27 de agosto 2016
La compra de productos alimenticios en cinco países de América para abonar a la deuda petrolera de Albanisa con Venezuela no parece tener sentido, si no es para lograr una ventaja comercial. O sea, obtener una ganancia adicional mientras se le pagaba al "socio". En especial, siendo que en Nicaragua había suficiente producto para comprar, con la probable excepción de los frijoles negros.
Confidencial publicó una investigación que revelaba las recomendaciones del equipo de asesores jurídicos de Petróleos de Venezuela, quienes señalaban que Albalinisa estaba pagando parte de la deuda petrolera con azúcar brasileña, frijoles argentinos, ganado guatemalteco, aceite hondureño, y café salvadoreño, lo que contradice la letra y el espíritu de los acuerdos entre Managua y Caracas.
A las declaraciones de Michael Healy, presidente de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic), negando que en el país haya habido escasez de algún producto que justificara tener que buscarlos en el extranjero, se sumó esta semana la de José Ángel Buitrago, presidente de la Asociación de Exportadores de Café de Nicaragua (Excan), quien considera posible que todo esto sea “un tema de precios”.
Buitrago recuerda que “nosotros sabíamos que ellos estaban comprando café en toda Centroamérica para cumplir con sus obligaciones a Venezuela. Compraban en Nicaragua y en otras partes, dependiendo de los precios, porque hubo un momento en que el precio estaba más caro aquí”.
Con todo, la operación triangulación no resultó fácil, porque en Guatemala y El Salvador encontraron el rechazo de quienes no querían aparecer colaborando con Chávez. En el caso salvadoreño –cuya producción de café es menor– les fue todavía más difícil, porque venderle a Venezuela casi implicaba dejar desprotegido al consumidor salvadoreño, recordó.