26 de junio 2024
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, reconoció que es posible que haya "grandes dificultades" para llegar a acuerdos en la 54 Asamblea General del organismo que comienza el miércoles 26 de junio, en Paraguay, porque la región es "plural y diversa".
"Siempre tenemos grandes dificultades para llegar a acuerdos. Uno mira la región y se da cuenta que tenemos (liderazgos) de todo. Tenemos derecha y izquierda, tenemos populistas de izquierda y derecha, algunos fuera del sistema, tenemos de todo", dijo Almagro en una rueda de prensa, en la víspera de la Asamblea General.
El excanciller uruguayo, que lidera su última Asamblea como secretario general, aseguró que "la gran ventaja que tiene la OEA es la pluralidad y la diversidad" y que esa condición le ha permitido perdurar en el tiempo como foro, a diferencia de otras organizaciones "que intentaron ver de manera monolítica ideológicamente la agenda regional".
"La discusión tiene que ser plural, tiene que ser diversa y comprender a todos. Si uno se quedara callado en la OEA verdaderamente no estaríamos representando la democracia en la región y no seríamos el principal foro político en la región", añadió Almagro.
Los cambios de Argentina ante la Asamblea General
Las declaraciones de Almagro tienen lugar horas después de que el embajador de Estados Unidos ante la OEA, Frank Mora, confirmó que Argentina pidió cambios en las resoluciones que incluyen menciones sobre igualdad de género y derechos humanos y que serán sometidas a votación durante la cumbre.
Mora instó al Gobierno del ultraderechista Javier Milei a no convertir la aprobación de los textos finales en un "show" y subrayó que no se puede "entrar a renegociar algo que ya estaba negociado".
El canciller de Paraguay, Rubén Ramírez Lezcano, declaró, por su parte, en la misma rueda de prensa que espera que la llamada Declaración de Asunción "sea adoptada por consenso" y explicó que el texto "refleja consensos políticos" en temas como el fortalecimiento de la institucionalidad democrática, la lucha contra la delincuencia organizada trasnacional y el cambio climático.
La sesión inaugural de la 54 Asamblea Ordinaria de la OEA se realiza en Asunción, la capital del país, mientras las sesiones plenarias, que se extienden hasta el viernes, transcurren en la vecina ciudad de Luque.
Haití, Nicaragua y Venezuela, las preocupaciones de la OEA
La OEA celebra su 54 Asamblea General en Paraguay, con la integración y la seguridad para el desarrollo sostenible de la región como eje de sus deliberaciones y la situación política y de derechos humanos en Haití, Nicaragua y Venezuela entre sus preocupaciones centrales.
Con una escasa atención mediática en los días previos, Asunción y la vecina ciudad de Luque albergan hasta el viernes 21 delegaciones con sus cancilleres y nueve lideradas por otros delegados, según el listado provisional de asistentes.
En este período ordinario de sesiones, Estados Unidos estará representado por el subsecretario de Estado Richard Verma y el encargado para América Latina, Brian Nichols, que llegarán con la tarea de impulsar el apoyo a la misión de seguridad que debe desplegarse en Haití y condenar las violaciones de los derechos humanos en Nicaragua.
Paraguay, el país anfitrión, estará representado por el ministro de Exteriores, Rubén Ramírez.
Hace una década, en 2014, el país sudamericano acogió una Asamblea General.
Sería esa su segunda ocasión, ya que en 1990, un año después del retorno de la democracia tras la caída de la prolongada dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), debutó como sede.
Primera Asamblea General sin Nicaragua
Será este el primer cónclave anual sin la presencia formal de Nicaragua, que desde el 19 de noviembre de 2023 oficializó su salida de esta organización. Pese a su ausencia, la OEA no ha cesado de advertir sobre la delicada situación en el país centroamericano, que será analizada por el plenario para posteriormente emitir una declaración al respecto.
El proyecto de resolución para la Asamblea General de la OEA sobre Nicaragua, que demanda al régimen de Daniel Ortega el “fin de la impunidad y la liberación de todos los presos políticos” , fue aprobado “por unanimidad” del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos, el 18 de junio.
Tampoco se espera esta vez una representación de Venezuela, que no ha contado con delegados en las dos últimas ediciones de esta asamblea.
La condición de este país como Estado miembro plantea una interpretación inédita de la jurisprudencia americana, luego del cese del considerado Gobierno interino encabezado por el opositor Juan Guaidó.
El líder opositor revocó en marzo de 2019 la denuncia a la Carta de la OEA que había presentado en abril de 2017 el Gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Con las elecciones presidenciales del 28 de julio en puertas y una campaña salpicada por la inhabilitación de candidatos y la detención de opositores, no se descarta que el país caribeño sea motivo de debate entre los ministros y jefes de misión, aunque no existe una propuesta específica de resolución o declaración dedicada a Venezuela.
La OEA reflotará, igualmente, la cuestión de las Malvinas, tema que ha tomado un nuevo cariz con la llegada al poder del presidente Javier Milei, quien, sin renunciar a la soberanía sobre esas islas, ha admitido que están "en manos del Reino Unido" y que no hay una "solución instantánea" a la disputa.
Se anticipa de igual forma una resolución sobre los derechos humanos en la región y que aborde la cuestión de la seguridad tras los recientes hechos de violencia atribuidos al narcotráfico en Ecuador y casos que han sacudido a países como Paraguay, como el asesinato del fiscal antimafia Marcelo Pecci.
Vecindario con nuevas y viejas caras
La cumbre de la OEA tendrá como telón de fondo una región con nuevas caras en la política, como el argentino Milei y el presidente anfitrión, Santiago Peña, pero también con Brasil nuevamente bajo la conducción del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, quien ha estrechado sus lazos con China y Rusia, sus aliados en el bloque de los BRICS.
Estados Unidos, en palabras de su embajador ante la OEA, Frank Mora, ha defendido que este organismo -blanco de críticas de varios de sus miembros- proporciona una plataforma "única e importante" para dar una "respuesta colectiva" a los desafíos transnacionales que encara la región.