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Personaje del año 2022: Obispo Rolando Álvarez, preso de conciencia de la dictadura

CONFIDENCIAL nombra personaje del año al obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, preso político de Ortega y Murillo que intentan callar su voz profética

Monseñor Rolando Álvarez es el primer obispo en la historia de Nicaragua en ser preso político. Ilustración: PxMolina

Monsignor Rolando Álvarez is the first bishop in the history of Nicaragua to be a political prisoner. Illustration: PxMolina

Redacción Confidencial

18 de diciembre 2022

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“Un pueblo sin esperanza es un pueblo autosepultado, es un pueblo que ya no logra ver hacia adelante, hacia el futuro o que piensa que ya no tiene futuro”, reflexionó el obispo Rolando Álvarez durante su homilía del 11 de agosto de 2022, ocho días antes de ser traslado de Matagalpa a Managua bajo casa por cárcel de facto, sin ninguna acusación en su contra.

Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, es una de las voces pastorales y proféticas que más se ha escuchado dentro y fuera de Nicaragua en los últimos años, y ahora es uno de los 237 presos políticos del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que sigue encarcelando a ciudadanos y opositores nicaragüenses bajo acusaciones con delitos fabricados. El arresto del obispo es otro intento de la dictadura por silenciar las voces que claman justicia ante la represión que ejerce en Nicaragua.

En 2022, el obispo Álvarez fue perseguido por la Policía orteguista y también fue víctima de una campaña de odio en redes sociales ejecutada por la granja de troles del Estado. Sin embargo, aún en los momentos más oscuros, que incluyeron trasgresión a su propia familia, su voz no cesó. “Que el Señor nos conceda siempre vías de soluciones cívicas y pacíficas a todos nuestros problemas y dificultades”, pidió en una de sus últimas homilías.

El Consejo Editorial de CONFIDENCIAL seleccionó a monseñor Rolando José Álvarez Lagos, de 56 años, el primer obispo preso político en la historia de Nicaragua, como el personaje de 2022. Un reconocimiento a su coherencia, su labor pastoral, y el ejemplo de su dignidad y su resistencia ante la persecución y el acoso, y sobre todo su voz profética que aun siendo preso de conciencia no puede ser callada por la dictadura orteguista.


Después de 116 días bajo casa por cárcel de facto, este 13 de diciembre, monseñor Álvarez fue acusado por los supuestos delitos de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas”. Un caso con delitos fabricados, a cargo de la justicia orteguista verduga de los presos políticos de Nicaragua.

El obispo cumple este 18 de diciembre de 2022, 121 días de arresto domiciliario en Managua, que se elevan a 137 si se incluyen los 15 días que estuvo encerrado junto a otros religiosos y laicos en la Curia Episcopal de Matagalpa.

La propaganda orteguista intentó despojarlo de su título religioso, el obispo fue señalado por su nombre a secas, exhibido sin su indumentaria eclesiástica, solo y en silencio.

El 29 de mayo de 2022, cuando se agudizó el asedio contra el obispo, CONFIDENCIAL publicó un perfil sobre su vida y labor pastoral titulado: “La voz profética de monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa”, que hoy republica actualizado en ocasión de su elección como personaje del año.

Obispo Rolando Álvarez

En agosto de 2022, monseñor Rolando Álvarez intentó salir de la Curia Episcopal con la custodia del Santísimo, pero oficiales de la Policía lo impidieron. // Foto: Archivo

La voz profética: “Las experiencias dolorosas no caen en balde”

Monseñor Rolando Álvarez se ganó el cariño y respeto de su feligresía en el instante en que llegó a Matagalpa. Fue recibido entre aplausos, chimbombas, pólvora y júbilo por el pueblo que hoy lamenta su arresto.

En los once años que lleva como obispo, y 28 de vida sacerdotal, monseñor Álvarez se ha caracterizado por su voz cercana y firme. Misma que se alzó en favor de los campesinos que se opusieron a la extracción minera en Rancho Grande, de las víctimas de abusos policiales como el caso del campesino Juan Lanzas, quien perdió ambas piernas por la brutalidad policial.

Su voz también se escuchó junto a obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) que mediaron en el Diálogo Nacional que emplazó a Ortega por la masacre y represión contra las protestas ciudadanas de la Rebelión de Abril de 2018. Y en aquella frase viral: “¡Respete la patria!” que respondió cuando intentaron cuestionar su solidaridad con las víctimas de la represión.

