11 de junio 2022
Con los pies adoloridos, 1000 pesos mexicanos y una mochila con botellas llenas de agua y unas cuantas mudas de ropa, “Mauricio” –un nicaragüense de 28 años que estudiaba Psicología en Managua– avanza en la caravana de más de 15 000 migrantes que partió el lunes pasado desde Tapachula, México, en busca del “sueño americano”.
“Salí junto a ocho amigos nicaragüenses en la caravana que salió desde el Parque Bicentenario de Tapachula, pero no solo nosotros somos los nicas que viajamos, logramos ver a otros grupos de nicaragüenses que viajan en la caravana, calculamos que más de 150”, afirmó “Mauricio” en entrevista con CONFIDENCIAL.
El joven aseguró que, igual que sus ocho amigos, huyó de Nicaragua por la represión del régimen de Daniel Ortega, el asedio que sufren los disidentes al Gobierno, el temor a ser encarcelados por haber participado de las protestas, las dificultades para conseguir un empleo y el aumento de la criminalidad en el país.
“Mauricio” salió de Nicaragua el pasado 17 de mayo. En tres días llegó a México por la zona fronteriza de Tapachula, en Chiapas, y se quedó en ese estado en busca de “documentos” que le facilitaran su tránsito por ese país.
En esos días de espera, con menos dinero, enfermo y con amigos encarcelados en el Centro de Detención Siglo XXI, “Mauricio” se enteró de la salida de la caravana, que a su vez sería asistida por un abogado, que se ofreció a gestionar ante Migración de México, salvoconductos para que les permitieran transitar por el país por un período de 30 días.
“Algunos de mis amigos fueron detenidos cuando llegamos a México, pero el 24 fueron liberados y logramos alquilar entre todos un apartamento donde nos resguardamos mientras conseguíamos papeles, pero en eso estábamos cuando nos enteramos de la caravana y decidimos que nos uniríamos porque ya teníamos poco dinero”, relató.
“Mauricio” se fue de Nicaragua solo con 700 dólares que logró recoger en tres años, así que el anuncio de la caravana lo vio como “una salida”, pues esperaba que esto le permitiera llegar “bien” y “más rápido” a la frontera entre México y Estados Unidos.
Caravana se dispersa
Sin embargo, a medida que avanzan en la caravana sus esperanzas se desvanecen. Afirmó que el viernes 10 de junio el grupo de más de 15 000 se ha disgregado aún más.
“El jueves (nueve de junio) dormimos cerca de un río Huixtla y el abogado quedó de llegar a las siete de la mañana para seguir avanzando, pero muchos se desesperaron, quizás por falta de dinero, o por sus niños que andaban enfermos, no sé, pero salieron a las cuatro de la mañana y vamos separados en varios grupos”, detalló.
Agencias de noticias internacionales reportaron que la caravana de migrantes ha avanzado cerca de 90 kilómetros hasta Masatepec y se ha disgregado en al menos cuatro grupos: el primero permanece en Huixtla, otro acampa a las afueras de una oficina migratoria en esperar de sus documentos, el tercero fue el que avanzó a Masatepec y el cuarto y último es el que ya obtuvo documentos y ha tomado transporte público para salir del estado de Chiapas.
Según datos del Instituto Nacional de Migración (INM), hasta ahora ha entregado unas 4500 copias de la Forma Migratoria Múltiple (FMM), un documento que acredita la estancia legal en el país y con el que los extranjeros tienen -regularmente- 186 días para poder salir del país y moverse por el territorio mexicano, pero en este caso solo los ampara por 30 días.
“Mauricio” apuntó que esta separación de grupos se ha dado por “falta de organización” y porque “muchos se han desesperado y dejado atrás a los que van mal y otros porque se quedaron esperando un salvoconducto en puestos migratorios que nos hemos topado en el camino”.
El joven relató que en esta caminata le ha tocado ver “cosas realmente duras; mujeres cayendo de tráileres por buscar raid, personas desmayándose por tanto sol y poca agua, niños llorando por comida, y hombres y mujeres con los pies llagados”.
Destacó que la caravana ha sido asistida por miembros de la Cruz Roja, que han dispuesto a tres ambulancias que cada una atiende a mujeres, niños y hombres. Además, mencionó que en el camino han sido testigos de solidaridad de organizaciones e incluso de funcionarios de Migración, que en algunas ocasiones les han repartido agua.
“Es duro lo que tenemos que pasar para buscar un vida mejor, una vida que no podemos tener en nuestro país”, comentó “Mauricio”.
El estudiante afirmó que por esa disgregación muchos, entre ellos varios del grupo de más de 600 con los que avanza, decidieron retornar a Tapachula y seguir “esperando los papeles”. Además, dijo temer que el grupo siga disgregándose y las autoridades de Migración decidan detenerlos.
“Mi cuerpo ya no aguanta; los pies duelen muchísimo, voy enfermo, con una gripe que no ha podido curar porque nos hemos mojado y recibido tanto sol y no comemos bien, tenemos miedo de una detención, pero todavía no hemos desistido de seguir con la caravana, llegar a Estados Unidos e intentar tener una vida mejor”, finalizó.
Este sábado el joven contó que ya obtuvo el salvoconducto que le permitirá transitar de forma regular por México por treinta días.
La migración de nicaragüenses hacia Estados Unidos ha incrementado exponencialmente en los últimos años, principalmente por la crisis sociopolítica y económica que enfrenta el país. En 2021, las autoridades estadounidenses reportaron 87 530 detenciones de nicaragüenses en las fronteras de ese país.