21 de noviembre 2023
Óscar Caballero se exilió en Estados Unidos en 2018, huyendo del asedio y la persecución desatada por el régimen contra los manifestantes de las protestas sociales. Óscar Zamora tampoco tenía planeado migrar, pero cuando intentó regresar a Nicaragua después de un viaje a EE. UU. a mediados de 2018, no pudo regresar.
Fue así como la crisis sociopolítica los empujó a dejar su patria y abandonar sus proyectos en marcha. Iniciar de cero en el país que los acogió significó superar muchas barreras y asumir nuevos desafíos, incluyendo continuar con su formación académica. Por su trayectoria personal y profesional, ambos fueron admitidos en dos prestigiosas universidades de EE. UU.
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En 2020, Caballero se convirtió en la primera persona solicitante de asilo político en graduarse del Máster en Diseño Arquitectónico Avanzado de la Universidad de Columbia, con sede en Nueva York.
En abril de este 2023, Zamora se recibió del Máster en Arquitectura de la Universidad de Harvard, ubicada en Boston, siendo el tercer nicaragüense en conseguirlo en la historia de esta institución educativa.
Hoy, ambos se desempeñan en Estados Unidos como profesionales de la arquitectura.
Sacrificios y logros de los dos nicaragüenses
Los logros conquistados por ambos nicaragüenses graduados en Harvard y Columbia son resultado de los sacrificios hechos durante años.
Óscar Zamora de 32 años y oriundo de Managua, la capital nicaragüense, creció en un hogar de clase media donde la educación siempre fue una prioridad.
Durante sus estudios de licenciatura en la confiscada Universidad Centroamericana (UCA) se destacó por su desempeño académico y su vocación social.
“Tuve profesores muy buenos que despertaron mi curiosidad para continuar aprendiendo. Junto con otros compañeros de clases formamos el Laboratorio de Investigación Arquitectónica, un colectivo enfocado en replicar conocimiento de forma voluntaria a otros estudiantes”, relata.
En 2013, se graduó con honores de la carrera. Dos años después, fundó junto a su socio una firma de diseño arquitectónico, desarrollando proyectos en distintas localidades del país y proporcionando empleo a jóvenes talentos.
Ahí coincidió por primera vez con su tocayo, Óscar Caballero, de 29 años y oriundo de Masaya.
Caballero creció apoyando a su madre con los negocios que emprendía como madre soltera, para aportar ingresos a su hogar.
“Cada vez que había un nuevo negocio nos tocaba trasladar los equipos y muebles a un nuevo lugar. Esa rutina nómada y la falta de permanencia del hogar, me enseñó a imaginar espacios y proyectar, habilidades importantes en la arquitectura”, rememora.
Durante la secundaria se destacó académica y artísticamente. También se enfocó en aprender inglés.
En 2015, logró graduarse como el mejor estudiante de la Licenciatura en Arquitectura de la Universidad Americana (UAM) gracias a una beca por mérito académico, y el apoyo económico de su madre y familiares en el extranjero durante los primeros años. “A mitad de carrera inicié a trabajar para colaborar con los gastos de mis estudios y eso me enseñó mucha disciplina, porque debía estudiar y trabajar al mismo tiempo”, cuenta.
En 2018, iniciaba su carrera como profesional independiente, realizando trabajos de visualización y diseño arquitectónico, cuando estallaron las protestas antigubernamentales en el país.
Con solo una mochila, su computadora, y documentos personales, Caballero salió hacia EE. UU. debido al constante asedio que recibía por haber participado en las manifestaciones cívicas.
Casi en paralelo, Zamora tampoco pudo regresar a su país tras un viaje para visitar a su esposa en EE. UU. “Volver a Nicaragua ya no era una opción, debido a la represión que se vivía”, cuenta.
La recompensa tras saltar al vacío
Ambos describen sus primeros meses en Estados Unidos como “un salto al vacío” y “meses de mucha frustración”.