En 2022, cuando la persecución política de la dictadura escaló contra la Iglesia católica, el obispo nuevamente alzó su voz para denunciar el asedio policial que incluyó la intrusión de agentes policiales en casa de una familiar.

Como protesta, el obispo se refugió en Managua e inició un ayuno de agua, suero y oración. La Policía le sitió y luego persiguió hasta Matagalpa, pero días más tarde él salió a las calles con la Custodia del Santísimo en las manos para demandar el cese del asedio policial contra los sacerdotes de su Diócesis.

“Estamos convencidos totalmente que todo ocurre para nuestro bien, porque Dios nos ama y nosotros le amamos. Las experiencias dolorosas no caen en balde, no. Estas experiencias se ofrecen al Señor y el Señor las retorna en bendiciones para nosotros. Bendiciones para nuestra amada Nicaragua”, dijo el obispo, cuando ya estaba encerrado –aunque sin orden judicial– junto con otros sacerdotes en Matagalpa.

No aspiraba a ser obispo 

Obispo Rolando Álvarez

En once años de obispado en Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez evangelizó abordo de buses y en comunidades remotas del departamento. // Foto: Archivo

La vida de monseñor Álvarez, quien cumplió 56 años el 27 de noviembre de 2022, está llena de matices. En su juventud, escapó del servicio militar obligatorio de los años ochenta y renunció a un enamoramiento para entregar su vida al sacerdocio, sin imaginar o ambicionar que un día, no muy lejano de su camino pastoral, sería consagrado como obispo.

“En 1983 ingresé al seminario y un día vi llegar a un joven a refugiarse a este centro de formación, él huía de la persecución sandinista, era el muchacho que coordinaba a nivel nacional a los grupos juveniles católicos. Años después ese muchacho sería monseñor Rolando Álvarez”, relata el padre Edwin Román, expárroco de la iglesia San Miguel, de Masaya, exiliado por persecución.

El padre Román no volvió a ver al joven Rolando porque tiempo después este se fue con su familia a Guatemala, donde terminó su bachillerato y se volvió seminarista, tras considerar durante un año si esta era su verdadera vocación.

El 7 de diciembre de 1994, día de La Gritería en honor a la Inmaculada Concepción de María en Nicaragua, Álvarez fue ordenado como sacerdote y 17 años después, en abril de 2011, fue consagrado como obispo.

“Yo nunca me esperé ser obispo, siempre pensé que iba a ser un colaborador íntimo y cercano a los obispos, a los que fueron mis obispos, y dedicarme con alma vida y corazón a este trabajo pastoral, pero como sacerdote”, dijo el prelado al canal católico Diócesis Media de Matagalpa, cuando cumplió su primer lustro como obispo.

En ese momento, monseñor Álvarez ya era sacerdote de la iglesia Francisco de Asís, en Managua, y también fungía como secretario del departamento de medios de comunicación de la Conferencia Episcopal, que marcó su interés por los medios de comunicación como canal evangelizador, y era secretario adjunto del Secretariado Episcopado de América Central.

El papa Benedicto XVI fue quien lo nombró noveno obispo de Matagalpa. Según contó Álvarez a la revista Magazine, del diario La Prensa, el Papa le ofreció consagrarlo en Roma, pero él rechazó la propuesta porque quería hacerlo en Nicaragua, junto a su familia, seres queridos y mentores.

Obispo Rolando Álvarez

Feligresía de Matagalpa es muy cercana a monseñor Rolando Álvarez. En las comunidades es recibido entre júbilo y abrazos. Foto: Confidencial | Archivo

El inicio del obispado

El 2 de abril de 2011, monseñor Rolando Álvarez partió de Managua rumbo a Matagalpa. La despedida fue breve. Según notas periodísticas de la época, unos cuantos fieles llegaron hasta su parroquia para darle el adiós y, tras unos cuantos abrazos y lágrimas, partió a su nueva morada. Pero en Matagalpa, los fieles lo esperaban con algarabía, y a orillas de la carretera muchos salieron para saludarlo con gran júbilo.

“La gente desbordó las calles. Algunos hasta lloraron. Los colegios sacaron a sus bandas musicales. Varios negocios cambiaron sus reguetones publicitarios por cantos a la Virgen. Las casas por donde pasó estaban adornadas con imágenes de la Virgen María, Juan Pablo II y del nuevo obispo”, describió una crónica de La Prensa. Más tarde, en la Catedral, hizo falta espacio para el gentío que quiso entrar y tuvo que ver el rito de ordenación desde pantallas gigantes que instalaron en las afueras.

