10 de abril 2020
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Con su ausencia durante la emergencia del coronavirus, el gobernante impone este once de abril un nuevo récord sin aparecer en actividades públicas
Daniel Ortega junto a Rosario Murillo, en una de sus fotos más recientes, previo a recibir las cartas credenciales cinco embajadores concurrentes, el 27 de febrero de 2020, en El Carmen. // Foto: Gobierno
Daniel Ortega venció el pasado diez de abril (cuando se publicó este artículo) su propio récord de ausencias en el cargo, estableciendo una nueva marca de 34 días ausente hasta la tarde de este 15 de abril, que reapareció en una transmisión televisiva en cadena nacional. En la víspera de superar su marca anterior (de 28 días), CONFIDENCIAL documentó los prolongados periodos de ausencia de Ortega, que lo hicieron objeto de noticia mundial en plena pandemia por la covid-19.
La noticia de las cuatro semanas de Ortega ausente, mientras los demás mandatarios de la región se han puesto al frente en la respuesta ante la pandemia, llegó estos días hasta las páginas de The New York Times, pero el mandatario, de 74 años, acostumbra, en realidad, largos períodos de ausencia sin dar explicaciones, como lo demuestra el registro de cada una de sus activiades oficiales desde la crisis de abril de 2018, cuando cientos de miles de nicaragüenses exigieron en las calles su salida del poder. En este período, Ortega tuvo una escasa agenda de 84 actividades oficiales en dos años completos.
El nueve de abril, Ortega empató los 28 días ausente que acumuló en 2019, cuando apareció el 21 de febrero de ese año para el tradicional acto en conmemoración del asesinato del Héroe Nacional, Augusto C. Sandino, y se perdió hasta el 21 de marzo, cuando salió a inaugurar el paso a desnivel de Nejapa, en Managua.
CONFIDENCIAL advirtió el silencio de Ortega en plena amenaza por el coronavirus, el 18 de marzo. Ese día, su Gobierno confirmó el primer caso positivo de covid-19 en Nicaragua, a través de una llamada telefónica de su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo, a los medios oficialistas.
Ortega fue visto por última vez el 12 de marzo, desde su búnker de El Carmen, donde reside y despacha por igual eventos oficiales y partidarios. Ese jueves, apareció en compañía de autoridades del Ministerio de Salud y representantes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), para participar en una reunión virtual con miembros del Sistema de Integración Centroamericana (SICA).
Ortega prácticamente no ha dicho una palabra sobre la pandemia, y en su corta intervención de 1:13 minutos ante el SICA no mencionó en ninguna ocasión “covid-19” o “coronavirus”, aunque sí admitió estar ante una “situación de emergencia”, una en la que expertos en salud y ciudadanos critican la falta de medidas oficiales para prevenir el contagio, mientras Murillo —delegada para la Administración pública y vocera oficial— convoca a aglomeraciones e invita a paseos durante la Semana Santa.
La larga ausencia de Ortega se reviste de gravedad por ocurrir en medio de la pandemia, que hasta la mañana de este diez de abril ha contagiado a más de 1.6 millones de personas en todo el mundo (con 96 783 muertos y 361 235 recuperados), según datos del Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas (CSSE) de la Universidad Johns Hopkins.
Pero las prolongadas ausencias de Ortega son tan habituales, que se ha ganado que le llamen el "gobernante ausente". En todo el 2020, por ejemplo, el mandatario sólo ha sido reportado en nueve actividades oficiales, según sus discursos y galerías fotográficas registradas por el oficialista El 19 Digital, cuyas publicaciones —que deben ser revisadas una a una— son la única forma de saber sobre sus apariciones, a falta de una agenda pública o bitácora presidencial.
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Del 16 de diciembre de 2019, cuando asistió a una graduación de cadetes de la Policía Nacional, hasta el 15 de enero de 2020, que recibió al ministro de Estado de Asuntos Exteriores de Japón, Keisuke Suzuki, Ortega sumó un total de 30 días sin ninguna actividad en el cargo. Sin embargo, tuvo una aparición no oficial que, aún así, le valió para desplegar en Managua una custodia de más de mil policías por 12 horas: la boda civil de su hija Camila Ortega Murillo, en el exclusivo Hotel Pueblo Viejo, el 21 de diciembre del año recién pasado.
Además de salir poco, Ortega no se aleja mucho de su residencia. Una investigación previa de CONFIDENCIAL sobre las ausencias de Ortega, publicada en 2017, reveló que, en más de cinco años (de enero de 2012 a abril de 2017) , Ortega únicamente tuvo 296 actos o intervenciones públicas, y nada más en 18 ocasiones salió de Managua.
