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Bernardo Arévalo: “No nos vamos a dejar robar las elecciones”

Candidato del movimiento Semilla: “Le estamos proponiendo a Guatemala ponerle fin al sistema de gobiernos corruptos”

Bernardo Areválo Guatemala

The candidate for the presidency of Guatemala for the Movimiento Semilla party, Bernardo Arévalo. Photo: EFE | Confidencial

Carlos F. Chamorro

10 de julio 2023

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El domingo 25 de junio se celebraron las elecciones en Guatemala, en las que contra todo pronóstico Bernardo Arévalo, el candidato del movimiento Semilla, un partido socialdemócrata progresista que aparecía en octavo lugar en las proyecciones de las encuestas, obtuvo el segundo lugar con el 11.7% de los votos, lo que le permitiría ir a la segunda vuelta electoral el 20 de agosto con Sandra Torres, candidata de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), que obtuvo el 15.8% de la votación.

Sin embargo, dos semanas después el Tribunal Supremo Electoral aún no ha confirmado los resultados, alegando que debe cumplir un mandato de la Corte de Constitucionalidad para atender las impugnaciones presentadas por los partidos perdedores y realizar un cotejo de las actas electorales.

El impase ha provocado honda preocupación entre los observadores electorales en Guatemala y en la comunidad internacional, que advierten que el laberinto jurídico-burocrático en marcha apunta a descarrilar el proceso electoral y burlar la voluntad popular en las urnas.

El propio “candidato sorpresa”, Bernardo Arévalo, admite en esta entrevista con Esta Semana y CONFIDENCIAL que “existe el riesgo de que intenten sacarnos por medios espurios de la segunda ronda electoral, para colocar al candidato del oficialismo”, pero invocó el respaldo de la población y el “voto antisistema”, para proclamar que “no nos vamos a dejar robar las elecciones”. 


Arévalo, hijo del presidente Juan José Arévalo, que encabezó la “primavera democrática” de Guatemala tras la caída del régimen del general Jorge Ubico en 1944, le propone a los guatemaltecos “la posibilidad real de poner fin al sistema de gobiernos corruptos que captan las instituciones y que son la causa del deterioro económico, social, político que tiene Guatemala en los últimos 20 años”. 

El impase electoral

El martes pasado inició la revisión del Tribunal Electoral ordenada por la Corte Constitucional sobre los resultados de la primera vuelta electoral, en la que su candidatura quedó en segundo lugar. ¿Qué desenlace se espera de esta revisión en los próximos 15 días? 

El desenlace de un proceso que está en curso debería ser que se certifique que el resultado de las elecciones del 25 de junio se corresponde con el cotejo que se ha hecho y que entonces ya no hay nada más que hacer que declarar el resultado final y convocar a la próxima ronda de elecciones.

A nosotros nunca nos ha preocupado el proceso de cotejo de votos, porque siempre hemos estado seguros de que lo único que va a hacer es confirmar el resultado del 25 de junio. El problema es que en el camino se pueden intentar hacer todo tipo de argucias legales, de hecho todo este proceso de cotejo no tiene sustento legal, no existe en la legislación guatemalteca, y estamos viendo cómo se inventan procesos y procedimientos al amparo de un sistema judicial que está cooptado para generar espacios en donde lo que nos preocupa es la posibilidad de que se busque diferir de manera indefinida la convocatoria a la segunda ronda de elecciones, entrampar el proceso, porque se meten acciones que no pueden resolverse y entonces hasta que no estén resueltas no puede haber convocatoria y que esto genere un escenario como el que tenemos actualmente con la Corte Suprema de Justicia, que como no se pudo llevar a cabo la elección mediante el procedimiento establecido, entonces la decisión fue dejarlos en funciones durante cuatro años más, hasta que haya nuevas elecciones. 

Pensamos que ese es un riesgo que existe en este momento. Eso, o aplicarnos una de las fórmulas que le aplicaron a Arzú, a Pineda o a Cabrera, que nos saque a nosotros por medios espurios de la segunda ronda para lograr colocar al candidato del oficialismo, Manuel Conde. 

Cuál es el balance en el Tribunal Electoral, porque uno de los candidatos perdedores, Edmond Mulet, por ejemplo, declaró que no existe ninguna discrepancia entre los resultados oficiales y los de las actas de su partido, pero hay otros partidos que insisten en un recuento de votos. ¿Qué pasaría si el Tribunal Electoral acepta abrir las urnas electorales? ¿Estaría en riesgo la segunda vuelta?

