1 de diciembre 2022
En el juego de vencer o morir, cuando sientes como la necesidad es espoleada por la ansiedad, los huesos sudan horas extras, los corazones laten aceleradamente, y el aliento pide pausas. Argentina garantizó su avance a los Octavos de Final derrotando 2-0 a Polonia, marcador que pudo estirarse más, de no ser por la estupenda actuación del arquero Szczesny con sus atajadas milagrosas, incluyendo la realizada en el dudoso penal que ejecutó Lionel Messi, desviando el balón espectacularmente con la mano cambiada. Después de ese fallo, apenas iniciado el segundo tiempo, minuto 46, Alexis McCallister quiebra el 0-0 rematando un centro atrás rasante de Nahuel Molina, quién se extendió hasta cerca del fondo por la derecha. El balón entró junto al poste izquierdo, inutilizando el esfuerzo en alargamiento de Szczesny. Con Argentina dominando, activando todos los resortes, Lewandowski en la soledad y Messi moviéndose en el ombligo del oleaje albiceleste, Argentina siguió volcada buscando el gol de la tranquilidad.
El sello de la victoria
En el minuto 67, uno de los mil y un avances argentinos por la zona izquierda, facilita la conexión de Enzo Fernández con Julián Álvarez, quien –con remate potente de derecha hacia el ángulo superior– solo permitió que Szczesny arañara la pelota, antes de ver sacudidas las redes. El 2-0 equivalía, como se estaba desarrollando el juego, a ponerle sello al partido. ¿Cómo podía Polonia intentar algo sin delanteros y con Lewandowski aislado por completo, recibiendo siempre comprometido? Sujetar la victoria por 23 minutos, tenía un gran significado: con seis puntos, Argentina sería líder del grupo y se fajaría con Australia el sábado en Octavos… A lo largo de los más de cien minutos con las dos reposiciones, Argentina fue un equipo sin fisuras, generador de fútbol puro, efectivo y llamativo en circulación de pelota y fabricar oportunidades. Szczesny multiplicándose evitó que el hundimiento de Polonia resultara catastrófico.
Messi ombligo del torbellino
El factor Messi volvió a ser determinante. ¿Cómo se movió, agitó, incidió y desequilibró el pequeño jugador que parecía haber archivado su genio? El de antes, no, pero aproximado, sí… Más allá del penal fallado, estimulado por el respaldo del público gaucho, Messi se restauró rápido y fue partícipe de casi todos los avances. A ratos, pareció un duende en el área, intentando todo tipo de enlaces y asegurando la recepción de balones con rápidas entregas. El periodismo argentino, y el europeo, lo bañó de elogios en reconocimiento a su actuación. Lo único que le hizo falta fue marcar un gol, pese a los acercamientos que registró hacia Szczesny. Su enorme esfuerzo sin cansancio saltaba a la vista. “Solo que él me lo solicitara lo hubiera sacado”, dijo el técnico Scaloni al finalizar el juego. Con esa actuación, Argentina recuperó el respeto de los otros, la confianza en sí misma y el entusiasmo requerido para continuar en pie de lucha.
México por poco se salva
Murió México, lejos de su tierra querida, ofreciendo una demostración de fútbol agresivo que pocas veces se le ha visto, aún en el sector de la CONCACAF. Los cambios realizados por Martino, el técnico tan cuestionado que estuvo desde antes de salir hacia el estadio con su renuncia en el bolsillo, fueron productivos para tomar ventaja alentadora de 2-0 contra Arabia Saudita, con goles de Henry Martin y Luis Chávez en los minutos 47 y 52. El equipo azteca se sintió proyectado hacia la proeza, y la búsqueda de más goles aprovechando el aturdimiento de los árabes, era un imperativo. Estábamos en presencia de otro equipo mexicano, que inexplicablemente había permanecido oculto desde hace largo tiempo. En medio de la presión, los árabes se las arreglaron para que una arremetida en el minuto 90+5 culminara con un cañonazo de Salem Al Dawsari, descontando 2-1 y sepultando a México, que necesitaba ganar por tres goles de ventaja. Desde 1978 en Argentina, el equipo mariachi no era eliminado en la Fase de Grupos. No marcó gol en los dos primeros juegos.
El banco de Francia “carcomido”
Aunque Francia estaba clasificada con seis puntos, por el orgullo que cada campeón trata de mostrar, se pensó que sin usar a todos sus titulares, llamando a sus suplentes, saltaría sobre Túnez por las diferencias existentes. Sin embargo, las sorpresas no se detienen en la Fase de Grupos: el discreto Túnez, superó 1-0 al Campeón de la última Copa. Mientras Australia, doblegando contra pronóstico a Dinamarca, que llegó vestido de temible, obligó a Francia a un empate en puntos con seis en el sector D. Sin embargo, la diferencia de goles le asegura el liderato de Grupo a Francia, que sacó a sus fieras después del minuto 58, cuando Túnez se adelantó 1-0 con gol de Khazri Wahbi. Casi de inmediato entraron Raghiot, Saliba y Mbappé, y un rato más tarde, Griezmann y Dembelé. Un gol de Griezmann en último instante de los ocho minutos de reposición, fue anulado al captar el VAR un previo off side, que todavía lo discute Francia. Por pasar el tiempo.