2 de agosto 2021
La economía nicaragüense, afectada por la incertidumbre política y la caída en la inversión extranjera directa, apenas logrará mantenerse a flote gracias a mayores ingresos por remesas y exportaciones, pero también, porque ciudadanos y empresarios por igual, tienen necesidad de salir adelante, recuerda el economista Rodrigo Quintana.
Conocedor de las distintas proyecciones de crecimiento económico para 2021, que oscilan entre -0.1% y 4.8%, el experto explicó en el programa Esta Semana, (que solo se transmite en línea por causa de la censura televisiva del régimen de Daniel Ortega), que observa entre sus colegas economistas, una “falta de consenso, hacia dónde va la situación económica del país, y eso se debe a la incertidumbre que existe hoy por hoy”.
Compara con un analista de riesgo de una empresa que toma sus decisiones basado en cuatro variables fundamentales, siendo la primera la tasa de interés, “que se ha mantenido oscilando entre 9% y 10% en un año”, y la inflación, “que se mantiene entre la banda del 2019, que fue alta, y la del 2020, que fue relativamente baja, pero nunca mayor a dos dígitos”.
Las otras dos son la tasa de cambio, “que en Nicaragua es bastante predecible, por su política cambiaria de deslizamiento”, y las proyecciones de crecimiento “que no existen, hoy por hoy. Como no existe ese consenso, cada inversionista tiene que tomar su decisión de forma subjetiva”, explica.
Exacerbada por el agravamiento de la crisis política –con el secuestro de una treintena de figuras relevantes, y el inicio de un nuevo éxodo de ciudadanos- Quintana indica que ya hay un impacto en la economía, “porque la incertidumbre está anclada a lo que sucedería en noviembre de este año. Hay una suerte de parálisis, con varias inversiones en espera de lo que vaya a pasar”.
Con todo, observa que hace un mes, “la incertidumbre era levemente mayor de lo que tenemos hoy por hoy… porque hay un calendario electoral, hay candidatos, y un proceso de inscripción”, a la par que se están empezando a sentar las bases de una nueva normalización.
Mientras se justifique económicamente…
El experto habla de factores externos como una economía estadounidense en recuperación, al avanzar el proceso de vacunación anticovid, mientras se aprueba y ejecuta una millonaria inyección de inversiones para desarrollar infraestructura. En paralelo, Nicaragua se beneficia de un boom en los precios de algunos de nuestros principales productos de exportación como ganado, café, y oro, “y eso te da una tendencia a la recuperación”.
Citó, a modo de ejemplo, que la feria ganadera Expica siga adelante en medio de una crisis política, “lo que permite ver cómo está realmente el pulso de la economía”.
Al hacer el balance entre factores externos e internos, Quintana opina que las exportaciones y las remesas pueden compensar la caída de la inversión privada, nacional e internacional, porque la incertidumbre obliga a los inversionistas a buscar nuevas fuentes de consumo, que se financian con ingresos por remesas e inversiones para la exportación de materia prima. “Después de una pandemia, la tendencia global es a recuperarse, lo que puede compensar los ingresos”, avizoró.
Aunque algunas entidades multilaterales han cerrado el grifo a la dictadura, otras como el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), sigue oxigenando al régimen, negándose a condicionar su asistencia a valoraciones que no fueran económicas. “Hoy por hoy, esa es la forma de pensar de muchos inversionistas”, declaró.
La razón es que “esta crisis económica no es nueva: la venimos arrastrando desde hace tres años, y por ende, los inversionistas vienen haciendo ajustes de escenarios desde hace un tiempo. Estamos simplemente en un nuevo escenario, de los muchos que ya hemos sufrido”, ilustró.
Por eso, opina que “lo que haga el gobernante actual puede afectar, pero no va a determinar las decisiones de inversión. Tanto consumidores como inversionistas van a seguir tomando medidas, según sus predicciones, según los nuevos escenarios, sea manteniendo su capital fuera del país, o buscando otras oportunidades en el exterior”.
El también consultor en materia económica explica que “si bien la incertidumbre de lo que va a pasar después de las elecciones es el enemigo número uno de los inversionistas, no existe una amenaza creíble que afecte al país económicamente como un todo en 2022”.
Sigue la fuga de cerebros en Nicaragua
Al respecto, explica que las sanciones económicas han sido individuales, pocas, y dirigidas hacia algunas empresas, no contra el país. Desconocer al Gobierno que emerja de un proceso electoral como el que está en proceso, solo tendría afectaciones significativas, si está ligado a la prohibición a las empresas de esos países, de hacer negocios con Nicaragua, pero se muestra escéptico que algún gobierno dicte una orden como esa en plena recuperación económica global.
“No veo un desenlace tan abrupto con bloqueos económicos, como ha sucedido en otros países, donde terminan negociando para encontrar una salida a la situación”, valoró.
Quintana, que conoce cómo funcionan el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), porque trabajó en ambos multilaterales, admite que si el Congreso de Estados Unidos aprueba la ley Renacer, incluyendo prohibiciones expresas para que esos dos bancos, más el Fondo Monetario Internacional (FMI) afecten el acceso de Nicaragua a los recursos de esos tres organismos multilaterales “podría afectar, pero no será rápidamente”.
Explica que para ello, deben ocurrir procesos burocráticos internacionales, bastante lentos, que pueden requerir años para ser aprobados por las cámaras y congresos de varios países. Mientras tanto, el régimen contará con seguir recibiendo préstamos del BCIE, lo que, combinado con la recuperación económica, y la salida de muchas personas, (augurando un aumento en la recepción de remesas), seguirá oxigenando al país en materia económica.
“No descarto que vengan nuevas sanciones que sí puedan afectar la economía, lo que a mi parecer va a mantener la recuperación económica bastante baja, pero no veo un desplome a corto plazo”, matizó.
Adicionalmente, el experto recordó que la recuperación económica siempre genera ganadores y perdedores, incluyendo en el primer grupo a quienes están vinculados a la exportación de materias primas como café, oro, o ganado; y contando a los emprendedores en el segundo, “porque el consumo puede ser mucho más cauteloso, más bajo”.
“Los emprendedores se animan a tomar riesgos, porque prevén un futuro que compense el riesgo que toman. Hoy por hoy, prever el futuro es bastante complicado, sobre todo si sos joven. Por eso, muchas personas jóvenes deciden salir del país, porque no se le ve futuro la idea de emprender en Nicaragua, dada la situación que estamos viviendo” explicó.
Quintana reiteró que “más gente va a salir del país, porque no ven futuro. Esa fuga de cerebros puede mantener baja la productividad laboral y económica a mediano plazo, pero no preveo una caída –ni tampoco una recuperación- tan rápida, porque los escenarios se van ajustando, y se van tomando nuevas medidas”.