“Ortega ya no va a los municipios a enterarse de lo que pasa, porque, entre otras razones, hay un entramado de relaciones de arriba hacia abajo, donde los alcaldes están en el fondo de la olla, sin poder actuar”, comentó en esa ocasión el experto en Ciencias Políticas y temas municipales, Silvio Prado.
Los datos de esta nueva investigación arrojan que de sus 84 apariciones oficiales en los dos últimos años, Ortega solamente ha salido de la capital en seis ocasiones. En 2018: a la conmemoración tardía del aniversario del Repliegue a Masaya, cuando en plena insurrección ciudadana sólo logró llegar hasta el comando policial, el 13 de julio, y el 14 de diciembre, cuando viajó a La Habana, Cuba, para una cumbre del Alba.
En 2019, sus otras salidas de Managua fueron: el nueve de enero, a la toma de posesión de Nicolás Maduro, en Caracas, Venezuela; el 18 de mayo, para el 124 aniversario del natalicio de Sandino, en Niquinohomo; el seis de julio, para otro aniversario del Repliegue, en Masaya, y el 13 de septiembre, a la Hacienda San Jacinto, en Tipitapa, para la conmemoración del 163 aniversario de la batalla contra los filibusteros.
En 20 ocasiones de sus otras 78 apariciones públicas, el mandatario despachó desde El Carmen a delegaciones diplomáticas, empresarios y ministros. Y también, tuvo ocho citas con periodistas internacionales (entre el 24 de julio y el 10 de septiembre de 2018), en una inédita ronda que concedió con la intención de justificar la represión contra las protestas cívicas de ese año, y promover su versión de un intento fallido de golpe de Estado.
Con el registro de cada una de sus salidas o apariciones públicas entre abril de 2018 y abril de 2020, CONFIDENCIAL verificó que Ortega acostumbra a desaparecer de la vista pública por largos períodos, aun en medio de las crisis. En estos dos años, nunca se le ha visto en dos ocasiones o eventos en un mismo día, y solamente en doce fechas ha aparecido en días consecutivos.
Durante el estallido social de abril de 2018, Ortega apareció al tercer día de las protestas para pronunciar, desde su residencia, un monólogo por la paz mundial, sin dedicar una palabra a los 44 muertos que ya sumaba la represión oficial. Al día siguiente tuvo que volver a aparecer, lamentando “los hechos de violencia que se han venido presentando”, dijo, y anunciar un diálogo bajo sus propios términos, que fue rechazado de inmediato.
Menos de 48 horas más tarde, con otros once nicaragüenses asesinados, Ortega se vio obligado a aceptar la mediación de la Conferencia Episcopal de Nicaragua.
De ahí, se “guardó” otros 16 días para ir al Seminario Nacional Nuestra Señora de Fátima, a la instalación del fallido intento de Diálogo Nacional, y le tomó otros 16 ir a una plaza para “abrazar” a las madres nicaragüenses. Ese mismo día, a unos kilómetros de distancia, policías y paramilitares disparaban contra la marcha cívica en solidaridad con las madres de los asesinados, dejando al menos otros 17 muertos en Managua.
Dieciséis días más tarde, Ortega reapareció para recibir en El Carmen las cartas credenciales del nuncio apostólico Stanislaw Waldemar Sommertag. Y nuevamente desapareció por 19 días hasta el siete de julio, para concluir con un acto una “Caminata por la Seguridad y la Paz”, en la Avenida Bolívar.
En julio de 2018, Ortega tuvo siete salidas. El mes en que se conmemora el aniversario del triunfo de la insurrección contra Somoza es uno de los meses más activos de Ortega, sólo reñido por septiembre, cuando se juntan las Fiestas Patrias con los aniversarios del Ejército y la Policía y se le puede ver presenciando variedad de desfiles desde las tarimas enfloradas que institucionalizó Murillo.
Las “salidas” de Ortega también se reducen a una lista de espacios comunes. Además de sus 20 apariciones públicas desde la Secretaría del FSLN, residencia y despacho presidencial, el mandatario ha estado en 19 ocasiones en el renovado centro de convenciones Olof Palme, cerca del centro de la vieja Managua, ya sea para clausurar eventos oficiales o partidarios, conmemorar aniversarios de natalicio o muerte, o asistir a graduación de cadetes de la Policía o el Ejército de Nicaragua.
En otras 13 ocasiones, ha estado en la Avenida Bolívar para presenciar desfiles patrios, de policías y militares o para actos de clausura de las “caminatas” convocadas por Murillo, que no incluyen la última del 14 de marzo, bautizada “Amor en los tiempos del covid-19” en la que participaron simpatizantes del Frente Sandinista, empleados públicos y trabajadores de la Salud, en ausencia de la pareja presidencial.
