17 de noviembre 2020
El impacto del huracán Iota por todo el territorio centroamericano ha puesto en alerta máxima a todos los países de la región, que todavía resienten los estragos causados por el huracán Eta, que hace dos semanas dejó unas 1 890 casas destruidas, otras 8 030 con daños parciales, al menos 130 muertos y 119 desaparecidos, según cálculos oficiales.
Centroamérica, con unos 50 millones de habitantes, es un territorio con costas en el Atlántico y el Pacífico, volcanes y montañas en cuyas laderas se levantan comunidades pobres —urbanas y rurales— lo que la hace una de las regiones más vulnerables del mundo a los desastres naturales.
En El Salvador, el Gobierno declaró este lunes alerta roja en todo el país. Se espera que Iota dejé en El Salvador, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de EE. UU., entre 100 y 200 milímetros de lluvia en los próximos días y hasta 300 milímetros de forma aislada.
En El Salvador, los efectos colaterales de Eta causaron la muerte de una persona y más de 1 000 fueron llevadas a albergues, de las cuales 399 aún permanecen en 35 de esas instalaciones.
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El Salvador dispuso de 1 152 albergues en distintas partes del país y de unas 112 000 personas, entre empleados estatales y socorristas voluntarios, para atender la emergencia por Eta.
“País muy vulnerable”
En Guatemala, el director de climatología del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), César George, dijo que “el país está muy vulnerable” y que Iota afectará justamente el norte del país al igual que Eta.
De acuerdo a un comunicado del Insivumeh, el huracán podría provocar lluvias desde martes a viernes en el norte del territorio. Los principales departamentos que se podrían ver afectados por el exceso de lluvias están en la franja norte del país y son Alta Verapaz, Baja Verapaz, Izabal, Quiché, Huehuetenango y Petén, los mismos que sufrieron graves daños en la primera semana de noviembre por la depresión tropical Eta.
Según cifras oficiales, 46 personas murieron debido a las lluvias de Eta y otras 96 permanecen desaparecidas, la mayoría de ellos en la aldea Quejá, de Alta Verapaz, donde un alud soterró a aproximadamente 150 viviendas.
Los aludes e inundaciones en Guatemala han provocado la evacuación de 175.000 personas en noviembre y el número crecerá durante las próximas horas con la llegada de Iota, según los expertos.
Prevén devastación
En la vecina Honduras, el segundo punto en tierra centroamericana en la trayectoria esperada de Iota, lluvias asociadas al fenómeno comenzaron el domingo y hasta las primeras horas del lunes los cuerpos de socorro habían evacuado a más de 50 000 personas a nivel nacional, aunque son “muchas las que lo han hecho de manera voluntaria”, dijo la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco).
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, dijo este lunes que “este huracán Iota, con la cantidad de agua y vientos que trae, tiene un potencial de destrucción enorme y podría causar una devastación terrible”.
Las autoridades hondureñas han habilitado albergues en una cruzada con diversos sectores sociales del país, que se han unido en solidaridad con los damnificados ante la emergencia que vive.
Ante la nueva emergencia que vive Honduras por Iota, el Gobierno suspendió las labores de todos los empleados del poder Ejecutivo el martes y miércoles. La Administración de Hernández le sugirió a la empresa privada que también adopte la medida “con el fin de salvaguardar la integridad física de todos los hondureños”.
Costa Rica en vigilancia
Las autoridades de Costa Rica informaron que desde la semana pasada se abastecieron las bodegas regionales con insumos para atender emergencias y que se mantiene la vigilancia constante en zonas propensas a inundaciones y deslizamientos.
El director de gestión de riesgo de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), Sigifredo Pérez, recordó que el país mantiene una alerta amarilla generalizada desde el paso de Eta, que también causó efectos indirectos en Costa Rica.
Aún permanecen 99 personas en albergues, quienes no han podido regresar a sus hogares o cuyas casas sufrieron severos daños por las inundaciones que causaron las lluvias derivadas de Eta en comunidades del Pacífico costarricense.
La alerta amarilla abarca las provincias de Guanacaste y Puntarenas, ambas en la costa del Pacífico, así como el centro y el norte del país, que es donde se esperan más lluvias a partir de este lunes debido a los efectos indirectos de Iota.
Proponen plan conjunto
Centroamérica ha propuesto este lunes un plan conjunto para la reconstrucción por los daños que dejó Eta, al que se ha sumado Iota, que agudizará la situación que dejó el primer huracán.
“Tenemos ayudas de emergencia y podemos coordinar con otros cooperantes y países amigos del BCIE (Banco Centroamericano de Integración Económica) a más fondos ante esta emergencia”, dijo el titular del organismo financiero regional, Dante Mossi.
El dirigente del BCIE celebró hoy en Tegucigalpa una reunión virtual con los presidentes de Honduras, Juan Orlando Hernández; Guatemala, Alejandro Giammattei; Nicaragua, Daniel Ortega; Costa Rica, Carlos Alvarado, y República Dominicana, Luis Abinader, para tratar sobre una “hoja de ruta para la movilización de recursos ante la emergencia de la tormenta tropical Eta”.
Mossi señaló que además se está proponiendo generar proyectos para duplicar las capacidades ejecutoras para acceder a los fondos verdes y reorientar la cartera del BCIE de 2.500 millones de dólares, para restablecer la infraestructura, represas y construcción de vivienda social.
“Tenemos, señores presidentes, una cartera de 800 millones de dólares con los fondos verdes del clima y reconocemos que acceder a ellos ha sido un poco lento”, subrayó el alto ejecutivo del BCIE.
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