníamos más sencillo porque no teníamos intermediarios entre las audiencias y nosotros. Vendíamos nuestros periódicos en los quioscos o a través de una televisión. Pero ahora tenemos en medio las plataformas y en los países de Latinoamérica esa dependencia es aún mayor, porque el consumo a través de redes sociales como YouTube en países como Chile, México, seguramente para la audiencia de tu programa es incluso más alto que en países europeos o que en Estados Unidos.
Evidentemente, en parte es una competencia para los periodistas, porque competimos por la atención de la gente que ve en las plataformas todo tipo de cosas, no solo periodismo, también ven fotos de su familia, entretenimiento, cosas que no tienen nada que ver con la información. Pero también es una herramienta muy útil para el periodismo, sobre todo en países con gobiernos autoritarios. El caso de Nicaragua es muy evidente, pero en la región vemos otros casos, algunos más autoritarios que otros, pero sí que vemos cómo las redes y las plataformas son una herramienta de libertad de expresión y de libertad de información en sitios donde no siempre es sencillo tener acceso a los medios de distribución más tradicionales, bien sea la prensa escrita o los canales de televisión o incluso las radios, en algunos países. Entonces, es una es un arma de doble filo y si los periodistas la usamos bien, sobre todo en ciertos entornos, creo que nos puede ayudar.
Mencionaste la orientación de grandes gigantes tecnológicos como Google y Meta, que están reseteando sus estrategias. ¿Cuál es el objetivo? ¿Hacia dónde se dirigen? ¿Están enfocados en desestimular el consumo de noticias?
Estos dos actores son muy diferentes. Meta, desde luego que se está desconectando de las noticias, ellos lo han dicho de una forma muy abierta. El cambio tiene un poco que ver con lo que pasó en Estados Unidos al hilo de la presidencia de Trump. Luego también lo que pasó en Australia con la legislación en la que el gobierno australiano intentó hacerles pagar por poner noticias en su plataforma. Esas dos cosas les han apartado de la información. Ellos piensan que están bien en su plataforma con otro tipo de contenido que no es información dura. Los medios más pequeños, sobre todo los medios digitales, dependen mucho de Facebook, sobre todo y en menor medida, de Instagram. Y es un impacto enorme para los medios.
En el caso de Google es un poco distinto, sobre todo su plataforma digital, que es el motor de búsquedas, sigue llevando mucho tráfico a los medios. Google está empezando a experimentar con la inteligencia artificial. Los medios tienen un tráfico notable que viene de Google, en algunos casos del 30%, del 40%. Y esa es una de las grandes incógnitas que plantea el informe de este año y a la que no tenemos respuesta todavía. Todavía los medios tienen mucho miedo sobre ese porcentaje de visitas que vienen de Google, porque es un intermediario esencial para los medios periodísticos en muchos países.
En los datos que aparecen en este informe sobre los seis países de América Latina, hay una tendencia en la que sobre el uso de redes sociales para consumir noticias sigue predominando Facebook, seguida por YouTube. Luego en algunos países Instagram o WhatsApp, X, y por último TikTok. El informe dice que TikTok está creciendo, pero sigue estando en último lugar en cuanto a plataformas de consumo de noticias.
Sí, efectivamente, incluso con las caídas que hemos visto en Facebook, lo que ocurre es que veníamos de un lugar muy alto en muchos países de Latinoamérica, pues Facebook tenía una penetración en cuanto a uso para noticias del 60%, del 70%, pero ha caído. En Argentina, por ejemplo, ha caído nueve puntos este año, pero sigue en cabeza y sigue teniendo una penetración muy grande. Aunque está cayendo la penetración de Facebook en algunos países del sur global sigue teniendo una gran penetración, no solo Facebook, sino otras plataformas que son también de Meta como WhatsApp o Instagram.
