20 de septiembre 2020
La mañana de este sábado 19 de septiembre, aterrizó en Managua el vuelo TA 396 de Avianca, procedente de San Salvador, con lo que se reanudaron los vuelos comerciales regulares hacia y desde el país, suspendidos de forma masiva a finales de marzo pasado, cuando los países cerraron sus fronteras con la intención declarada de contener el avance del virus SARS-CoV-2.
Una tras otra, las aerolíneas TACA, COPA, Aeroméxico, American Airlines, United y Spirit, entre otras, fueron informando la suspensión de sus vuelos, anuncio que fueron renovando mes a mes, primero, por el avance de la epidemia, y después, por los requisitos que impuso la autoridad nicaragüense para permitir el retorno de los vuelos.
Dos empresarios del sector turístico entrevistados por CONFIDENCIAL, recomendaron a las autoridades ser más flexibles al momento de decretar las exigencias que deben cumplir las aerolíneas para poder prestar sus servicios desde y hacia el Aeropuerto Sandino.
“Creo que no deberían exigir el envío previo de las pruebas, sino que se la pidan al pasajero en el mostrador —como ya hacen Honduras, Guatemala y El Salvador— del mismo modo que se hace con la vacuna contra la fiebre amarilla, y simplemente, que las aerolíneas sepan que no pueden embarcar a nadie que no presente el resultado negativo de su prueba”, recomendó Esmeralda Vargas, gerente general Schuvar Tours.
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Su esperanza es que “las demás líneas aéreas se puedan encarrilar en los mismos procedimientos para cumplir los requerimientos del Gobierno. Si no tenemos más vuelos diarios, es porque es complejo enviar la documentación en tiempo y forma”, graficó.
La razón es que “es difícil que las aerolíneas puedan cumplir esos requisitos, pues hay pasajeros que deciden viajar de último momento. Buscar cómo ser flexible en lo que se pueda, pero ayudando a los viajeros”, reiteró por su parte, Adán Gaitán, director propietario de Munditur Tours.
En este momento, está previsto que American Airlines retorne en octubre —aunque no han dicho si pueden cumplir o no los requisitos que impone la autoridad nicaragüense— mientras se espera que Aeroméxico regrese hasta en noviembre.
Vargas explicó que las aerolíneas estadounidenses tienen la dificultad que no pueden exigir la prueba del covid-19 a sus tripulaciones, pues lo prohíben los acuerdos firmados con los sindicatos de pilotos. “Si les quitaran eso, podrían operar de inmediato”, aseguró.
Uno a cuatro semestres para recuperarse
Si bien la llegada de este primer vuelo, que reinicia las frecuencias a San Salvador, con enlaces a Miami, Los Ángeles, San Francisco, Washington y Nueva York, más un vuelo directo Managua-Miami es una buena noticia, los empresarios del sector están claros que eso es insuficiente para comenzar a rescatar a un rubro que ha sido muy golpeado por la crisis.
“Calculamos que este año, como consecuencia adicional de la pandemia, el empleo se ha caído dramáticamente en el sector turístico, y creemos que andará, quizás en 20%” de los 120 000 puestos de trabajo generados en 2017, y se han perdido ingresos por más de 700 millones de dólares en el mismo período, declaró Lucy Valenti, presidenta de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur).
Visto a más pequeña escala, los empresarios consultados grafican como “muy grande” el daño causado a la industria turística, porque “el sector está parado, en especial los hoteles, y luego las agencias, que no pueden ofertar y vender viajes”, dijo Vargas.
“Son seis meses ya de esta parálisis económica” causada por la pandemia de covid-19, con lo que “ya son dos años seguidos” en crisis, “y ningún otro país ha tenido que soportar esto: cuando nos estábamos logrando levantar a inicios de 2020, volvimos a caer. Esto ha sido un golpe duro a toda la economía”, añadió.
La situación de Munditur no es muy distinta. La empresa tiene siete meses de estar cerrada, porque “no llega turismo receptivo ni vendemos turismo emisivo”, dice Gaitán, quien admite que tuvieron que limitar los horarios —y los salarios— antes de decidir recortar personal. “Algunos se fueron, pero volvieron. Otros buscaron trabajo, incluso en la construcción”, relató.
Lo siguiente es tratar de determinar cuánto tiempo necesitarán para levantarse, y las respuestas varían desde los seis, hasta los 24 meses.
“Se necesitarán uno a dos años para estabilizarnos y volver a estar como antes —aunque se abran los aeropuertos— porque la gente tiene temor de viajar, en especial los viajeros de mayor edad, que usan sus ahorros para viajar, porque son los más susceptibles a contagiarse, pues el virus sigue activo”, dijo Vargas.
Gaitán explicó que la recuperación dependerá de muchas cosas. “Diría que de seis a doce meses, pero hay que trabajar en coordinación con el Intur (para temas de publicidad, por ejemplo), o para conseguir las exoneraciones para traer maquinaria y equipo de restaurantes y hoteles”, admitió.
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