12 de marzo 2023
Jimena Mercado acostumbraba a desayunar nacatamal todos los domingos, cuando vivía en Nicaragua. Era parte de la tradición familiar. A finales de 2017, emigró con su familia a Los Ángeles, California, y fue este plato típico lo primero que extrañó fuera del país.
“Recién venidos (a EE. UU.) intenté hacer nacatamales, pero era difícil encontrar ingredientes y la sazón para que me quedaran bien. Comencé a preguntar de lugares y me recomendaron varios muy populares cerca de mi zona, lo que nos hizo retomar la tradición y sentir nuevamente esa conexión con mi país”, recuerda Mercado.
Ella es originaria de Masatepe y hace seis años pagaba 45 córdobas (1.22 dólares) por un nacatamal en Nicaragua, que ahora cuestan hasta 70 córdobas (1.90 dólares) en ciertos lugares. En Los Ángeles, la nicaragüense ha pagado entre siete y diez dólares (252 a 360 córdobas) por un nacatamal. El precio varía según el restaurante.
Muchos migrantes nicaragüenses, en distintas ciudades del mundo, intentan calmar la nostalgia, o el llamado “mal de patria”, a través del consumo de comidas típicas en restaurantes, comprándolas a terceros o preparándolas ellos mismos, cuando encuentran los ingredientes indicados o, al menos, los más parecidos a los originales.
CONFIDENCIAL entrevistó a migrantes nicaragüenses para conocer cuánto pagan por comer platillos y comidas nicaragüenses, para saciar sus antojos y conectar con su patria a través del paladar.
Miguel Pérez, de Managua, estaba acostumbrado a comerse unas tajadas de plátano verde con queso frito por 25 córdobas (unos 70 centavos de dólar) antes de emigrar hace cinco años. Su susto fue encontrar que en Miami, Florida, ese mismo “servicio” costaba seis dólares (212 córdobas), mientras que un plato de asado en una fritanga ahora lo encuentra entre 10 y 14 dólares, dependiendo si es de pollo, carne de res o de cerdo.
Lo mismo le pasó a Laura Castellón quien migró hace diez años de Rivas a Barcelona, España, y ahora paga por un servicio de comida de “fritanga” 14 euros (15 dólares o 537 córdobas) cuando antes pagaba 80 córdobas (dos dólares) como máximo en Nicaragua.
“Uno está dispuesto a pagar (cualquier) precio, porque extrañamos mucho la comida nica, y estamos conscientes de que no es barata prepararla en este lado del mundo”, valora Castellón.
Comer platos nicas en el extranjero es más caro
Janette Montoya es originaria de Managua, tiene 17 años viviendo en España y es dueña de Bar Nica. Su negocio es uno de los restaurantes de comida nicaragüense más reconocidos en Sant Cugat del Vallés, en Barcelona, según el reportaje Bar Nica, toda la sazón nicaragüense en Cataluña.
“Muchos de los productos los pido desde Nicaragua, para mantener la sazón, y esto (eleva) en el costo del producto (platillos). Quisiera vender más barato, pero es imposible”, explica Montoya.
Igual pasa con los restaurantes de comida nicaragüense en Costa Rica, el segundo destino principal de los nicas migrantes, con casi medio millón de ellos. “A pesar que estamos al otro lado del país no podés tener precios similares, porque los costos son más caros. Tener un negocio acá es caro”, destaca Eveling Cunningham, propietaria de Eve’s Gourmet, y quien cobra por un plato de asado de fritanga entre 3500 y 4500 colones, unos 230 y 297 córdobas (de 6.30 a 8 dólares), dependiendo de lo que lleva el “servicio”.
Precios relativos al costo de vida y salarios de cada país
“En Nicaragua pueden pensar que es mucho dinero, pero la comida nica en el extranjero tiene gran valor y el precio de un nacatamal no excede lo que se gana acá por hora”, aclara Mercado.
En el estado de California, por ejemplo, el salario mínimo establecido para 2023 es de 15.50 dólares (558 córdobas) por hora, según el Departamento de Relaciones Industriales de dicho estado. En Florida, otro de los estados donde más se concentran los nicaragüenses, pagan la hora entre 11 y 12 dólares (396 a 432 córdobas).
Los nicas en el extranjero comentan que, aunque los precios de los platillos superan por mucho el valor que tienen en Nicaragua, la vida en esos países es más cara y los salarios mucho más altos que los de su tierra.
“Yo no ganaba más de 12 mil pesos por mes en Nicaragua siendo licenciada en Administración de Empresas. Acá, trabajando de manera informal, me pagan diez euros por hora, es decir 384 córdobas (10.58 dólares). A la semana vengo ganando 400 euros (423 dólares), más de 15 mil córdobas”, compara Castellón.
Las autoridades en España han elevado hasta los 1080 euros (41 445 córdobas o 1143 dólares) mensuales el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para el año 2023, así lo comunicó el Gobierno de este país a través de una nota de prensa.
“En Costa Rica los precios de la comida son relativos al costo de país”, cuenta la dueña de Eve’s Gourmet, quien también tenía una comidería en Nicaragua. “Allá los alimentos los encontraba más baratos que acá, el alquiler de mi local era mucho menor que lo que pago acá, pero puedo decirte que acá se gana mejor y como dicen ‘a como ganas, pagas’”, menciona.
En Costa Rica el salario mínimo general para 2023 está en 330 299 colones mensuales (unos 600 dólares). Mientras tanto, el salario mínimo en Nicaragua, establecido por la Comisión del Salario Mínimo y con el ajuste salarial del 10% que se hizo efectivo en marzo, va desde los 5200 córdobas mensuales (141 dólares).