Quizá lo más significativo en la región es el auge de TikTok. En Perú está en torno al 30%. En Colombia y en México en torno al 20%, que son porcentajes mucho más altos que la media global del informe, y son incluso más altos entre los más jóvenes. Hay un porcentaje muy alto de gente que se está informando a través de TikTok, que es un entorno donde hay muy buenos ejemplos de periodismo también, pero la conversación sigue estando dominada en muchos casos por influencers, por figuras que no son periodistas profesionales y que en algunos países son personas muy partidistas y sectarias, con lo cual eso tiene unas implicaciones también para las sociedades y para la forma en la que se están informando las generaciones más jóvenes que quizá no están educadas en esa información más imparcial, con más estándares, más profesional, que suelen producir los periodistas.
¿Quiénes son estos influencers?, ¿Y qué peso tienen ante los medios de comunicación y las redes sociales? Por ejemplo, en las elecciones al Parlamento Europeo acabamos de ver en España a un influencer que se hizo famoso en Telegram y creó una agrupación que se llama “Se acabó la fiesta”, y obtuvo un porcentaje muy importante de los votos de la ultraderecha de Vox.
Es un fenómeno hasta cierto punto nuevo que estamos viendo en muchos países y efectivamente en España. Este tipo que se llama Alvise Pérez, se ha hecho famoso con un estilo un poco hosco, muy agresivo, clamando contra la clase política, contra los inmigrantes, que va un poco incluso más allá de Vox en el tono, y que se sitúa en la extrema derecha, pero al mismo tiempo es un personaje muy curioso, porque en realidad su mensaje sobre todo es antipolítico.
Ha construido toda su audiencia, primero en Twitter. Luego le quitaron la cuenta de Twitter después de que difundiera algunas noticias falsas y se ha pasado a Telegram, que es una plataforma más irregular. Es un ejemplo de una persona que venía de un partido político, se metió en este mundo de los pseudomedios, pseudocanales de información en redes sociales, y ha terminado de nuevo en la política montando este partido y ha tenido un resultado que le da tres escaños en el Parlamento Europeo, sin ningún apoyo de medios. Ningún medio le hizo una entrevista antes de las elecciones.
Hemos visto casos parecidos en otros países de Latinoamérica o incluso políticos profesionales que han usado las redes sociales de esa manera y hemos visto que las redes sociales han tenido una influencia política.
Ese tipo de influencer más partidista, casi un agitador, usando ese tipo de herramienta, pero también estamos viendo influencers que no son periodistas profesionales que están intentando hacer periodismo más imparcial, más explicativo. Hay un caso muy curioso que siempre citamos, que es Hugo Decrypte, en Francia, un chico de 27 años que está haciendo este tipo de piezas explicativas en TikTok, en YouTube, y que incluso Emmanuel Macron en las últimas elecciones presidenciales, hizo una entrevista con él, porque reconoció que era alguien que le podía ayudar a llegar a un tipo de audiencia a la que evidentemente los medios tradicionales no llegan.
Entonces hay dos tipos de influencers, unos que son más abiertamente políticos, muy estridentes, muy agresivos, como Alvise, y luego hay gente que genuinamente está intentando innovar un poco con este género de los vídeos cortos, de las piezas más explicativas, a veces incluso tirando hacia el documental.
Los influencers también son una maquinaria de reproducción de noticias falsas, de bulos. ¿Cómo impactan en la audiencia? ¿Qué capacidad tienen las audiencias para distinguir entre falsas noticias e información confiable? ¿Qué dicen en esta encuesta?
En el informe nosotros medimos cuál es la preocupación. Este año ha subido la preocupación por los bulos en Internet en tres puntos en la muestra global con respecto al año pasado, en torno a un 59%, nos dice que le preocupa no distinguir la realidad de la ficción en Internet. Y esto es relevante sobre todo en algunos países que han celebrado elecciones este año, porque ese porcentaje es mucho más alto en Estados Unidos y ha crecido bastante. También en Sudáfrica y en India.
En nuestros informes nos dicen que a la gente le preocupa la desinformación y los bulos, le preocupa sobre todo la desinformación política. Y reconoce a los políticos como verdaderos vectores de desinformación.
El porcentaje más alto de la gente nos dice que hay información sobre la política. En los últimos años lo que hemos visto también es desinformación asociada a las guerras que tenemos en curso, Ucrania, y este año, sobre todo la guerra en Gaza. Hemos visto muchos bulos sobre la guerra.
