Una semana después de la llegada a Cuba de Barack Obama, la prensa oficial ha publicado una "reflexión" del expresidente Fidel Castro que titula El hermano de Obama pero contiene fuertes críticas al mandatario estadounidense. El texto, a menudo inconexo y disparatado, pretende ser una respuesta al discurso pronunciado por Obama en el Gran Teatro de La Habana, en especial contra su declaración de querer dejar atrás "los últimos vestigios de la Guerra Fría en las Américas".
Tras una extensa introducción donde Castro toca temas como la conquista española de la Isla, la búsqueda de oro y la explotación turística de los paisajes naturales, el líder cubano arremete contra las palabras de Obama cuando éste afirmó que "Cuba, al igual que Estados Unidos, fue constituida por esclavos traídos de África; al igual que Estados Unidos, el pueblo cubano tiene herencias en esclavos y esclavistas".
Castro reclama que "las poblaciones nativas [de Cuba] no existen para nada en la mente de Obama" y le aclara que "la discriminación racial fue barrida por la Revolución". Aborda también el tema de la participación cubana en la guerra en Angola y carga contra lo que llama "la ayuda que Sudáfrica racista había recibido de Reagan e Israel" y se cuestiona si Obama conoce "sobre esta historia", aunque "es muy dudoso que no supiera absolutamente nada".
"No hablaría siquiera de esto, a menos que tuviera el deber elemental de responder al discurso de Obama", continúa Castro, quien cataloga las palabras del presidente estadounidense como "almibaradas" cuando éste sugiere de olvidar el pasado en estos términos: "Dejemos el pasado, miremos el futuro, mirémoslo juntos, un futuro de esperanza".
"Se supone que cada uno de nosotros corría el riesgo de un infarto", ironiza Castro, y le recuerda al inquilino de la Casa Blanca el "bloqueo despiadado que ha durado ya casi 60 años". Las alusiones al pasado que recorren toda la reflexión, firmada a las "10 y 25 p.m." de este domingo, se sintetizan en las preguntas "¿Y los que han muerto en los ataques mercenarios a barcos y puertos cubanos, un avión de línea repleto de pasajeros hecho estallar en pleno vuelo, invasiones mercenarias, múltiples actos de violencia y de fuerza?".
El histórico discurso de Obama, que no fue publicado íntegramente en la prensa escrita cubana, ha generado simpatías en la población de la Isla. Minutos después de concluida la intervención, la televisión nacional emitió una secuencia de opiniones contrarias a las palabras del mandatario extranjero, por parte de representantes de la "sociedad civil" más oficial que se encontraban en el Gran Teatro.
El texto de Fidel Castro se suma también a una secuencia de artículos en la prensa oficial que han criticado duramente el llamado de Obama a mirar hacia el futuro para hacer avanzar las relaciones de ambos países. Como contrapartida el expresidente cubano le sugiere que "reflexione y no trate ahora de elaborar teorías sobre la política cubana". Confiesa, sin embargo, que "deseaba que la conducta de Obama fuese correcta", sugiriendo así que se ha quedado decepcionado con las palabras del visitante en la Isla.
En los últimos días el discurso de Obama ha circulado intensamente en las redes alternativas de distribución, en especial a través del correo electrónico y el conocido paquete de audiovisuales, en el que se distribuye una copia de la alocución en video de alta resolución.
En su conclusión Castro advierte que "nadie se haga la ilusión de que el pueblo de este noble y abnegado país renunciará a la gloria y los derechos, y a la riqueza espiritual que ha ganado con el desarrollo de la educación, la ciencia y la cultura". Y remata con esta afirmación que los cubanos sabrán apreciar: "Somos capaces de producir los alimentos y las riquezas materiales que necesitamos".
No está de más recordar que, según cifras oficiales, Cuba importa más del 80 % de los alimentos destinados a la canasta básica de la población, por un valor superior a los 2.000 millones de dólares al año.