Primero, sería absolutamente ilegal. Segundo, abriría la puerta a ese proceso de empantanamiento del que hemos hablado con todo tipo de recursos en toda dirección alrededor del tema este. Y tercero, sería realmente el fin de la confianza que le quedaba a las autoridades electorales y al proceso en Guatemala. Pero hasta donde nosotros nos encontramos, el proceso ha ido avanzando. Ya se ha concluido el cotejo de actas en varios de los departamentos del país y estoy hablando de por lo menos siete departamentos o ocho departamentos, y en todos éstos se ha confirmado el resultado del 25 de junio. De manera que estamos atentos a ver cómo se sigue desarrollando. 

Mucha gente todavía se pregunta cómo fue que Semilla, un partido político predominantemente urbano, saltó del octavo lugar en las proyecciones de las encuestas hasta el segundo lugar en los resultados de la primera vuelta.

Yo creo que parte de la pregunta hay que hacérsela a la industria de las encuestas de opinión, porque evidentemente tiene que haber una revisión de las metodologías y los mecanismos. Para nosotros fue muy claro a lo largo de todo el proceso que las encuestas de opinión no estaban reflejando la realidad, porque nosotros, no es que tuviéramos datos propios, encuestas propias, sino que la respuesta que encontrábamos en nuestros desplazamientos a lo largo y ancho del país contrastaba enormemente con lo que las encuestas de opinión decían. Entonces nosotros nos fuimos dando cuenta de que había un fenómeno que no estaba siendo registrado por las encuestadoras y que nos iba a dar un resultado en urna que era completamente diferente del que estaba siendo previsto. Nosotros no teníamos los datos para decir que íbamos a pasar a segunda vuelta, pero todo nuestro trabajo fue para eso. Había quienes pensábamos que nos íbamos a quedar en un tercer lugar o cuarto lugar y fue una agradable sorpresa comprobar que todo el esfuerzo puesto en una campaña de contacto, una campaña de hormiga, de caminar calles, hablar en mercados, sentarse en las plazas, generar contacto con la juventud a través de las redes, no únicamente mandar mensajes sino generar diálogo. Todo eso dio el fruto que se buscaba y hubo toda una movilización de 12% de la población del país que prácticamente dijo nosotros no podemos seguir adelante y tenemos esperanza y confianza de que el movimiento Semilla puede combatir al sistema.

Entre el miedo y el voto antisistema

Aunque la mayor parte de los que rechazan el sistema votaron nulo, un 17%, un 6% votó en blanco. ¿Qué representa este voto nulo? ¿Puede Semilla capitalizar este voto a su favor y que no se vaya a la abstención en una segunda vuelta? 

El voto nulo es un voto fundamentalmente antisistema. El objetivo de  una campaña que fue encabezada por algunos de los candidatos que habían sido excluidos con artimañas del proceso electoral era forzar una segunda elección, llegar a ser 50% más uno de los votos para forzar una nueva elección, en donde podría haber la posibilidad de tener distintos candidatos y reagruparse todas las organizaciones. Esto no salió, pero es un voto de rechazo al sistema que ahora encuentra que en el balotaje hay una opción que estaba también peleando contra el sistema  y que tiene los mismos objetivos, pero que lo hizo desde dentro del proceso electoral y ahora está posicionado para la próxima ronda. Creemos que mucho de ese voto de protesta va a venir naturalmente, pero después de que nosotros aclaremos que los objetivos son los mismos hacia nuestro movimiento.

Sandra Torres ha perdido dos veces en segunda vuelta y tiene un fuerte voto negativo en las zonas urbanas, pero cuenta con el respaldo de la maquinaria de Gobierno, de los demás partidos políticos y de la élite económica. ¿Puede hacer una campaña polarizada para generar miedo en contra del movimiento semilla entre los electores?

Está haciendo una campaña de miedo. A ella se le acabaron los argumentos y lo que está haciendo es una campaña basada en absolutas mentiras, con cosas que van desde que nosotros somos comunistas, que vamos a terminar con la libertad de culto, que vamos a expropiar iglesias. Es decir, realmente ya está en niveles de absurdo, pero hay que recordar cuál es la credibilidad que ella tiene para la población guatemalteca. Ese voto negativo, que es prácticamente el único voto cierto que existe en Guatemala, indica que tiene credibilidad cero. De manera que lo que estamos encontrando es que la población ha reaccionado a estas acusaciones absolutamente infundadas de manera espontánea, en donde no somos nosotros quienes estamos argumentando sino que hay un fuertísimo diálogo público, porque está en las redes pero está en las calles, evidenciando que lo que se está haciendo es recurriendo a mentiras e invenciones. 

Un programa contra la corrupción

¿Qué le propone Semilla al electorado en esta segunda vuelta y quiénes son sus aliados potenciales?