Los sitios recomendados por migrantes:
En Los Ángeles
Mercado comenta que cuando llegó a Los Ángeles se dio a la tarea de buscar lugares donde preparasen comida nicaragüense para sentir, al menos una vez al mes, “la sazón de su tierra en el paladar” y comparte que su restaurante favorito es Sabor Nicaragüense Restaurant.
Portobanco’s es otro restaurante de platillos nicaragüenses en Los Ángeles, y a unos pocos metros se halla La 27th Restaurante Nicaragüense, con un concepto más casual. Ambos sirven sopa de mondongo, el primero la vende en 14.95 dólares (554 córdobas) y el segundo en 15.50 dólares (565 córdobas).
“En Masatepe (Masaya) es famosa esta sopa y, normalmente, en ‘Mondongo doña Néstor’ cuesta ahora 170 córdobas el plato (4.63 dólares)”, menciona Mercado.
La nicaragüense señala que existen comiderías que ofrecen más barato ese mismo platillo, como El Camacho’s Restaurante Nicaragüense y Las Segovias. “Estos lugares la venden por temporada y su costo no supera los diez dólares (364 córdobas)”.
Otra opción para comprar comida nicaragüense en esta ciudad de California, pero por encargo y con entrega en casa, es Pinto Foods, de la chef Adriana Robleto. Ofrece varios platillos como empanadas de carne, indio viejo, arroz aguado, sopa de res y vigorón, a través de la aplicación Shef, donde el precio promedio del variado menú es de 15 dólares.
En Miami
Pérez ha visitado varios lugares de comida nica en Miami y cuenta que la sazón en algunos es mejor que en otros, pero que al final llega a la misma conclusión: “La comida aquí no sabe igual a la comida en Nicaragua, hay algo que siempre le falta”.
Subraya que La Fritanga Monimbó es una de las más populares y que tiene varias sucursales en el área. La que más le ha gustado ha sido Caña Brava, aunque también recomienda la Carne Asada Tortillería Nica que abre las 24 horas y es popular por servir porciones generosas.
“A los cubanos y clientes de otras nacionalidades les encanta la comida nicaragüense. Van a lugares nicas porque las porciones son grandes”, asegura.
Verónica Algaba, otra nica viviendo en esta ciudad, comenta que su fritanga favorita se llama La Leonesa. Además de comida nicaragüense, venden productos como queso, cuajada, chicha de maíz, chorizo criollo y rosquillas. “Voy cada vez que puedo a comer y a comprar productos para tener en casa. La libra de cuajada vale ocho dólares (291 córdobas) y el queso está a 12 dólares (437 córdobas) ”, relata.
En el área de Washington
En Silver Spring, Maryland, se halla El Chante, un comedor y fritanga nicaragüense, fundado hace más de 20 años que también ofrece el servicio de entrega exprés.
“Nostalgia… Regresé a casa, me encantó el servicio y la comida. Tenían todo en el menú, desde los tacos hasta el nacatamal. El quesillo en bolsa fue increíble. En general, increíble”, dice Orlando, un cliente que dejó su crítica y aparece en el sitio web.
Aquí el nacatamal cuesta diez dólares (360 córdobas), igual que un quesillo. Otra opción, en Maryland es Sazón Doña Carmen, que ofrece comidas típicas los fines de semana.
En España
Castellón visitó Bar Nica en Barcelona y le gustó muchísimo la comida, pero también compra por encargo a nicas que han emprendido negocios ofreciendo este servicio como es la Comida Nica by Emily. “Para navidad u ocasiones especiales que quiero compartir la sazón de mi país con amistades de acá (Barcelona) le pido por encargo a esta chica y me ha encantado”, recomienda.
Cuando viajó a Madrid le recomendaron el restaurante Volcanes, con un menú de comida centroamericana pero con énfasis en la nicaragüense. “Me bebí una sopa de res que costaba 12 euros (12.70 dólares o 464 córdobas) y mi pareja probó el chancho con yuca que costaba lo mismo. Yo me acuerdo que pagaba 60 pesos por el chancho con yuca, a lo mucho, en Rivas”, indica Castellón.
En Costa Rica
Hay varios lugares de comida nicaragüense en San José, Costa Rica, como Fritanga Patricia, Cuchara Nicaragüense y Las Brasas de mi Tierra, todos muy frecuentados por los nicas. En los tres lugares ofrecen el plato de vaho, en el primero lo venden en 4000 colones (265 córdobas), el segundo en 6950 colones (461 córdobas) y 7600 colones (507 córdobas); en promedio cuesta unos diez dólares. Algunos precios son más elevados que otros porque están dentro de las plataformas de servicio exprés.
Eve’s Gourmet tiene su local físico y forma parte de la Red de Mujeres Pinoleras que también ofrecen comida y productos nicaragüenses una vez al mes, contiguo a la plaza de la Democracia.
También está La Fritanga Nicaragüense en Desamparados y Soda Mis Dos Tierras en Zapote, ambos negocios fundados por mujeres nicaragüenses. En la zona norte de Costa Rica, en Liberia, Guanacaste, se encuentran ricos nacatamales en Soda Colonial y valen 2000 colones (132 córdobas o 3.60 dólares), cuenta Iris González, una joven estudiante nicaragüense que reside en esa provincia. “Son hechos por granadinos que se vinieron a vivir acá y es la misma sazón nica”, recomienda.