Y por último, este año hemos preguntado por plataformas, para saber donde la gente, está más preocupada por distinguir verdad y no verdad, y tampoco nos sorprende, pero las plataformas donde vemos más problemas son en Twitter o lo que ahora se llama X y en TikTok, que son dos plataformas que apenas tienen una regulación donde no hay acuerdos con los chequeadores, por ejemplo, como en otros sitios como Facebook o como en Google.
¿Qué nivel de confianza tienen las audiencias en las noticias que están consumiendo?
La pregunta que hacemos es: ¿confías en la mayoría de las noticias? La media general es el 40% la gente que nos dice que confía, pero esa media esconde unas diferencias enormes de un país a otro. Y tenemos países como Finlandia que son como dos tercios de la gente que confía en las noticias, y países como Grecia o Hungría que están al final de la tabla, donde solo el 23% confía.
En los países latinoamericanos, el caso un poco distinto es Brasil, donde la confianza es un poco más alta, en torno a 43%, aunque es verdad que ha bajado muchísimo desde que llegó Bolsonaro al poder, un líder que ataca a la prensa, y que es popular, como era al principio en Brasil, pues eso hace que la confianza en los medios y en las noticias baje. Es un fenómeno que hemos visto de manera muy similar en México, donde la confianza ha caído 15 puntos desde que llegó López Obrador al poder. Veremos qué pasa ahora con la nueva presidenta. Y en general, salvo Brasil, los países de América Latina están casi todos con una confianza bastante baja entre el 30% y el 35%. España también está ahí, es otro país que es donde ha bajado la confianza muchísimo.
Cuando hay polarización, cuando los medios están en la batalla política o o se perciben como parte de la batalla política, normalmente la confianza en los medios baja.
¿Además de información y actualidad que buscan las audiencias en las noticias?
Los periodistas nos solemos fijar mucho en actualizar, en contar lo último que ha ocurrido a la gente y la gente lo valora. Pero lo que vemos también en el informe es que hay otro tipo de necesidades del usuario que quizá la prensa no está cubriendo tanto. La necesidad de comprender, por ejemplo, de explicar en detalle cómo funcionan las cosas cuando pasa algo, ir más allá y profundizar en las causas, en las consecuencias, en lo que está detrás de lo que ha ocurrido.
El informe nos dice que la gente no ve que se esté haciendo tan bien como contar lo último. Y luego también hay necesidades que los periodistas nos fijamos menos en ellas y que tienen más que ver con lo emocional. O sea, contar historias que inspiren a la gente, que no sean siempre historias negativas. Lo negativo hay que contarlo, pero quizá intentar buscar soluciones a los problemas, hablar con expertos sobre soluciones posibles. Y también intentar inspirar. Al menos eso es lo que nos dicen las encuestas que echan a veces en falta.
Según las conclusiones de este informe, estos son tiempos de crisis. ¿Hay alguna oportunidad para los medios de comunicación? ¿Cómo se vislumbra el futuro?
Son tiempos de crisis. Desde luego, el informe es más oscuro que otros años, por esos cambios tan grandes que estamos viendo en las plataformas, porque el consumo informativo se está fragmentando, la gente está informándose a la vez en muchos sitios y los medios tenemos que intentar estar en esos sitios. Entonces la atención se está fragmentando, las plataformas se están fragmentando. Eso hace que sea más difícil llegar a las audiencias, pero al mismo tiempo son tiempos también de oportunidades, porque nunca habíamos tenido tanto acceso a tantas audiencias a la vez.
Al final es un poco lo de siempre: no conectar un poco con las audiencias, contarles algo relevante para sus vidas e intentar hacer interesantes los problemas reales de las sociedades a las que informamos. Estamos viendo que aún así el periodismo está perseverando y está consiguiendo en algunos casos ser rentable y estar llegando a las audiencias que realmente lo necesitan.
Entonces, es un año de incertidumbre, pero al mismo tiempo, en el informe se ven algunas de las maneras en las que se puede llegar a las audiencias de una manera más eficaz en 2024.