1 de marzo 2018
El ajuste al salario mínimo, que debería definirse este primero de marzo, se resolvería ahora hasta el próximo ocho de marzo, según se anunció este jueves, después que el sector privado abandonó en desacuerdo la mesa de negociación de la comisión tripartita. Después de nueve sesiones de negociación las posiciones de los sectores siguen firmes, y en desacuerdo.
Los sindicatos exigen un aumento del 12% para el 2018 y el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) propone un 8.25% para dos años. El Gobierno, aunque es parte de la mesa como empleador público, no tiene una propuesta, pero ante la falta de consenso el Ministerio del Trabajo (Mitrab) tendría que fallar sobre el ajuste.
El dirigente de la Confederación de Unificación Sindical (CUS), José Espinoza Navas, y secretario general de la Confederación General de Trabajadores Independientes (CGT-i), Nilo Salazar, reclamaron en una entrevista en el segmento Cuentas Claras, del programa Esta Noche, que el salario mínimo (que varía entre diferentes sectores, siendo el de la construcción el más alto, con 8,445 córdobas) no baste para la compra de por lo menos la canasta básica, y que aún así prácticamente tengan que mendigar un ajuste ya establecido en la ley.
La negociación del salario mínimo --que como en otros años aún no ha logrado un acuerdo-- ha coincidido esta vez con un "ajuste" del salario de los diputados de la Asamblea Nacional, quienes con un pago de 91,668.30 córdobas argumentaron la "devaluación anual de la moneda" para un aumento del 5%. Bajo esa razón, desde el pasado primero de febrero, los 91 diputados de la Asamblea Nacional devengan un total de 96,251.72 córdobas, sin incluir bono de combustible y otros beneficios.
"Es una ingratitud frente a la clase trabajadora que los diputados, todos en su conjunto, se receten un aumento de este tipo, mientras se nos da largas con el ajuste a los trabajadores, si lo que pedimos es una miseria, el 12% no es nada frente al alto costo de la canasta básica", reclamó el sindicalista Nilo Salazar.
Los sindicalistas alegan que los montos de los salarios mínimos en Nicaragua solo cubren entre el 28 y el 65 por ciento de la canasta básica. Es decir que ni el sector "mejor pagado" que es la construcción alcanza a cubrir el total de la canasta básica, cuyo costo se estima en al menos 13 mil córdobas.
El dirigente de la CUS, José Espinoza Navas, también sostiene que la propuesta de un ajuste para dos años, como propone el sector privado, no corresponde a la Ley, y por tanto es una propuesta ilógica. Espinoza recordó que los sindicatos ya han accedido a una sola negociación anual con un ajuste que se aplica en dos tantos: el primero de marzo y el primero de septiembre.
Salazar, por su parte, reclamó que el Gobierno "nunca" ha presentado una propuesta de ajuste, a pesar de ser parte de la mesa. Añadió también que la Ley establece que el ajuste salarial debe considerar la inflación y devaluación de la moneda y aspirar a la cobertura de la canasta básica, pero que poco se hace por garantizar el acceso de los trabajadores a la misma.
"Mejoría del salario, se dice, pero es solo un decir, porque no es un aumento, sino un ajuste... en verdad ninguno de los otros sectores se atreve a tocar ese tercer elemento, que es el acceso a la canasta básica", criticó Salazar.
Espinoza coincide en que "se pelean centavos" para los trabajadores, mientras los diputados no repararon en aumentarse. "Los trabajadores también tienen derecho a un trabajo y un salario digno y decente", cuestionó.
Las demandas de los sindicatos no deberían ser ajenas para la Asamblea Nacional, actualmente presidida por el operador político del gobernante Frente Sandinista en el Frente Nacional de los Trabajadores (FNT), Gustavo Porras. Además, los sindicatos han logrado una amplia cuota en el Parlamento, con casi una veintena de curules entre propietarios y suplentes.
Salazar aseguró que él no ve a esos sindicalistas como dirigentes del sector, sino como diputados y reclama a todo el conjunto del Parlamento que se ataña "tantas virtudes, tanto salario, tanta plata, mientras a los trabajadores se les niegue un salario digno, que tan siquiera alcance para comer".