Nosotros estamos proponiendo la posibilidad real de poner fin al sistema de gobiernos corruptos que captan las instituciones y que son la causa del deterioro económico, social, político que tiene Guatemala en los últimos 20 años. Y los aliados son la población misma. Hemos establecido muy claramente que no vamos a hacer alianzas con los partidos políticos corruptos. Eso sería un contrasentido a lo que nosotros estamos buscando, pero estamos hablando con los distintos sectores de la sociedad, estamos tendiendo puentes con los distintos sectores, hemos encontrado mucha receptividad, hemos encontrado que muchos sectores entienden claramente que lo que está en juego no es exclusivamente que si Semilla pasa a segunda vuelta y gana las elecciones, sino la posibilidad de tener un país que regresa a buscar su camino a un Estado de derecho, a una democracia con justicia social, a un marco de libertades públicas donde ya la corrupción es un problema a resolver, pero no es el corazón del sistema político.

Pero ¿cómo propone enfrentar el problema de la corrupción si la propia justicia está corrupta y ha venido desmantelando el sistema que existía en Guatemala antes y que era una referencia incluso en Centroamérica, de jueces, de fiscales que lucharon contra la impunidad?

Lo que va a cambiar es que nosotros vamos a quitarle el engranaje central a la maquinaria de la corrupción. La maquinaria de la corrupción que existe en Guatemala hoy funciona a partir de un engranaje central que es el gobierno ejecutivo, porque del Ejecutivo depende el aceite que lubrica el funcionamiento de todos los engranajes, que son los fondos del presupuesto nacional. Es alrededor de los fondos de la construcción de obra pública que se están tejiendo todas las lealtades y componendas entre funcionarios del Congreso, funcionarios del Ejecutivo, funcionarios a nivel municipal. Al romper ese engranaje dentro de esa fórmula, van a empezar a cambiar los incentivos mediante los cuales funciona la corrupción y vamos a poder empezar a ver nuevas avenidas para lograr desmontar esa cooptación corrupta que existe y muy importantemente, desmontando del aparato de justicia que ha sido una de esas de las piezas clave que han logrado secuestrar y desde donde se ha venido conduciendo el acoso a cualquier persona, institución, organización que se convierta en obstáculo para el funcionamiento de este sistema corrupto. 

La condena judicial contra el periodista José Rubén Zamora, el cierre de El Periódico y el exilio de varios periodistas, ha tenido un impacto muy negativo en la libertad de prensa en Guatemala, mucha gente tiene temor de expresarse o recurren a la autocensura. ¿Cómo puede restablecerse la libertad de expresión en Guatemala?

Porque va a terminar definitivamente el acoso a la libertad de prensa y a la libertad de expresión. Es decir, el caso de José Rubén Zamora se ha manejado intencionalmente, por un lado para darle un castigo a un periodista que ha hecho desde hace décadas una lucha muy fuerte para exponer los desmanes de la corrupción de las instituciones del Estado. Y por el otro lado, ha sido una advertencia a la prensa, a los periodistas, a cualquiera que se oponga a los designios de este grupo, de las posibles consecuencias. Pero hay que recordar que esto viene desde el Ejecutivo, cuando cambie el Ejecutivo, cuando en el Gobierno de la República no sea el corazón de este pacto corrupto, entonces las condiciones van a cambiar, porque no se le va a estar exigiendo al Ministerio Público que persiga a periodistas o jueces o fiscales por hacer su trabajo y cumplir con sus funciones. 

El poder de las élites

En caso de ganar la Presidencia de la República, le tocaría gobernar con una minoría parlamentaria. Algunos críticos, que no son necesariamente de la ultraderecha, dicen: –Semilla tiene buenas intenciones, pero no tiene experiencia de Gobierno. Una cosa es proponer, otra cosa es gobernar y hacer cambios profundos en esas condiciones adversas.

Nosotros estamos claros de que vamos a tener un Congreso en el que no tenemos la mayoría, pero hay dos medidas que hemos identificado claramente. Primero, nuestro plan de gobierno tiene un plan de implementación A y un plan de implementación B. El plan de implementación A, es en donde se cuenta con un gobierno con un congreso razonablemente colaborador, un congreso funcional. El Plan B, es cuando se cuenta con un Congreso cooptado por completo por la corrupción y que lo único que busca es obstaculizar y oponerse a la gestión gubernamental. No nos vamos a dejar secuestrar por las condiciones en el Congreso de la República y tenemos claro de que vamos a avanzar de una manera muy clara y dinámica en todo lo que podamos, desde el organismo Ejecutivo. Nos va a limitar las posibilidades de institucionalización, nos va a limitar el alcance de las reformas. Por ejemplo, quisiéramos una ley de transparencia para favorecer la competencia económica, no la vamos a poder poner. Quisiéramos una nueva ley de inversiones para poder empezar a regular todo el marco, no la vamos a poder poner. Quisiéramos regulación sobre medio ambiente que no vamos a poder poner, pero tenemos las herramientas del Ejecutivo para poder alcanzar medidas que queden establecidas, por lo menos como ejemplo de lo que podría llegar a lograrse. 

