Centroamérica es una región que históricamente ha atravesado grandes desafíos, ya sean regímenes políticos dictatoriales y corruptos, así como las grandes desigualdades económicos y sociales estructurales de cada país. Sin embargo, actualmente la región enfrenta un desafío sin precedentes, una pandemia que dadas las condiciones antes descritas supone el colapso del sistema de salud público de los países de la región.
El colapso se debe a que la región no posee los recursos económicos ni la capacidad instalada en materia de salud para atender una pandemia altamente contagiosa como el covid-19. Así mismo otros factores socioeconómicos han influido en que los países no puedan cumplir las medidas de prevención propuestas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el distanciamiento físico y las medidas de confinamiento.
Las economías de la región —a excepción de Costa Rica, con el 57 por ciento de su población que goza de empleo formal— se sostienen mayormente por empleo informal. En Nicaragua la economía se sostiene por un 82.0 % del empleo informal con un umbral de 29.4% de pobreza general y 9.1 % de pobreza extrema, según FUNIDES. Este 82% de la población que no posee un seguro social ni certeza económica, es la más vulnerable frente al COVID.
Ante esta realidad, el confinamiento voluntario es casi imposible de aplicar y por tanto la posibilidad de contagio acelerado se mantiene como una probabilidad real. A menos que el gobierno establezca medidas de bienestar social y económico que garanticen a los ciudadanos una renta vital básica para la subsistencia, en conjunto con políticas de alivio financiero a favor de los deudores bancarios así como suspender el cobro por servicios básicos y reajustar las deudas existentes.
De no acatar las medidas antes mencionadas, la propagación inminente del virus seguirá siendo una realidad de incremento exponencial, y por consecuencia nos enfrentaríamos a la saturación del sistema de salud público a nivel centroamericano.
¿Cuál es la capacidad instalada del sistema de salud público centroamericano?
Para brindar atención médica a casos por coronavirus, en cuanto a recursos tangibles, se necesita de hospitales, camas en Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y ventiladores. Con esos tres indicadores como referente el sistema de salud público centroamericano está en las siguientes condiciones.
Según el Plan Nacional de Políticas de Salud, Honduras cuenta con 28 hospitales, 110 ventiladores públicos y 450 camas en UCI. Guatemala cuenta con 44 hospitales, 56 ventiladores, 140 camas en UCI, según el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS). De acuerdo con el MSPAS – El Salvador cuenta con 30 hospitales, 540 camas, de las cuales 400 son destinadas únicamente para pacientes con covid-19. Costa Rica tiene 20 hospitales, 555 ventiladores y 245 camas en UCI, según datos de Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Por último, Panamá cuenta con 18 hospitales, 500 ventiladores y 190 camas en UCI, según datos del Ministerio de Salud (Minsa).
Capacidad instalada en el sistema de salud de Nicaragua (Minsa)
El sistema de salud de Nicaragua, según el Minsa, cuenta con 32 hospitales públicos, equipados con 449 ventiladores y con 7778 camas, de las cuales (562 camas de UCI), para brindar atención médica a una población de 6,482,039 habitantes.
Según los datos oficiales brindados por el Ministerio de Salud se reportan hasta el siete de julio, un acumulado de 2846 casos positivos y 91 muertes por covid-19 en el país. Estas cifras contrastan con la realidad estimada por el Observatorio Ciudadano que registra un número acumulado de casos de alrededor de 7893 y un acumulado de muertes de 2225, hasta el ocho de julio de 2020.
Proyecciones covid-19 en Nicaragua
De acuerdo con el modelo del Imperial College London, el 5% de infecciones por covid-19 va a requerir un tratamiento con “presión máxima de oxígeno”, es decir, casos que el Minsa clasifica como “casos moderados”. El 30% de los casos van a requerir “ventilación mecánica”, clasificado como casos que requieren entubación.
Con el ritmo de contagio que el Observatorio Ciudadano señala, significa que 2220 personas están requiriendo “ventilación mecánica”, y por ende camas en Unidad de Cuidados Intensivos. La capacidad mencionada anteriormente no da abasto a las personas con covid-19. Cabe recalcar que los recursos con los que cuenta el Minsa no son solo por enfermedades de coronavirus.
Para la demografía nicaragüense estas cifras son alarmantes, y nos evidencia un panorama desalentador, porque el ascenso del virus continúa, nos enfrentamos a una etapa de transmisión comunitaria y se estima un colapso del sistema de salud. Algunos artículos afirman ya estar viviendo el colapso.
La única solución es el confinamiento, pero para ello, habría que tomar medidas de tipo económico que se mencionaron al inicio de este artículo. Por el contrario, el Gobierno, no está dispuesto a implementar ninguna medida para la contención del virus, ni siquiera brindar la protección básica necesaria a los médicos que atienden a los pacientes infectados.
A nivel global, la pandemia ha recalcado la importancia de la inversión pública, específicamente al sector salud. La explosión del virus en Centroamérica puso en evidencia la limitada capacidad de estos países para hacer frente a una pandemia; la importancia de la creación de un plan de prevención con políticas de respuesta urgentes y significativas, especialmente para la población vulnerable; un Plan que de haber sido puesto en práctica y funcionado, pudo haber compensado la situación que actualmente enfrentamos.
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