11 de octubre 2021
Un paciente de 61 años ingresado el pasado 25 de septiembre al Hospital Escuela Óscar Daniel Rosales Argüello (Heodra) en León, fue intubado sin el consentimiento de su familia, denunció a CONFIDENCIAL una fuente que solicitó omitir su identidad por temor a represalias.
El diagnóstico del ahora fallecido, cuyas iniciales son J. R. O. S., siempre fue “grave” y los médicos decidieron intubarlo después que sufrió una fatiga respiratoria. Sin embargo, sus familiares cuestionan que no se les consultara antes.
“Carlos”, como identificaremos a la fuente, señaló que los parientes decidieron llevar al paciente al centro de salud Fanor Urroz, en Malpaisillo, primero, y de ahí le trasladaron al Heodra porque no pudieron tratarlo en casa debido a la escasez de tanques de oxígeno.
El médico de la sala covid-19 que llamaba a la familia para brindar información, explicó que la condición del paciente era de gravedad porque su respiración dependía de 15 litros por minuto de oxígeno y tenía máscara de reservorio. Al paciente lo ingresaron a dicha sala sin tener la certeza si era un caso positivo o no, cuestiona "Carlos".
Días después de la hospitalización, el médico informó que el paciente había dado positivo a la prueba PCR y que lo trasladarían a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) porque su condición continuaba siendo "bien grave". Desde el hospital informaron que el paciente se quitaba la máscara de reservorio y que su cuerpo no estaba respondiendo como se deseaba. Con la máscara alcanzaba 89 de saturación -y la meta era 90-, y sin ella, llegaba a 66, lo cual significaba un riesgo para su condición, en especial, por su edad, insistió el médico, según el relato de la fuente.
La duda de si el paciente se había contagiado o no de SARS-CoV-2 era porque éste no presentó ningún síntoma respiratorio, pero repentinamente requirió oxígeno artificial. Además, nadie de sus cercanos mostró alguna complicación de salud, y aunque ya hospitalizado dio positivo, el Ministerio de Salud (Minsa) no dio seguimiento a su núcleo familiar, aseguró "Carlos".
El médico fue cuestionado por la familia al momento que informó sobre la intubación. “ (Por) todo paciente que ingresa al área de 'respiratorio' se hace todo lo necesario para tratar de conservarle la vida, si él no se hubiera intubado, ya estuviera muerto”, respondió, y enseguida dijo que J. R. O. S. ya saturaba 92% de oxígeno y estaba sedado.
El médico epidemiólogo Leonel Argüello explicó que el procedimiento médico fue el correcto, a menos que hubiera existido una orden familiar o personal expresa de no intubarlo. "La intubación da un 50% de posibilidades de sobrevivir, y no le podés negar al paciente esa probabilidad", expresó.
No obstante, la fuente sostiene que hubo un “error” al intubarlo sin consultar a la familia antes. El paciente falleció a las diez de la noche del primero de octubre y se cumplió con el protocolo de entierro inmediato. La fuente denuncia que no hubo transparencia, porque al solicitar al personal de Salud el resultado positivo de la prueba de covid-19 y la medicación que le administraron al paciente, no se les entregó ningún documento, con excepción de la constancia de defunción.
La muerte del paciente J. R. O. S. se produjo por “shock séptico refractorio, distrés respiratorio agudo grave y neumonía comunitaria grave”, se lee en el acta de defunción, donde no se menciona que era un caso de covid-19 confirmado mediante un test, según denunció "Carlos".