La segunda parte es cuando se quita ese eje central de la corrupción, todo esa conjunto de partidos y de congresistas que se encuentra en este momento en el Congreso de la República, que ha sido electo al Congreso de la República, va a empezar a fragmentarse porque va a haber gente que van a ser de un núcleo duro, negro, que va a seguir claramente posicionado alrededor de ese intento de atacar a un gobierno que viene a luchar contra la corrupción y va a haber otra serie de personas, de jugadores, partidos, personas que van a ser grises y que se van a distanciar de esa actuación. De manera que eso va a cambiar la fórmula. Pero el tercer elemento es que lo que nosotros sí vamos a hacer muy claramente es tender puentes y a hacer alianzas con los distintos sectores de la sociedad y buscar en esas alianzas la fuerza política que se requiere para complementar esa situación en el Congreso de la República.

El último Gobierno con una orientación socialdemócrata, progresista, que intentó hacer cambios profundos en Guatemala, chocó con la resistencia de la élite económica. No se pudo hacer una verdadera reforma fiscal. ¿Qué podría permitirle hoy hacer estos cambios? Y por el otro lado, que los cambios económicos tengan un impacto para la mayoría de la población.

Nosotros tenemos muy claro que el objetivo de toda la gestión de Gobierno es generar esos cambios para la población. La lucha contra la corrupción es la condición necesaria para lograr que las instituciones funcionen y el desarrollo llegue a esos lugares. Pero nosotros estamos en un proceso de diálogo con los actores privados que están hoy muy preocupados por el empantanamiento y la degradación de política del país, que se convierte en un obstáculo para cualquier actor, no únicamente para los actores sociales que sufren el efecto de la falta del desarrollo porque se roban el dinero para el desarrollo, sino inclusive de los actores económicos que no tienen posibilidades de salir adelante. Sabemos que hay actores recalcitrantes, pero sabemos que hay actores con los que estamos teniendo diálogos muy claros alrededor del interés común de lograr que este país funcione como un Estado que trabaja efectivamente para lograr el bien común. 

En caso de ganar la presidencia, ¿cuál sería su política, su proyección hacia Centroamérica y en particular hacia el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua? 

Nosotros hemos sido críticos abiertos del proceso de autoritarismo que hemos visto en Nicaragua y el hecho de que se ha convertido en una dictadura. 

Para nosotros Centroamérica sigue siendo un objetivo claro en términos de de avanzar hacia una integración, pero entendemos que no necesariamente hay condiciones ideales en este momento y lo que haremos es contribuir a trabajar en un diseño de las estructuras por las que se implementa esta integración de todos los aspectos institucionales, de comisiones, secretarías, que tenemos que reformar y en el ínterin, pues esperar que los gobiernos centroamericanos estén todos ubicados dentro de un marco democrático para poder avanzar más firmemente hacia la integración. 

En resumen, ¿qué se juega en estas elecciones para Guatemala. 

El futuro o el pasado. Guatemala puede seguir anclado en un pasado de empantanamiento al que nos tiene sujeto esta cooptación corrupta del Estado o puede optar por empezar a avanzar hacia una democracia con justicia social, con pleno respeto a los derechos humanos de todos y de todas, con plena libertad para todos sus ciudadanos.

¿Tiene confianza que este Tribunal Electoral pueda arbitrar esta segunda vuelta?

Vamos a ver el resultado que obtenemos de este proceso de cotejo si salen con una recuperación de confianza por parte de la ciudadanía y de los partidos políticos, o sale completamente menoscabado.

¿Cuál es el estado de ánimo de Guatemala hoy?  ¿La ciudadanía está resignada de que esta posibilidad se puede descarrilar o existen fuerzas dispuestas a movilizarse para lograr este cambio?

Por primera vez en mucho tiempo hay entusiasmo, ilusión, esperanza en la ciudadanía. Eso fue lo que movilizó el voto y lo que se ha movilizado a raíz del voto. De manera que hay una clara determinación, como lo dicen muchos de los memes y cuestiones que uno ve en las redes. No nos vamos a dejar robar las elecciones y hay un fuerte sentimiento de que estas elecciones, este resultado de la primera vuelta, hay que defenderlo.

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Carlos F. Chamorro

Carlos F. Chamorro

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Fundador y director de Confidencial y Esta Semana. Miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha sido Knight Fellow en la Universidad de Stanford (1997-1998) y profesor visitante en la Maestría de Periodismo de la Universidad de Berkeley, California (1998-1999). En mayo 2009, obtuvo el Premio a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, de Casa América Cataluña (España). En octubre de 2010 recibió el Premio Maria Moors Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York. En 2021 obtuvo el Premio Ortega y Gasset por su trayectoria periodística.

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