25 de octubre 2023
La migración de nicaragüenses hacia Estados Unidos y Costa Rica ha experimentado una notable disminución en los últimos meses debido a las políticas migratorias restrictivas que ambos países han implementado en 2023.
Pero, además, esos cambios en las leyes migratorias han desencadenado la “invisibilización” de los flujos migratorios, ya que propician un aumento de la migración irregular, la cual no deja huella en las estadísticas oficiales de los Gobiernos, afirman especialistas en Migración.
Mientras 2022 fue considerado el “año del éxodo nicaragüense” por la salida de casi 330 000 nicas, en la primera mitad de 2023 se han registrado reducciones significativas en los flujos migratorios hacia los dos destinos históricos de la migración nicaragüense, según las estadísticas oficiales. En ambos casos los números reflejan que la cantidad de nicas abandonando su país es menos de la mitad en comparación con el año pasado.
Unos 38 000 nicas viajan con el parole hasta septiembre
En Estados Unidos, durante los primeros ocho meses de 2022, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) informó de 108 007 “encuentros” o aprehensiones de nicaragüenses que llegaron, mayoritariamente, a la frontera estadounidense sur para solicitar asilo. En el mismo período de este año, las cifras de la CBP indican que 41 026 llegaron a Estados Unidos, lo que representa una disminución de, aproximadamente, el 62%.
Esta fuerte caída se debe a que, a partir de enero de 2023, el Gobierno del presidente Joe Biden anunció que no recibiría a más nicaragüenses, cubanos, venezolanos y haitianos que solicitasen asilo en las fronteras y que, en su lugar, abriría un programa de “parole humanitario” al cual podrían aplicar personas de estas nacionalidades para vivir y trabajar en Estados Unidos por dos años. Los interesados deben conseguir un “patrocinador” en ese país que cumpla ciertos requisitos, tener pasaporte y llegar por vía aérea, y son únicamente 30 000 cupos por mes.
Dentro de los 41 026 nicaragüenses reportados por la CBP hasta septiembre de 2023, están quienes entraron bajo ese parole, que son la gran mayoría. La cifra también incluye a 2824 nicas que fueron expulsados hacia México bajo Título 42, una normativa que estuvo vigente hasta mayo de 2023.
Según el medio Cuba Noticias 360, entre enero y septiembre de 2023, 265 888 personas han logrado llegar a EE. UU. con el parole y Haití ocupa el primer lugar con 96 445 cupos otorgados, que representan el 36.3% del total.
En el caso de los nicaragüenses, han sido 44 298 los beneficiados (16%) con el parole humanitario, aunque hasta la fecha solo han viajado 38 070.
Cupos limitados para solicitar refugio en Costa Rica
En Costa Rica, las estadísticas de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) muestran también un descenso importante de la migración nica. De enero hasta agosto de 2022 se acumularon 54 465 solicitudes de refugio por parte de nicaragüenses, mientras que en el mismo período de 2023 solo se registraron 22 352, lo que representa una disminución del 59%.
Esa disminución tiene que ver con las reformas a la política migratoria y de refugio en Costa Rica aprobadas en noviembre de 2022 por el presidente Rodrigo Chaves. Desde entonces la Unidad de Refugio de la DGME ofrece solo 70 citas por día para solicitar refugio, y los extranjeros deben programar su cita dentro de los primeros 30 días a partir de su ingreso a Costa Rica.
Las estadísticas oficiales de solicitudes de refugio en Costa Rica son ahora menos representativas del flujo migratorio nicaragüense hacia este país, pues quienes no alcanzan a obtener uno de estos cupos probablemente se queden en el país residiendo de forma irregular.
Manuel Orozco, especialista en temas migratorios e investigador de Diálogo Interamericano, consideró que, tomando en cuenta que una parte de los nicas ahora deciden quedarse indocumentados en Costa Rica, la reducción del flujo migratorio podría ser de un 30% y no del 59% que muestran las cifras de solicitudes de refugio.
La DGME indicó a CONFIDENCIAL que, actualmente, los 70 cupos diarios están comprometidos y fueron asignados a quienes hicieron la cita con antelación. Solo hacen excepciones de otorgar algún cupo extra para personas adultas mayores, menores de edad, mujeres embarazadas o aquellas con problemas de salud urgentes de atender. Este grupo de personas no necesita programar una cita vía telefónica o web, solo debe acercarse a la Unidad de Refugio en San José y demostrar su condición.
Esa limitación de cupos para solicitar refugio deja a las personas en la irregularidad migratoria en Costa Rica, lo que precariza aún más su situación, al no poder optar a empleo formal o tener que aceptar trabajos informales mal pagados, explicó Braulio Abarca, defensor de derechos humanos del Colectivo Nicaragua Nunca Más, basado en Costa Rica.