“Fui testigo de la realidad que viven muchos migrantes en este país: racismo, discriminación”, señala Caballero, quien fue recibido por familiares en Maryland.
“Fue un momento muy desmoralizante, porque no podía ejercer mi carrera, y luego eso se transformó en una profunda frustración”, narra Zamora.
En medio de la oscuridad, ambos encontraron personas que les alentaron a seguir adelante y retomar los sueños que creían perdidos para siempre.
A finales de 2018, Caballero inició su proceso de asilo político en EE. UU. al mismo tiempo que comenzó su preparación para postular a universidades.
De lunes a viernes, durante ocho horas seguidas, asistía a una biblioteca pública para documentarse sobre procesos migratorios y buscar universidades. “Estudiaba por mi cuenta para los exámenes de inglés necesarios para aplicar a las universidades”, expresa orgulloso de su dedicación.
Óscar fue admitido en las tres universidades a las que postuló: Catholic University, Pratt Institute y Columbia University. Finalmente, se decidió por la última.
“Después de ser admitido empecé a buscar formas de poder financiar la maestría, llamando a muchas organizaciones, aplicando a pequeñas becas, lancé una campaña de donaciones para mi causa, y logré conseguir el dinero suficiente para matricular el primer semestre, y luego conseguí un préstamo estudiantil”, dice con emoción al recordar esfuerzo.
En 2020, se graduó con honores del Máster en Diseño Arquitectónico Avanzado de la Universidad de Columbia, en Nueva York, donde destacó como uno de los mejores estudiantes y recibió múltiples premios por sus diseños arquitectónicos.
Ese mismo año, Óscar Zamora, inició su proceso de postulación a la Universidad de Harvard, con sede en Boston, luego de que un amigo maestrante en es universidad lo alentara a hacerlo.
“Me aconsejó que aplicara, me dijo que yo tenía mucho potencial. También me inspiró la historia de Óscar con su maestría en Columbia”, expresa.
En ese momento, ya había logrado conseguir su residencia permanente en EE. UU. por vínculo familiar.
Tras un año de preparación para postular a la universidad y cuatro meses de espera para conocer los resultados de admisión, fue uno de los 30 estudiantes admitidos entre más de mil aplicaciones recibidas. Al igual que su tocayo, recibió becas por mérito académico de la universidad y un préstamo estudiantil, para costear sus estudios. “Harvard es una institución que te abre muchísimo las puertas. El crecimiento que he tenido como estudiante, mi crecimiento personal, ha sido exponencial”, confiesa con mucha satisfacción el graduado con honores en abril pasado.
De Harvard y Columbia a proyectos de arquitectura
Tras graduarse de las importantes universidades, ambos continúan escribiendo su historia como profesionales de la arquitectura, docentes, investigadores académicos, artistas visuales y nicas migrantes en Estados Unidos.
Óscar Caballero colabora como jefe de diseño con un estudio arquitectónico en Manhattan, Nueva York, que desarrolla proyectos en Estados Unidos, Asia y Medio Oriente, y es miembro de “Empatía Territorial”, un colectivo de diseño sin fines de lucro que busca crear un cambio positivo en entornos urbanos olvidados.
Zamora también trabaja para una firma de arquitectura en Boston, Massachusetts, y colabora con laboratorios de innovación social.
Los colegas y amigos, están realizando conjuntamente una consultoría para el Banco Interamericano de Desarrollo Económico (BID).
Su mensaje para los jóvenes nicaragüenses es que nunca dejen de luchar por sus sueños.
“Siempre pensar en grande, siempre tener aspiraciones grandes. Se vale soñar, se vale pensar en un mejor futuro”, recomienda Zamora.
“Estamos siempre a una oportunidad de lograr alcanzar el máximo potencial que tenemos y solo queda seguir buscando esa oportunidad”, agrega Caballero.