8 de mayo 2022
La falta de mano de obra generada por la alta migración al extranjero, representa una amenaza para los planes de exportación de la industria tabacalera nicaragüense asentada principalmente en la ciudad de Estelí.
En 2021, el país exportó 218 millones de puros, lo que representó ingresos por 38.9 millones de dólares, superando así en 10.3 millones (36.2%) los 28.6 millones exportados en 2020. La industria genera unos 42 000 empleos directos y 100 000 indirectos, si se suma a los integrantes de toda la cadena, según datos aportados por Claudio Sgroi, expresidente de la Cámara Nicaragüense de Tabacaleros (CNT).
La Cámara todavía no establece sus proyecciones de crecimiento para 2022, pero Manuel Rubio, presidente de la CNT, dijo que esperan -al menos- exportar las mismas 218 millones de unidades, meta que podría estar bien encarrilada, a tenor con las estadísticas que publica el Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex).
Esos datos muestran que, al cierre del primer cuatrimestre, los ingresos en concepto de venta de puros habían crecido 16.6%, gracias a un repunte de 7.5% en el precio del producto. En ese mismo período, las exportaciones crecieron en 28 400 kilos, aunque el Cetrex ya no revela cuánto significa eso en términos porcentuales.
Todo ese desempeño está en duda para este año, porque las empresas no pueden reclutar todo el personal que requieren para mantener sus metas de producción, por lo que están implementando decisiones administrativas que aumentan sus costos operativos.
Sgroi señala que “faltan muchos trabajadores para las fábricas y las procesadoras de tabaco, y eso nos está empezando a afectar. Si la exportación ha crecido, tanto en 2021 como en este trimestre, es porque nuestra competitividad sigue siendo la mejor del mundo”, argumentó.
Aunque matiza que “no sé si toda la falta de mano de obra sea por causa de la migración, sí tenemos que decir que Estelí no es una ciudad de un millón de habitantes”, de modo que “la gente en edad de trabajar está empleada, aunque también es cierto que muchos han emigrado”, concede.
Vacantes disponibles
Ante la falta de unas 2000 personas, según cálculos de Sgroi, la industria ha tenido que pedir a sus trabajadores que hagan horas y turnos extra, lo que es agotador, pero genera mayores ingresos al personal. Eso es especialmente beneficioso para quienes ganan por producción, pero también para los que deciden trabajar su día sábado de descanso, porque todo lo que produzcan ese día se les paga a doble precio, según la Ley.
“La crisis por falta de mano de obra está afectando mucho a las tabacaleras desde hace meses, debido al alto volumen de migración que ha tenido el país. Algunas fábricas han perdido hasta el 40% del personal. La mayoría porque se ha ido del país, así que ahora, todas tienen exceso de trabajo, lo que también se explica por el alza en las ventas”, asegura Kenia Ruiz, gerente propietaria de Marbust Cigarr Corporation.
Cuando la pandemia de covid - 19 obligó a las personas a quedarse en sus casas (muchos de ellos, encerrados para trabajar en línea), “el ocio desarrolló un alza nunca antes vista en consumo de tabaco, lo que se tradujo en exceso de trabajo para las fábricas”, dice Ruiz. “Y a mayor demanda, mayor necesidad de personal”, complementa.
El problema para la cadena del tabaco es que ese aumento de la demanda, coincidió en el tiempo con un aumento de la migración, cuando la gente comenzó a viajar en cantidades cada vez mayores, poniendo rumbo a Estados Unidos, España, Costa Rica, y otros destinos en Centroamérica, como una forma de obtener un mejor empleo y mejores ingresos.
“La combinación de ambos factores afectó directamente a las fábricas tabacaleras. Estamos aplicando un mecanismo para entrenar personal. No se hacía antes, porque implicaba pérdida de materia prima y de tiempo, y no se cumplían las fechas de los contratos, además que no todos aprenden, por lo que no todos se quedan”, detalló Ruiz.
El costo -y riesgo- de tener una escuela
Si poner una ‘escuela’ es una necesidad para esta industria, es también un aumento de sus costos, no solo en materia de tiempo e insumos, sino también porque los que salen aplazados no generan retorno alguno a la operación, sin mencionar que, como no están obligados a quedarse con la empresa que los capacitó, estos alumnos pueden ir a trabajar a cualquier otra fábrica en el momento en que lo deseen.
“Hemos aumentado el pago por la labor, como estrategia para conservar al personal. Nuestra gente del área de producción ya era muy bien pagada, pero hemos buscado cómo mejorar el precio” que se paga en cada elemento del proceso, buscando ser más competitivos, sin afectar al resto de la industria, explica Ruiz.
Sgroi dice que, ante la falta de personal originario de la ciudad de Estelí, las empresas están contratando gente que llega desde otras ciudades y municipios norteños, mientras que otros abren fábricas en lugares como Ocotal y Condega, en donde hay mano de obra que no está calificada, pero se puede calificar. Así las fábricas -que necesitan estar cerca de los campos donde se cultiva el tabaco- “pueden mantener sus volúmenes de producción, y llega el empleo a lugares donde no lo hay”.
La industria del puro en Estelí, está conformada por un sinfín de fábricas: las que procesan el tabaco, y las que elaboran los puros, más el resto de elementos que lo acompañan: anillos, cajas, goma para torcerlos, celofán para empacarlos, agroquímicos, cultivo, etc., por lo que la industria reclama su lugar como la quinta economía del país, siendo que exporta el 99.9% de su producción, genera miles de empleos, paga impuestos, contribuye al INSS, etc.
Estados Unidos es el mayor comprador de los puros nicaragüenses, según datos del Cetrex que también muestra exportaciones de tabaco en rama hacia Honduras y República Dominicana, que son otros dos de los principales productores de puros del mundo.