Especialistas del Instituto de Políticas Migratorias (MPI, por sus siglas en inglés) advirtieron en una entrevista a CONFIDENCIAL en abril pasado que la reducción en la cifra de detenidos en las fronteras estadounidenses y la baja significativa en las solicitudes de asilo en Costa Rica no reflejan el verdadero flujo de migrantes nicaragüenses.
Aseguraron que las últimas políticas migratorias de Estados Unidos y Costa Rica han “invisibilizado” la migración de nicaragüenses hacia ambos países.
Orozco proyectó que, con este declive, la migración nicaragüense mantendrá el ritmo que lleva hasta ahora y, al terminar el año 2023, se reducirá a la mitad en comparación con el año pasado. Calculó que el número de nicaragüenses que llegue a Estados Unidos puede ser de 70 000 personas.
Restricciones migratorias atentan contra DD. HH.
Organizaciones como el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), Servicio Jesuita para Migrantes y HIAS Costa Rica han interpuesto recursos de inconstitucionalidad ante la Sala Constitucional de Costa Rica por las reformas a la política migratoria y de refugio realizadas por Chaves, pero aún esperan respuesta.
“Las restricciones que se han impuesto en los últimos años en Costa Rica, en relación al acceso a permisos de trabajo para las personas solicitantes de refugio y refugiadas, así como las limitaciones en las solicitudes de refugio, tienen una clara tendencia a la criminalización de las personas en situación de movilidad humana y a la denegación de derechos fundamentales que les permitirían acceder a otros derechos”, sostiene Gabriela Oviedo, coordinadora del Proyecto de Movilidad Humana en CEJIL.
Mientras tanto, en el caso de Estados Unidos, la abogada especializada en Migración, Astrid Montealegre, señaló recientemente en una entrevista con CONFIDENCIAL que todavía hay nicaragüenses, venezolanos y haitianos que migran vía terrestre hacia Estados Unidos para solicitar asilo, ya que no cuentan con un patrocinador que los califique para el parole.
“Los defensores de derechos humanos hemos criticado este programa (el parole) porque elimina el derecho del migrante a solicitar asilo en las fronteras”, recalcó.
Orozco también destacó que el parole ha tenido el efecto de disuadir a muchas personas de migrar, al no ser posible pedir asilo en la frontera estadounidense sur y porque no todos los nicaragüenses en Estados Unidos cumplen con los requisitos para ser patrocinadores de familiares o amigos que quieran aplicar al programa humanitario.
"Habíamos hecho un análisis en enero, identificando y señalando al Gobierno de Estados Unidos que el parole humanitario para el caso de Nicaragua resultaba un castigo a las víctimas, a las personas que quieren huir de la dictadura. Y la razón de ser es porque el porcentaje de nicaragüenses con estatus legal, con capacidad de pedir a alguien a través del parole, era muy pequeño", destacó, es decir, el número (de patrocinadores para nicaragüenses) es de unos 60 000, por lo que esa vía podría agotarse pronto. Cuando no haya más patrocinadores que puedan pedir a nicas bajo el parole, -explicó-, probablemente aumente la migración irregular nicaragüense hacia EE. UU.
Señaló que hay quienes se quedan en Nicaragua y no pueden emigrar debido a sus responsabilidades como cuidadores de niños, personas adultas mayores o con alguna condición de salud. Alertó que podría ocurrir que la tendencia para 2024 sea que la migración nicaragüense aumente, pero en grupos familiares, como sucede con la migración de otros países centroamericanos.
¿Qué pasa con los migrantes que quedan fuera de estas cifras?
Según Harold Rocha, abogado experto en Derecho Internacional, muchos nicaragüenses se encuentran en territorio estadounidense de forma irregular y de alguna manera se integran al mercado laboral, aunque sin la seguridad ni las garantías que confiere un estatus legal.
“Lo triste es que muchos ni siquiera tienen documentos de identidad de Nicaragua (pasaporte, cédula, licencia de conducir), lo que les imposibilita la regularización y están condenados a estar en la sombra, con el temor a ser deportados y expuestos a la explotación laboral”, indicó.
Por otro lado, los nicas que van en tránsito o planean viajar de forma irregular por tierra hasta la frontera entre México y EE. UU. no podrán ingresar y serán devueltos si se presentan antes las autoridades estadounidenses y, si ingresan ilegalmente, estarán sujetos a ser deportados.
Para Abarca es fundamental continuar analizando las implicaciones de las políticas migratorias en la vida de los migrantes en Costa Rica, Estados Unidos y en la región en general. “La invisibilización de estos flujos migratorios plantea desafíos importantes, tanto en términos de derechos humanos, como en la comprensión de los movimientos poblacionales”, indicó.
Aseguró que el futuro de los migrantes nicaragüenses y de otros grupos vulnerables dependerá, en gran medida, de la capacidad de los gobiernos y la comunidad internacional para abordar de manera efectiva y humanitaria la actual crisis migratoria que ocurre en el continente.