Con el récord de 28 días de ausencia, que Ortega supera este diez de abril, el mandatario ya había roto un anterior de 27 días, cuando después de asistir a la toma de posesión de Nicolás Maduro, en enero de 2019, reapareció en la antigua Casa Presidencial, rebautizada por su Gobierno como “La Casa de los Pueblos”. El seis de febrero, Ortega recibió ahí las cartas credenciales de un acumulado de 19 embajadores, la mayoría de ellos concurrentes, con copias de estilo puestas en cola desde noviembre de 2015.
Desde 2012, las salidas de Ortega se han reducido significativamente a actos protocolarios y conmemoraciones partidarias. En 27 ocasiones el motivo de sus intervenciones públicas han sido aniversarios como los de las muertes de Sandino, Carlos Fonseca, Benjamín Zeledón, Alexis Argüello o Tomás Borge. En otras ocasiones también ha asistido a honras fúnebres, la última de ellas en enero de este año, para despedir al combatiente histórico Juan Ramón Ramos, conocido como “el Indio Emilio”, de Estelí, ciudad del norte de Nicaragua.
En esa salida, en redes sociales se viralizó un video de Ortega escapando de caer al bajar las gradas del antiguo Palacio Nacional, hoy conocido como el Palacio de la Cultura.
No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista #SOSNicaragua #LibertadParaLosPresosPoliticos pic.twitter.com/Df6uCtxuuU
— Edwin Carcache (@carcached) January 22, 2020
Pero aunque ha asistido a al menos tres honras fúnebres en menos de un año, Ortega no asistió a las del diputado del Frente Sandinista, encargado de las Relaciones Internacionales del partido, pero por sobre todo uno de sus pocos amigos: Jacinto Suárez, con quien estuvo siete años en prisión durante la dictadura somocista, en los años setenta.
En la opinión pública, ese tres de abril era un día decisivo para la reaparición de Ortega. No se esperaba que faltase a la despedida de Suárez, e incluso, en la víspera, la Asamblea Nacional publicó en su sitio web un programa que mencionaba su participación, pero fue eliminado minutos más tarde.
Casi siete días después, la prensa nacional e internacional especula sobre dónde está Ortega, y no faltan quienes mencionan algún agravamiento de su salud e incluso muerte. El pasado seis de abril, el eurodiputado José Ramón Bauzá, que ha solicitado sanciones de la Unión Europea para funcionarios orteguistas, comentó en Twitter: "Hay rumores sobre la posible muerte de Daniel Ortega, dictador de Nicaragua. Espero que no sean ciertos, pues tiene muchos crímenes por los que responder ante el pueblo nicaragüense. Las atrocidades de su mandato no pueden terminar sin que haya rendido cuentas".
Hay rumores sobre la posible muerte de Daniel Ortega, dictador de Nicaragua. Espero que no sean ciertos, pues tiene muchos crímenes por los que responder ante el pueblo nicaragüense.
Las atrocidades de su mandato no pueden terminar sin que haya rendido cuentas. pic.twitter.com/sH8EXj8zAR— José Ramón Bauzá 🇪🇺 (@JRBauza) April 6, 2020
Y más recientemente, este nueve de abril, el subsecretario interino de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de EE. UU., Michael G. Kozak, publicó: "Mientras la pandemia azota a Nicaragua y el país se enfrenta al covid-19, Daniel Ortega se destaca por su ausencia", con el hashtag #WhereIsOrtega, que se ha comenzado a replicar en otros tuit.
Mientras la pandemia azota a #Nicaragua y el país se enfrenta al #COVID19, Daniel Ortega se destaca por su ausencia. Nuestros corazones están con el pueblo de #Nicaragua que necesita liderazgo e información veraz acerca de esta pandemia mortífera. #WhereIsOrtega
— Michael G. Kozak (@WHAAsstSecty) April 9, 2020
En las redes sociales, el encierro de Ortega tampoco ha pasado inadvertido para los nicaragüenses, e incluso ha sido motivo de mofa. “Sé como Ortega: quédate en casa”, se lee en decenas de memes. En el imaginario colectivo, esta nueva ausencia de Ortega ha sido la principal prueba de la necesidad de resguardo ante la pandemia.
Sin embargo, otros acostumbrados a las prolongadas ausencias del mandatario, comentan que el caudillo prepara una “reaparición gloriosa”, quizá en Pascua.
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Periodista. Desde 2003 ha trabajado en medios tradicionales y digitales.
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