El respaldo que recibió ese día monseñor Álvarez apenas fue un preludio del cariño que años después se ganó como obispo en el corazón de feligreses de ese departamento, al que él llama su hogar.

“Ya me siento un verdadero norteño de los caminan en la ciudad o de los que montan a caballo o de los cantan rancheras”, dijo en su primer mensaje obispal.

El obispo misionero y bailarín 

Monseñor Álvarez es uno de los obispos que más interactúa con su comunidad. Se le ha visto cruzar ríos en pequeñas balsas o a caballo, subir montañas a pie o en mula para llegar a los sitios más remotos de Matagalpa, en donde es recibido por multitudes que aprovechan la ocasión para casarse, bautizar a sus hijos, realizar comuniones y otras actividades religiosas que terminan en festejo.

“Es un proyecto de vida visitar a todos los fieles en sus propios lugares, en sus propias casas, comunidades, es un proyecto pastoral personal y de la Diócesis, y también una larga tradición histórica que viene y procede desde el primer obispo”, relató monseñor, quien se propuso la meta de visitar las más de 400 comunidades del departamento.

Al obispo también se le ha visto predicando a bordo de buses o bailando sin ningún miramiento entre los jóvenes de la pastoral católica, quebrando piñatas en honor a su cumpleaños, trapeando la iglesia o de compras en un supermercado como cualquier otro ciudadano.

Obispo Rolando Álvarez

En 2018, monseñor Rolando Álvarez participó junto a los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua en el Diálogo Nacional. Foto: Archivo

La voz política de monseñor Rolando Álvarez

La vida pública del obispo de Matagalpa está marcada por sus reflexiones sociales y políticas tan necesarias en un país convulso como Nicaragua.  En 2015, cuando denunció el extractivismo en la zona de Rancho Grande, consiguió que el Gobierno declarara inviable aquella explotación minera.

Durante el primer intento de Diálogo Nacional, en 2018, Álvarez fue el principal moderador de la negociación fallida, y su voz era escuchada por ambas partes, aunque el régimen no cumplió los acuerdos y se retiró de la mesa sin poner fin a la represión.

Desde 2018, sus homilías se caracterizaron por su voz profética y reflexiones sobre el rumbo del país, las desgracias que aquejan a la población, a las víctimas de violación a derechos humanos, su llamado al diálogo y a no ser indiferentes ante la situación social.

El obispo fue uno de los sacerdotes que el régimen de Ortega vetó de la segunda mesa de negociaciones de 2019, cuando se intentó otro diálogo entre el Gobierno y la sociedad civil, en la que los obispos de la CEN participaron como acompañantes y testigos, junto con el Nuncio Apostólico. En paralelo, el régimen emprendió una campaña de odio en contra de los religiosos “más incómodos”: monseñor Álvarez, monseñor Silvio Báez (actualmente exiliado) y monseñor Abelardo Mata (hoy obispo emérito de Estelí).

En los últimos cuatro años, monseñor Álvarez fue objetivo de campañas de odio de simpatizantes sandinistas que lo señalan de ser cómplice del supuesto “golpe de Estado”. También del asedio de la Policía y paramilitares que profanaron la catedral y agredieron a una de las colaboradoras de la Diócesis.

“No hagan con los fieles lo que quieren hacer conmigo. Lo que quieran hacer conmigo, si van a hacerlo háganlo conmigo y no con los fieles, no con el santo pueblo de Dios, se los digo con toda claridad y sencillez”, dijo el obispo tras denunciar el ataque a una de sus ministras lectoras.

A los ataques, monseñor Álvarez respondió con oración. En ella encontró el consuelo y las fuerzas para resistir. Así lo dijo en una de las últimas transmisiones por Facebook Live antes de que lo secuestraran de madrugada.

“Sigan orando por nosotros –pidió–, recuerden que la oración es nuestra fuerza y nuestro poder”.


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Redacción Confidencial

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Confidencial es un diario digital nicaragüense, de formato multimedia, fundado por Carlos F. Chamorro en junio de 1996. Inició como un semanario impreso y hoy es un medio de referencia regional con información, análisis, entrevistas, perfiles, reportajes e investigaciones sobre Nicaragua, informando desde el exilio por la persecución política de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

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