5 de septiembre 2024
El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) informó este jueves 5 de septiembre, que presentó una demanda civil en el Tribunal de Distrito de Columbia en los Estados Unidos contra su expresidente ejecutivo, Dante Mossi.
"La demanda contra el señor Mossi es por incumplimiento del deber fiduciario, manipulación del mercado, interferencia ilícita e incumplimiento de contrato y violación a la Ley RICO (RacketeerInfluenced and Corrupt Organizations Act). Esta acción, no solo presenta el esquema ilegal estructurado por el señor Mossi, sino también, sus múltiples violaciones a las políticas del Banco", indican en un comunicado.
Mossi reaccionó con un mensaje en X (antes Twitter), en el que se limitaba a opinar que es "increíble lo que mis colegas del BCIE.org se han enfrascado".
El BCIE destaca que "lleva a cabo esta acción basado en sus valores y su compromiso con la integridad y la ética, por lo que ha contratado a la firma Gibson, Dunn & Crutcher LLP a través de los abogados Anne Champion y Robert Giannattasio para que lo represente".
El economista hondureño fue elegido en 2018 para dirigir ese banco regional por un período de cinco años que podía ser prorrogado por cinco años más, pero en su LXIII Asamblea de Gobernadores realizada en República Dominicana en mayo de 2023, se decidió que terminara ese único mandato, y se abrió un periodo de postulaciones que se selló con la contratación de la costarricense Ana Gisela Sánchez, para liderar el banco hasta noviembre de 2028.
La presidencia de Mossi estuvo signada por una excesiva presencia pública para un funcionario bancario en la que, más allá de su intensa presencia en X (antes Twitter), llegaron a conocerse reclamos del Directorio del Banco demandando transparencia, así como la queja del académico y economista Ottón Solís, quien mantuvo un cuestionamiento constante por el 'generoso' sistema de compensaciones entre salarios, viáticos y prebendas que reciben los altos cargos de ese banco.
Además de por su manejo interno, Mossi recibió fuertes críticas por su predilección por mandatarios autoritarios como el expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández; Daniel Ortega en Nicaragua, Nayib Bukele en El Salvador. Estas dos naciones llegaron a concentrar un porcentaje tan alto de los préstamos otorgados por el BCIE, que obligó a la presidenta Sánchez a indicar que tendrían que buscar cómo diversificar su cartera.
El economista llegó a ser conocido como "el banquero que sonríe a los dictadores", visión que él mismo reafirmaría de alguna manera, al asegurar en una reciente entrevista publicada por The Washington Post, que Daniel Ortega y Rosario Murillo lo habían hecho sentir "como una estrella de rock".